Rhage gruñó frustrado. Vishous les había guiado a
unas naves industriales, las mismas donde Kihara le había salvado la vida hacia
algunos años. El lugar estaba lleno de almacenes enormes y no podía sentir a
Lohrena en ninguno de ellos.
Sabía que el cambio de macho a bestia estaba cerca
ya que su respiración había cambiado de nuevo.
Tenía que calmarse.
Miró a su alrededor. ¿Pero estos malditos almacenes
no tenían puertas o qué coño les pasaba?
Iba con casi todos los hermanos y supo que estaban
acercándose, cuando un enorme grupo de antis apareció de la nada, bloqueándoles
el camino.
Joder.
Genial.
De puta madre.
V, Butch y los gemelos aún estaban débiles de los
golpes recibidos en la clínica y él tampoco estaba recuperado del todo, ya que
cambio tan solo hacía unos días. Si volvía a cambiar ahora, después estaría
demasiado débil para ayudar a su shellan. Tohr se le acerco.
- Sigue buscándola hermano, nosotros nos encargamos
de estos hijos de puta.
- ¿Estás seguro? Son muchos y…
- Podemos con ellos. Ve y encuentra a tu hembra,
Hollywood.
Asintió agradecido y se escabulló por un callejón.
Mirando hacia arriba, recordó algo que le había
dicho V hacía tiempo.
Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.
*-*-*
Lohrena no pudo contener el grito de dolor.
- ¡Suéltala por favor Muhrder! Necesito a la
doctora. Por favor te lo pido, por mi hijo, te lo ruegoooo…¡aaaahhh!
El dolor era atroz, nada como el parto que había
tenido la primera vez. Estaba sudada, debilitada y por el olor, perdiendo
muchísima sangre.
Nabilah pedía a gritos que la soltara pero Muhrder
estaba delirando, probablemente por el olor tan intenso a sangre.
Lohrena sabía que iba a morir, y ni siquiera podría
dejarle a Rhage a su hijo. Alguien a quien cuidar y que cuidara de él. Y todo
por su estúpido miedo. Si no hubiese insistido en ir a la clínica, nada de esto
hubiese pasado.
Ni siquiera le había dicho que lo amaba, que era el
macho de su vida, que lo era todo para ella.
Y ahora, la que estaba delirando era ella.
Le pareció ver a la doctora forcejeando con Muhrder.
- Necesita ayuda, ¡imbécil!
Vio como le clavaba algo en el estómago y corría
hacia ella, llena de sangre.
- Lohrena, quédate conmigo, vamos. Rhage te está
buscando, estoy segura de ello. Ahora abre las piernas. Vamos a ver qué podemos
hacer para salvar a tu hijo.
Lohrena intentó no mirar la cara de preocupación de
Nabilah y se concentró en Muhrder que estaba tirado en el suelo.
- Venga respira Lohrena, tu sabes cómo. ¿Preparada?
¡Empuja!
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