miércoles, 14 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 9

Mariah miró con ojos entrecerrados como Ahgony se desnudaba.
Su cuerpo era enorme, casi tan grande como cualquiera de los hermanos. Sus músculos estaban increíblemente definidos, moldeados a la perfección. Ella quería lamer un camino por cada hundimiento y valle, moría por saber si realmente estaban tan duros como parecían debajo de toda esa piel aterciopelada.
Y hablando de duro... su polla saltó de sus cueros haciendo que se incorpora y extendiera la mano, queriendo tocarlo. Quería darle placer. Quería tenerlo en su boca.
Gruño y se lamió los labios cuando él reculo, hasta quedar fuera de su alcance.
- Aun no tahlly. Estoy jodidamente al límite. Necesito estar dentro de ti.
Ella se recostó en la cama, fingiendo resignación, aunque una sonrisa secreta persistió en su rostro. Tendría tiempo de sobra para tocarlo después.
Por fin desnudo, Ahgony se subió a la cama, mordiendo su piel de manera juguetona por el camino. Cuando finalmente estuvo encima de ella la besó lentamente, sin prisa. Notaba como su polla se deslizaba por su hendidura, cubriéndolo en sus jugos.
- Te quiero tahlly.
- Yo también te quiero nallum.
Sus ojos brillaron con fuerza por el placer y la posesividad.
- No quiero hacerte daño.
- Sólo me dolerá un momento, estaré bien después.
- ¿Estás segura? Puedo parar esto.
Él bajó la cabeza, enterrándola en su cuello.
- Creo.
Ella sonrió, acariciando su espalda.
- Estoy segura. Hazme tuya.
Coloco su polla a la entrada de su sexo, empujando poco a poco contra esa fina barrera y tratando de empujar a través de él. Sin embargo, algo le estaba frenando, y no era su cuerpo.
- Hazlo Ahgony. Puedes ir más adentro.
- Yo... no puedo.
- Sí, puedes. Pero... no vayas tan lento. Una vez que estés dent...joder… empuja fuerte. Solo una vez cariño.
Sus voces temblaban, la tensión evidente en ambos. Vaciló hasta que ella puso sus manos en su trasero, tratando de empujarlo en su interior.

*-*-*-*-* 

Con cuidado, Ahgony salió de ella y seguidamente empujó hacia adelante en una embestida rápida y fuerte. Mariah se había tensado y estaba tomando respiraciones profundas. Inhalación por la nariz, exhalación por su boca. Él se movió rápidamente para salir de ella, pero ella lo detuvo.
- No. Te. Muevas.
Pues vaaale.
Sintió sus paredes vaginales apretándole  y sabía que ella estaba tratando de acostumbrarse a su tamaño.
A su longitud.
Ella le acaricio la frente con un solo dedo.
- Deja de fruncir el ceño, te van a salir arrugas.
- ¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?
- Estoy bien. Puedes moverte ya... Por favor.
Él gruñó y movió sus caderas lentamente.
Su profundo y satisfecho gemido confirmó que cualquier au-joder-como-duele-esto se había terminado.
Gracias a la Virgen Escriba.
Salio de entre sus piernas y coloco sus anchos hombros entre sus muslos.
- Ahgony... no tienes porque...
Y una mierda que no.
Cualquier macho de valía que desvirgaba a una Newling sabía lo que significaba esto.
Lamió la prueba de su virginidad, sonriendo ante la repentina timidez de Mariah. Beso la parte interior de su muslo antes de enderezarse y ver su profundo rubor. Su olor de vinculación salió de él de golpe, y no tenía ninguna posibilidad de poder detenerlo esta vez.
Tampoco quería hacerlo.
Después de hoy, el olor estaría  por todo su cuerpo y todo el mundo lo sabría. Cada uno de ellos.
- Ahg...
Tomándose su tiempo, mordisqueó y lamió su piel hasta quedar cara a cara otra vez. La penetró lentamente y vio como sus párpados se cerraron a la vez que soltó un gemido.
Estaba jodidamente perfecta a su alrededor, y eso fue antes de moverse.
Penetrándola con más confianza se deslizo dentro y fuera de ella, aumentando gradualmente su ritmo después de cada embestida.
Era perfecto.
Ellos juntos, eran perfectos.
Tan jodidamente perfecto, que se preguntó por qué demonios la había resistido durante tanto tiempo. ¿Cómo demonios había sido capaz de hacer eso?
La besó profundamente, imitando con su lengua los movimientos que hacía más abajo.
- Oh Dios Ahg... Estoy tan cerca... Voy a... sigue moviéndote... No. Te. Pareeees.
Siguió con sus embestidas, dándole con fuerza y movió una de sus manos entre sus cuerpos para tocarla. Sus ojos se abrieron brevemente para mirarlo y Ahgony tuvo que poner sus labios sobre los suyos para volver a tragarse sus gritos mientras se corría de nuevo.
Sentir como se contraía su sexo alrededor de su polla era más de lo que podía soportar y con una dura estocada final, se dejó ir, vaciándose dentro de ella, su orgasmo interminable.  Dejo caer su cabeza en el hueco de su cuello con sus colmillos completamente alargados. Estaba perdido en el placer, gimiendo y gruñendo, sus caderas moviéndose solas enterrándose en ella una y otra vez. Ahgony no pudo contenerse y le mordió.
¡Mía!

*-*-*-*-* 

Ahgony temblaba en sus brazos cuando terminó de alimentarse y correrse. Podía sentir su respiración entrecortada en el cuello, haciéndole cosquillas. Aún estaba duro como el acero en su interior.
Ella acarició su espalda en movimientos circulares suaves, para calmarlo y jadeó cuando sintió esa dureza palpitar dentro de ella. Levantó la cabeza para mirarla a los ojos.
- No he terminado contigo.
- Me doy cuenta.
Su polla palpito de nuevo y él puso sus brazos por debajo de su cuerpo, levantándola de la cama como si no pesara más que una pluma. Ella se maravilló ante la sensación de tenerlo tan profundamente dentro de ella.
Estando de pie, Ahgony dejo uno de sus brazos alrededor de su espalda, mientras que la otro la coloco bajo su culo. Mariah puso las piernas alrededor de su cintura y él le sonrió.
- ¿Así?
Mordiéndose los labios, Mariah asintió y susurró.
- Justo así.
- Hmmm, lo que quiera mi tahlly, mi tahlly lo tendrá...
Movió las manos para agarrarla por los cachetes, uno en cada mano.
Mariah lo miró a los ojos, viendo todo el amor que se tenían el uno al otro reflejado en ellos. No le importaba lo que pensara su padre. No le importaba que Ahgony fuera un Ahstrux Nohtrum. Ella lo amaba.
Y él la amaba a ella.
Harían funcionar esto.
Fuera como fuera.
Ahgony la levantó sin avisar antes de dejarla caer de nuevo, clavándola en su longitud, haciéndola jadear al sentirse tan llena.
Era tan grande que podía sentirlo pulsar en su interior. Sentir el latido de cada vena...
Lo beso y sonrió contra sus labios.
- Mas.
Al instante obedeció.
Lentamente al principio. Él, obviamente, disfrutaba volviéndola loca de lujuria. Su olor de vinculación llenaba la habitación, saliendo de él y Mariah no pudo evitarlo.
Le lamió la piel. Necesitaba saber si él sabía tan bien como olía.
Sabía mejor.
Especies oscuras. Salado y masculino. Y completamente suyo.
Ahgony gruñó ante la sensación de su lengua en su piel y aumento el ritmo de sus embestidas.
- Oh Dios Ahg...Si!
Sus uñas se clavaron en su espalda mientras sintió como se humedecía aún más y el mundo explotó a su alrededor. Su cuerpo, resbaladizo por el sudor, se deslizó contra el suyo y Ahgony gruñó justo antes de tensarse y vaciarse dentro de ella, una y otra vez.
Su respiración salió en golpes entrecortados y ella le sonrió dulcemente, poniendo su frente contra la suya, ambos tratando de recuperar el aliento, mientras se estremecían con las últimas olas de sus orgasmos.
- Wow.
- Sí, Wow.
Él le dio un dulce beso.
- Sabes que aún no he terminado, ¿verdad?
Apretando su aun dura polla, ella sonrió sensualmente.

- Oh, eso lo sé nallum. Créeme. Lo sé.

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