Lover Divided - Capítulo 10

- Ay dios. Vaya. Lo siento. ¡No he visto nada!

Kihara se dio la vuelta rápidamente, cerrando la puerta tras ella.

Había venido solo para entrenar un rato mientras JM estaba fuera, ya que le tocaba patrullar esta noche. ¡Y vaya lo que se había encontrado!

Jamás hubiese pensado que Phury… y la doctora…

¡Si ella pensaba que la doctora terminaría con Zsadist!

Pensó en ir a su habitación pero no tenia ganas de estar sola.

Escucho los gorgoteos de Dhraco y fue en busca de Lohrena.

- Hey.

- Hola Kihara. ¿Qué te pasa? pareces sofocada.

- Uff es que…

- ¿Vienes de entrenar?

- Eh no precisamente. O sea, si, esa era la idea pero el gimnasio esta... ocupado.

- ¿Y? Estoy segura de que a quien este allí, no le importaría que te unieras a ellos.

Kihara se encogió ante la imagen mental.

- Créeme, no…

Sacudió la cabeza y se mordió el labio. ¿Debía contárselo o no?

- ¿Guardaras un secreto?

- Si claro.

- Pero no se lo puedes contar a Rhage.

- Uhm, vale.

- Lo digo en serio. Rhage no puede saberlo. Es el más cotilla. Como se lo digas, y se entere Z…

- Chica, ¿pero que has visto?

- A Phury. Con la doctora.

Lohrena la miro un instante.

- ¿En serio?

Kihara asintió.

- Pero estaban…

- Aja.

- ¿Los viste…?

- Sip.

- Vaya. Pobre Z.

*-*-*-*-*

Nabilah enterró la cara en el cuello de Phury.

Sus colmillos salieron disparados al notar como la sangre bombeaba por sus venas. Estaba hambrienta.

- ¿Quien era, Nab?

- Kihara.

Phury asintió.

- Nos guardara el secreto. Levántate. Tengo que irme.

Nabilah hizo ademan de levantarse, pero la fricción con su duro miembro la hizo gemir, y se dejó caer de nuevo sobre él.

- Nab…

Lo miro a los ojos. Esos ojos tan amarillos que parecían soles. Sus colmillos estaban completamente extendidos. Se parecía tanto a Zsadist, y a la vez era tan distinto… Se movió otra vez y el macho gruño. Apoyándose en sus anchos hombros, Nabilah subió y bajo sobre su polla, sintiendo como se acercaba más y más al orgasmo.

Acarició su pelo multicolor, y lo echó a un lado, para tener mejor acceso a su cuello. Necesitaba probar su sangre…

*-*-*-*

Phury rugió en cuanto sintió los colmillos de ella penetrar en su vena. La agarró con fuerza por las caderas y comenzó a moverse con más fuerza mientras ella se alimentaba de él. Y joder si eso no hacía que se sintiera como un macho de valía…

Se sentía fatal por estar con ella poco después de que lo hubiese hecho su hermano, pero a la misma vez, el recuerdo de verlos juntos lo tenía más duro que nunca.

Mierda.

Era su hermano.

Joder.

Se clavó en ella con más fuerza, furioso consigo mismo y con ella, por seducirlos a los dos. Por desearlos a los dos.

Por acostarse con los dos.

Sabía que le estaba dejando la marca de sus dedos en las caderas, pero estaba fuera de control. Nabilah se corrió a su alrededor con un grito fuerte, soltando su cuello con la boca aun llena de su sangre.

Tomando posesión de su boca, Phury se clavó en ella varias veces más antes de dejarse llevar con un gruñido posesivo.

Trato de recuperar el aliento con su frente apoyada en la de ella. Sintiéndose como un mierda. Joder. ¿Que había hecho?

Al menos no se había vinculado a ella.

Lo que quería decir que Zsadist aun podía reclamarla como suya.

¡Mia!

A pesar de que su corazón, su cabeza, y todo su ser le pedían a gritos que no era de Zsadist. No. 

Nabilah le pertenecía a él.