Mariah vaciló al ver a su padre más fuerte que
nunca, con una gran sonrisa en su rostro.
- ¡Toots! Mira esto. Tu viejo esta como nuevo.
Se quedó de pie junto a la puerta sin poder moverse.
Estaba temblando, sus labios temblorosos y sus ojos ardían con la necesidad de
llorar.
- ¿Toots?
- Está bien, Tinsel. Él ha salido de esta.
Finalmente las lágrimas comenzaron a salir y ella
corrió a la cama, directamente hacia sus fuertes brazos. Cuando era niña, éste
había sido el mejor lugar del mundo. Rodeada de su amor, su protección... todo
estaba bien, siempre y cuando ella estuviera en sus brazos. Ahora Ahgony se
encargaba de hacerla sentir así, pero Rhage era y siempre sería su padre.
Oyó como sorbía por la nariz y luego soltó una
maldición.
- Maldita sea. Leelan, dame un kleenex quieres.
Tengo algo en el ojo otra vez.
- Sí, sí, algo en el ojo…
Mary le dio el pañuelo y le frotó la espalda a Mariah
en lentos movimientos suaves. Ella seguía llorando a moco tendido, incapaz de
detenerse debido a todas las emociones que guardaba en su interior. Se dio la
vuelta e incluyó a Mary en su abrazo.
- Yo..., yo..., os quierooooo.
- Oh, cariño... Nosotros también te queremos.
- Yo no...., Yo... no puedo perderos.
- No lo harás, toots. Oye, ¿estás bien?
- Debería de preguntarte eso a ti...
Sonrió a pesar de las lágrimas mientras sorbió por
la nariz al igual que lo había hecho el. Mariah lo miró. Realmente lo miró y
trató de verse a sí misma en él, en sus rasgos. El pelo rubio era el mismo, y
compartían los mismos ojos azules, pero ahí era donde terminaban las
similitudes. El resto de ella era más como la imagen que había visto de Tina.
Necesitaba respuestas, y se prometió a sí misma que
iba a conseguirlas. Pero no ahora.
- Estoy bien. Más que bien. Gracias a tus machos.
- ¿Mis machos?
- Ahgony y Blaxton. Si no hubiera sido por ellos,
yo... y Darius también. Maldita sea, tengo que hablar con Wrath.
- Lo harás, Rhage. Cuando estemos casa, y te hayas
recuperado del todo, dentro de unos días. Aun tienes que estar en cama.
- ¿Ah sí?
La pregunta de su padre tenía un tono seductor que
hizo que su mahmen se ruborizara.
- ¡Ay por la Virgen! ¡Hola, hija presente! ¡Dejad de
hacer eso!
Rhage hizo retumbar las paredes con su risa y su
corazón se llenó con el sonido.
Estaba vivo. Sano y salvo. Tenía que recordar que
eso era lo importante.
Alguien llamó a la puerta y Blaxton entró con un
montón de ropa.
- Estos son los más grandes que he podido encontrar.
No estoy seguro de si te van a entrar.
- Gracias tío, estoy seguro de que algo me valdrá.
Blax la miró con preocupación, pero ella se limitó a
sacudir la cabeza.
- Papá venga, vístete. Manny está listo para
llevarte a casa.
- Sí. Hey ¿sabe Fritz que vamos a volver? Tengo un
poco de antojo de esas crepes de espinacas que él me hace. Ah, y quiero un poco
de cordero con esas patatas de guarnición que tanto le gustan a Wrath. Y los
sándwiches de pavo que hace Z...
Sip, su padre estaba recuperado.
- No te preocupes papá. Ellos saben que vuelves a
casa y saben que irás con apetito. Fritz está listo.
- Oh sí. Tengo que ganar algo de peso ¿sabes?
Su sonrisa era contagiosa, y ella se la devolvió.
- Te veré allí ¿ok? Hay...
Se aclaró la garganta.
- Hay algo que quiero contaros. Me gustaría hablar
con vosotros. A ver, no hace falta que sea esta noche, ni nada. Sólo uno de
estos días. Cuando estés mejor.
- ¿Todo bien, Toots?
- Oh sí. Nada importante. Sólo... cosas. Nos vemos
pronto.
Le dio un beso en la mejilla salió con Blax para que
se vistiera. Cuando salió al pasillo, miró a Ahgony que tenía los labios
fruncidos.
- ¿Estás bien, tahlly?
- Sorprendentemente, si, lo estoy.
Él la abrazó y se dio cuenta de que tenía el papel
con los resultados de las pruebas de ADN aún en la mano.
Era hora de actuar como la adulta que era y
enfrentarse a la realidad.
- Mariah, yo tengo que volver al trabajo. Te veré
pronto, ¿de acuerdo?
Blaxton parecía preocupado al mirar entre ella y
Ahgony.
- Sí, claro. Gracias, por todo lo que has hecho para
salvar a mi padre.
- No fue nada.
- No digas eso. Si no fuera por ti... Gracias.
La besó en la mejilla.
- Hermanita, ha sido un placer.
Se volvió hacia Ahgony cuando Blax se marchó.
- Ok, cuál es el resultado. Dímelo.
Darius miró hacia otro lado, pero ella sabía que los
estaba oyendo. No importaba. Tarde o temprano, todos en la casa de la Hermandad
conocerían la historia.
Ahgony no habló, sólo le dio el papel para que
pudiera ver la respuesta por sí misma.
Mariah respiró hondo. Las pruebas no mentían.
Rhage definitivamente era su padre biológico.
- * - * - *
Rhage se vistió rápidamente después de Mariah fuera.
- ¿De qué crees que quiere hablar con nosotros?
- No tengo ni idea. Pero ella dijo que no era
importante, así que... ven aquí mi hembra.
Él la atrajo hacia sí y la besó una y otra vez,
gruñendo ante la idea de no poderle hacer el amor aun. Él necesitaba enterrarse
en su calor húmedo para sentirse realmente vivo.
- Rhage...
Él la besó, su bestia tan agitado como el, al
saborear su dulce boca.
- Tenemos hambre de ti, leelan.
Ella gimió suavemente.
- Rhage... me estás matando.
Él inhaló profundamente.
- Me deseas. Puedo olerlo.
- Eso es obvio. Pero estamos en una clínica y Manny
está a punto de...
Llamaron a la puerta.
- Hey Rhage tío, ¿estás listo?
- Salvados por el médico.
Le guiñó un ojo.
- Vamos a casa, para que pueda mostrarte lo
realmente vivo que estoy.
Ella negó con la cabeza, exasperada con sus
tonterías, pero también podía ver el alivio en sus ojos.
El viaje de regreso a casa fue más lento de lo
esperado, sobre todo porque Manny conducía como una vieja abuelita ciega.
Maldita sea, debería haber tomado prestado el GTO de Blax. A ver si funcionaba
tan bien como su propia preciosidad.
- ¿En qué piensas?
Él sonrió ante la pregunta de Mary.
- Coches.
- ¿Coches? ¿En serio?
- Sí. Y en comida, me muero de hambre.
Ella puso los ojos en blando, divertida.
- Oh, claro, coches y comida. Eso es lo único que
quiere mi macho.
Él la atrajo hacia sí para darle un beso, pero ella
lo empujó y señaló a Manny, que por suerte estaba enfrascado en una
conversación con Doc Jane.
- Rhage, ¿no te preocupa Mariah y lo que ella quiera
contarnos?
- No, tú la has oído. Ella dijo que no era
importante.
Mary suspiró.
- Lo sé, es que... su reacción al verte... creo que
le pasa algo.
- ¿Cómo qué?
- No lo sé. Pero es mi hija, la conozco.
- Ok, hablaremos con ella cuando lleguemos a casa.
- ¿Vas a contarle lo de Mhisery?
Él asintió con la cabeza.
- Voy a tener que hablar con Wrath primero, pero sí.
Ella merece saberlo.
Él besó a María en la frente agradecido por su
comprensión. Se lo había contado en cuando fue capaz, y por supuesto, siendo la
hembra que era, le había dicho que adoptaría un millar de bebés fantasma si eso
lo traía de nuevo a ella.
Su hembra era jodidamente perfecta.
Maldita sea.
Tenía que hablar algunas cosas con el rey pero no
había forma de saber cómo reaccionaría. Rhage sólo esperaba que lo entendiera.
Wrath era un hijo de puta testarudo y puesto que su palabra era ley...
Llegaron a la mansión de un rato más tarde y tomó
una respiración profunda. Había estado jodidamente cerca de nunca volver aquí.
Necesitaban una forma diferente de hacer frente a esos lessers, hijos de puta.
Habían tenido suerte hasta ahora, pero ¿y si no lo hubieran tenido? ¿Y si
hubiera muerto?
Mary le frotó el brazo, notando su angustia.
- ¿Estás bien?
- Sí, sí.
En cuanto entraron en el vestíbulo, Rhage fue
golpeado por algo enorme y sólido.
- Mi señor.
- Hollywood.
Podía escuchar la emoción en la voz de Wrath y le
hizo sonreír. Butch estaba a su lado.
- La próxima vez danos un aviso o algo ¿quieres?
- Claro. Hey chicos, creo que hoy tengo ganas de
recibir un balazo. Que me dicen, ¿estáis conmigo?
Mary le dio un codazo en las costillas.
- No lo digas ni en broma.
Todos los hermanos mostraron su agradecimiento y
alegría por que estuviera de vuelta en casa. Hacían que un hermano se sintiera
querido.
Fritz apareció con una bandeja llena de comida y
sintió ganas de abrazar al doggen.
- Estamos muy contentos de que esté en casa sano y
salvo, señor Rhage.
- Y yo estoy muy contento de estar en casa de nuevo,
mi hombre, y estoy más contento aún de que tú seas el rey de los crepes.
El doggen se sonrojó, mientas Rhage se hartaba de
crepes. Vio a Mariah en la parte superior de las escaleras y decidió que la
comida podía esperar. Cogió a Mary de la mano, y saludó a todos.
- Gracias Hermanos, pero tengo que ir a la cama a
guardar reposo. Órdenes del doctor.
Más de una persona se río con el doble sentido, que
pensaban, que estaba insinuando.
Cosa que después de hablar con Mariah, planeaba
hacer realidad.
ay!!! Porfiss, no te tardes tanto, amo tus historias!!! y son mi despeje en el almuerzo del trabajo!!!
ResponderEliminarEstá curiosidad me esta matando.....me encanta.
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