Zsadist trató de contar cuantos antis había, pero
era imposible.
Phury tiró de su brazo, impaciente por marcharse. Lo
entendía. Entre los dos no serían capaces de terminar con todos estos hijos de
puta. Pero tenían que enterarse de que iba la cosa.
Además, aun no quería volver a la mansión.
Enfrentarse a todos estos antis le parecía mejor que volver y ver lo dolida que
estaba Nab con su actitud.
De nuevo su hermano tiró de su brazo y Z se soltó de
mala mantera, soltando un gruñido.
Se dio cuenta de su error de inmediato.
Decenas de pares de ojos se clavaron en ellos y por
el micrófono, la voz de Muhrder resonaba con fuerza.
- Mirad a quien tenemos aquí. Mis gemelos favoritos.
Su risa distorsionada llenó la nave.
- Vámonos tío.
Phury habló entre dientes pero Z simplemente cruzó
los brazos.
Estaba harto de esta mierda.
Muhrder se río aun con más fuerza.
- Zsadist, siempre tan predecible. Siempre tuviste más
pelotas que cerebro.
Lo miró con gesto aburrido. Si quería sacarlo de sus
casillas, eso no iba a funcionar.
- Por cierto, ¿cómo está la doctora? Seguro que
deliciosa ¿eh, hermano?
Eso sí que funciono.
Maldito hijo de puta.
Zsadist se agarró a la barandilla y saltó, cayendo
entre una multitud de antis.
- ¡Zsadist, nooooo!
Phury gritó, pero ya daba igual. Muhrder no
mencionaba a Nab. Nunca. Jamás.
Se movió entre la multitud con agonizante lentitud,
los antis abalanzándose sobre él, uno tras otro.
Joder.
¿Cuántos había?
Phury se había tirado detrás de él, y luchaba a su
lado, incapaz de dejarlo afrontar esto solo. Su hermano era parte de él, en
todos los aspectos. Si luchaba uno, también el otro. Si se enamoraba uno, el
otro…
Mierda.
Un anti le dio con fuerza en la mandíbula. Sacudió
la cabeza, no podía permitirse más distracciones.
Creyó oír un rugido y espero que no se estuviera
equivocando, pero le pareció ver a Rhage. Necesitarían a su bestia si iban a
salir de aquí con vida.
*-*-*
Hasta Wrath se había apuntado a la lucha cuando
Phury le avisó de lo que estaba pasando en el polígono.
Y gracias a la Virgen.
Necesitaban a toda la Hermandad aquí.
Rhage ya estaba en modo bestia, comiendo y
aplastando antis por donde iba. Podía sentir a Muhrder en un lado de la nave y
le pareció percibir el olor de una hembra de su raza.
Mierda.
Debía salvarla a ella primero, aunque antes tenía
que acabar con Muhrder.
Haciéndose un camino entre los antis, Wrath fue
acercándose a su objetivo poco a poco. Los hermanos peleaban a su alrededor,
por lo que no pudo tirar una de sus estrellas hacia su antiguo hermano.
- ¡Mi rey! Que honor tenerlo aquí.
Ahora estaba más cerca y si pudo lanzar la pequeña
arma. El bastardo las iba esquivando una tras otra.
- Permíteme presentarte a mi hermana. Assasyn.
¿Muhrder tenía una hermana?
¡Mía!
Ah no, eso sí que no. Wrath oprimió el pensamiento
posesivo como si no existiera. Siguió lanzando estrellas hasta que ya solo le
quedaron dos. Necesitaba que alguno de los hermanos le distrajera.
Sin embargo, el que estaba distraído, era él. El
olor floral de Assasyn lo tenía duro como nunca antes. Cosa que no era bueno.
No era para nada bueno.
Muhrder miró a su alrededor, la lucha estaba en
pleno apogeo y debió sentirse acorralado porque arrojó a Assasyn a los brazos
de Wrath y se desmaterializó.
Jadeó al notar las curvas femeninas entre sus brazos
y a pesar de que su vista era borrosa, podía distinguir el pelo rubio, los ojos
verdes y los labios rosados.
¿Sus pezones serian del mismo tono?
Assasyn sonrió y levantó la rodilla, dándole donde más dolía.
Hija de puta.
Era su enemiga. Y no podía olvidarlo.
La agarró aún más fuerte y los hermanos se acercaron
uno a uno. No quedaba ni un anti con vida.
Muhrder había escapado. Pero tenían una prisionera.
Algo podrían hacer.
ay no.... no por favor.... no me digas que no escribirás mas de estas historias.... NOOOO .... que pasara con Wrath!!!!!!
ResponderEliminarHola! Tu blog me ha parecido un poco diferente, pero demasiado interesante, ya te sigo(:
ResponderEliminarMi blog: http://cutevintagediary.blogspot.mx/