domingo, 2 de noviembre de 2014

Lover Defeated - Capítulo 15

Hope se mordió el labio nerviosamente. Sabía que estaba obligada a ayudarlo. Pero ¿completar su vinculación de esta manera, siendo fugitivos, en un garaje subterráneo? No era exactamente el más romántico de los lugares.
- Olvídalo.
- Elvar, no. No es...
- No soy yo, eres tú. ¿En serio?
Resopló, obviamente molesto.
- Eso no es lo que iba a decir. Ahora, si te callas esa bocaza durante un segundo y me permites hablar...
Levantó una ceja, pero mantuvo la boca cerrada.
- Lo único que iba a decir es que yo preferiría esperar hasta  estar en tu casa segura y tener acceso a una cama y... ya sabes, tal vez ¿una ducha?
- Oh. Claro.
Ella le sonrió.
- Te di mi palabra Elvar. Estamos en esto juntos. De por vida.
Él asintió con aire ausente.
- Lo siento.
- ¿Lo sientes? ¿Por haberme salvado de ser violada?
- Joder no. Jamás pediré disculpas por eso. Pero siento que te hayas visto arrastrada a esto. Debería haber esperado, haberlo planeado mejor, no lo sé. Cualquier cosa que no te afectara. Sé que no quieres esto... conmigo.
- Elvar... No. No pienses así. En primer lugar, si hubieras esperado, habría sido premeditado, y el castigo sería mucho más duro. ¿Lo que hiciste? ¿Cuándo lo hiciste? Estabas estaba salvando a una hija de un miembro de la Hermandad de la Daga Negra, además de actuar en defensa propia. Así que me alegro de haberme visto arrastrada a esto. Puedo defenderte. Es sólo que...
 Ella suspiró, sin saber cómo expresar sus sentimientos.
- Desde que era una niña y veía a mi madre prepararse para luchar, eso es lo que yo quería ser, lo que yo quería aprender. Mientras mis amigas se enamoraban y hacían planes de futuro con hombres, y hablaban de sus futuras ceremonias de emparejamiento, yo estaba abajo en el centro de entrenamiento con los Hermanos. Estar vinculada, estar emparejada, nunca ha formado parte de mis planes. No es algo con lo que he soñado. Yo no soy como mis amigas, todas femeninas y mierda. Me gusta pelear y mi objetivo es ser la mejor. Siempre. Es... quien soy. Quién quiero ser. Quiero que ese sea mi super poder. Te hablé de mis padres y hermano. Quiero tener mi propio poder. Y simplemente no estoy segura si estando emparejada me va a permitir la libertad de ser yo misma.
Suspiró.
- No estoy segura de que esto tenga ningún sentido.
Elvar asintió.
- Crees que de alguna manera el estar vinculada y emparejada te anulará tu propia personalidad.
- Sí. Me aterra. Sé cómo son los machos vinculados. Joder, vivo con tantos de ellos, que lo veo todos los días. Cada vez que Marissa va a Safe Place Butch se asusta. Cada vez que mi madre sale a pelear, a mi padre parece que le va a dar un ataque de pánico. Cada vez que cualquiera de las hembras quiere hacer algo sin su pareja, es la hora de, oh-dios-mío-como-va-a-sobrevivir-jamás, en la mansión. Es sofocante.
- ¿Y tú crees que yo voy a hacerte eso?
- No te ofendas Elvar, pero los machos vinculados no pueden remediarlo. Tú no serás capaz de remediarlo.
Él sonrió entonces y Hope sintió un aleteo en su estómago. Joder qué guapo era. Guapo y sexy como el pecado. Especialmente cuando la miraba así.
- Te he visto pelear cara, y sé que eres jodidamente  buena haciéndolo. Nunca te voy a pedir que dejes de hacer algo que significa tanto para ti. La lucha forma parte de ti. Parte de lo que eres.
Él le acarició la mejilla con ternura y aunque nunca lo reconocería, ella se derritió por dentro. Él se inclinó y la besó suavemente.
- Por qué no duermes un poco. Yo me quedare vigilando.
- No, estoy bien.
Su bostezo apenas sofocado la traicionó.
- Venga, descansa tu cabeza en mi hombro y duerme.
- ¿Me despiertas dentro de una hora?
- Sí, claro.
Ella se acomodó en él y casi gimió por como olía. Su olor de vinculación era más fuerte que el olor de las toallitas para bebés, y la relajó mucho más de lo que debería haber hecho.
Su último pensamiento consciente fue que no podía esperar a llegar a su casa  para por fin ser completamente suya.

  * - * - * - * - *

Elvar despertó con un sobresalto.
¿Qué hora era? ¡Mierda!
-  ¿Hope? ¿Hope, cara? Nena, despierta.
- ¿Eh?
Él sonrió. Hope definitivamente no tenía buen despertar.
- Tenemos que irnos ya. Ya está anocheciendo.
- ¿Qué... qué?
Ella parpadeó un par de veces cuando ella miró su reloj.
- ¡Oh, mierda! ¡La Hermandad va a aparecer en cualquier momento! Tenemos que irnos. ¡Mierda!  ¿Cómo no me has despertado? Joder. Joder. Joder.
Cogieron rápidamente sus cosas y salieron del coche. Miró el reloj. Los Hermanos deberían estar aquí ya.
- Elvar, ¿a qué estás esperando? ¡Vamos!
Trató de desmaterializarse, pero no podía, el garaje subterráneo era demasiado cerrado, probablemente rodeado de hierro.
- Tenemos que ir más alto. Por las escaleras, ¡venga!
La tomó de la mano, y subió corriendo las escaleras lo más rápido que pudo, hasta que llegaron a la planta superior, que por suerte estaba descubierto.
- Vamos...
- Shhh. Espera, escucha.
Ella se calló, una expresión de confusión en su cara.
- No oigo nada.
- Exacto. Deberíamos estar escuchando los shitkickers por todo el lugar.
- Vaya. Qué raro. Tal vez el coche de Blaxton no tiene GP...
Se quedó paralizado, al mismo tiempo que ella. Recordaba ese olor. Basura podrida mezclada con polvos de talco.
- Vamos, voy a desmaterializarme. Sígueme.
Sabía que su voz delataba su pánico, pero sólo quería salir de ahí.
- ¿Estás loco? ¡Tenemos que acabar con él! ¡Esto es para lo que hemos estado entrenando!
Su entusiasmo debería haber sido contagioso, porque después de todo, ella tenía razón. Estaban entrenados para matar lessers. Pero él se quedó paralizado, recordando la primera vez que tuvo un encuentro con ellos.
- Hope, no tenemos ningún tipo de arma.
Su ceño se profundizó cuando ella metió la mano en su bota, sacando una daga.
- Yo siempre voy armada. Vamos, está llegando a la puerta del centro comercial. Lo podemos sorprender. ¿Estás conmigo?
- De verdad, deberíamos irnos, Hope.
Ella soltó un bufido.
- Muy bien, espera aquí. Lo haré sola.
Se dio la vuelta y se desmaterializo justo delante del lesser que obviamente no se esperaba un vampiro fuera de Caldwell.
- Hola hijo de puta. ¿Quieres bailar?
El lesser era de los antiguos, jugando por su pelo y tez blanquina. Lo que significaba que probablemente era más fuerte que ella. Que él. El olor acido de polvos de talco flotaba hacia él y se sentía a punto de vomitar.
Observó, paralizado como Hope dio una patada al lesser en su costado, y luego en la espalda, pero el hijo de puta saltó y atacó.
Ella era una luchadora increíble, defendiéndose bien contra el lesser y casi logrando apuñalarle varias veces. Lo más absurdo era, que mientras estaban luchando, también hablaban.
- ¿Quién demonios eres pequeña vampira?
- Oh, soy tu peor pesadilla cariño.
El lesser sonrió, sus ojos sin vida mirándola de cerca.
- Te conozco.
- No lo creo.
- No importa. Pronto serás solo polvo.
- Si claro.
Ella levantó la pierna para darle una patada, pero el bastardo agarró su pierna y la torció con fuerza.
Su grito le heló hasta los huesos.
- ¡Elvar!
El macho vinculado en él salió con una venganza. Nadie le hacía daño a su hembra.
Nadie.
Elvar se abalanzó sobre el hijo de puta, sus colmillos completamente extendidos, cuando Hope cayó hacia atrás de manera incomoda. Elvar no pudo evitarlo. Tenía que matar a este hijo de puta. El lesser gruñó cuando Elvar le rompió el brazo derecho, rompiéndolo en tres lugares diferentes. Aun así el hijo de puta quería golpearlo, así que Elvar cogió su brazo izquierdo y le dio el mismo tratamiento.
Crack. Crack. Crack.
El lesser aulló por el dolor, y Elvar hizo ese dolor más intenso al juntar sus brazos rotos. Engancho sus piernas detrás del lesser, haciéndole caer encima de él. Él inclinó la cabeza del lesser hacia un lado.
- ¿La ves?
Él agarró la cara del hijo de puta y señaló hacia la esperanza.
- ¿La ves?
El lesser asintió torpemente.
- ¿Sí? Déjame decirte algo sobre ella. Ella. Es. Mia. Y nadie, absolutamente nadie hace daño a lo que es mío. ¿Me pillas?
De nuevo con el cabeceo incómodo.
- Hope, ¿tu daga?
- No tío, por favor, no me mates. Sólo quiero vivir en paz, no quiero lastimar a nadie hombre. ¿Por qué crees que estoy escondido aquí en Jersey hermano? No tengo lugar en esta guerra.
- Ves, eso habría sido bueno decirlo hace un par de minutos. No ahora, después de hacerle daño a mi hembra.
Sintió a Hope de pie junto a él, con la daga en la mano.
- No lo pienses cara.
Ella negó con la cabeza.
- Es tuyo.
Elvar asintió y tomó el puñal de ella.
- Saluda al Omega de nuestra parte, imbécil.
Empujo la daga hacia abajo en el esternón del tipo, que desapareció con un destello de luz.

Elvar acababa de matar a su primer lesser.

2 comentarios:

  1. En fin sin comentarios solo que que ternura y que brutalidad al mismo tiempo. Me encanta esa combinación.

    Supongo que no nos amaras y actualizaras antes... Pero por intentarlo no pasa nada ;)

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  2. Amo a elvar y mas al elvar que despierta hope!

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