jueves, 1 de mayo de 2014

Lover Adored - Capítulo 5

Unos meses después

Mariah sonrió a mirar los papeles que tenía en la mano. ¡Ella era por fin una ginecóloga y pediatra calificada y certificada!
Después de meses y meses de sufrimiento y estudiando como una loca, ella había ayudado a traer al mundo tanto al hijo de Jhade y la peque de Nalla, y sabía con certeza que esto era lo que quería hacer con el resto de su vida.
Lo que significaba que al menos una parte de su vida tenía sentido.
Las cosas con sus padres seguían muy frías, a pesar de los intentos constantes de su Mahmen de hacerles hablar. Simplemente no había manera de razonar con él.
Ahgony... bueno, él era amable con ella. Pero eso era todo.
Él había sanado perfectamente bien y estaba luchando como siempre con Darius. Venía a verla cuando necesitaba alimentarse y dejaba que ella se alimentara de él, pero las cosas estaban… incómodas. Esto nunca les había pasado antes y no sabía cómo volver a lo que tenían. No se tocaban; no había habido declaraciones de amor.
Nada.
Ahgony incluso había empezado a bloquear la puerta de su dormitorio durante el día para que ella no pudiera colarse más.
Ella lo había dejado tranquilo porque había estado tan ocupada y pensó que tal vez sólo necesitaba tiempo, pero ahora había tomado una decisión. Ella lo confrontaría mañana. Rhage saldría a pelear y era la noche libre de Darius, lo que significaba que Ahgony se quedaría en casa también.
Lo tenía todo planeado para seducirlo, ropa interior sexy, velas perfumadas, aceites de masaje.
Y una manera de atraerlo a su dormitorio. Funcionaría. Tenía que funcionar.
Ella se abanicó, sabiendo que su necesidad seria en tan sólo unas pocas semanas y ella oró a la Virgen Escriba que cuando empezara, fuera en una noche en la que Rhage estaba luchando y Ahgony estaba libre.
¿El tener a Ahgony sirviéndola durante su necesidad? Eso sí que sería un sueño hecho realidad.
Hubo un suave golpe en la puerta.
- Adelante.
- Hola Tinsel.
Su mahmen la había llamado eso desde que tenía uso de razón. Puesto que su padre era Hollywood, ella había recibido el apodo de Tinsel Town, que era como también se conocía a la cuidad de los famosos. Tinsel, para abreviar.
Se abrazó a Mary con fuerza.
- Hola mamá. ¿Qué pasa?
- Sólo quería ver como estas. ¿Cómo te sientes?
- Bien. Mira esto.
Ella mostró a Mary las certificaciones.
- Oh, Dios mío. Cariño, ¡estoy tan orgullosa de ti! Lo lograste. Espera que se entere tu padre. Él va a estar tan orgulloso.
Ella bajó la mirada sintiendo cómo su piel se estaba calentando. Oh mierda.
- No pasa nada, no tiene por qué saberlo.
- Mariah, cariño.
Ella sonrió débilmente. La única vez que sus padres la llamaban por su nombre era cuando ella se había metido en algún lio.
Mary le tocó la mano y Mariah se estremeció ante el contacto. Su piel estaba hipersensible. Su necesidad le había llegado más rápido de lo que pensaba.
- Oh dios... Tenemos que llevarte al túnel.
- Déjame coger el teléfono.
- No hay tiempo, ven vamos. Es necesario salir de la mansión antes de que empiece de verdad y los machos se vean afectados.
Su madre le estaba enviando mensajes de texto a alguien por teléfono. ¿Qué demonios?
- Mamá, yo... yo no quiero que me droguéis. Quiero a Ahgony.
- ¿Qué?
Su madre parecía genuinamente sorprendida. ¿Pero ella no lo sabía? Había sido testigo de su reacción cuando Ahgony había sido herido. Cuando Rhage la agarró para que no pudiera alimentarlo…
- Mamá, prométemelo.
Mariah se dobló de dolor cuando el dolor en su útero se intensificó. Unos pasos fuertes de shitkickers se escucharon por el pasillo hacia su habitación.
- ¿Qué diablos está pasando?
- Su necesidad Rhage. Tenemos que llegar al túnel, ya.
- Mamá, prométemelo... prométemelo. No quiero drogas. Quiero a Ahgony, por favor. Lo necesito.
Ella no se perdió la mirada entre su madre y Rhage cuando él la cogió en brazos para llevarla hasta el túnel.
Rhage no lo permitiría. Él no llamaría a Ahgony. Nunca dejaría que la sirviera.
Comenzó a llorar.
- Ahgony.
Su voz era un susurro agonizante.
- Olvídalo Mariah. No voy a dejar que eso suceda.
Finalmente, llegaron al túnel y aún llamó su nombre, rogando, suplicando.
- ¡Doc Jane! Su necesidad está a punto de comenzar. Ella necesita ser drogada.
Con cuidado la coloco sobre la camilla, mientras que ella seguía llorando. Pero no de dolor.
- No quiero drogas... Ahgony...
- Rhage, sabes que no puedo drogarla si ella no da su consentimiento.
- Y una mierda que no puedes. Ella es mi hija, y la vas a drogar.
- ¡No, papá, no! Ahgony!
- No voy a hacerlo Rhage.
- Está bien, lo haré yo mismo.
- Rhage, ¿y si dejamos qué...?
- Ahora no Mary. No va a pasar.
Unos fuertes golpes la distrajeron y pudo oler que Ahgony estaba cerca.
- ¿Qué demonios... tahlly? Mariah, oh dulce Virgen, ¿ha comenzado? ¿Te duele?
Ella asintió con la cabeza mientras las lágrimas caían de sus ojos. Él estaba aquí, por fin estaba aquí. Todo saldría bien.
Salvo que había demasiada gente en la habitación aun. Tenían que irse. ¿Por qué no se iban?
Jadeó cuando la golpeo la primera ola de su necesidad, llegando a todos los que estaban a su alrededor como algo físico.
¿Por qué demonios Ahgony no estaba dentro de ella?

*-*-*-*

- Rhage, ella no quiere sar drogada.
Ahgony estaba duro, su erección palpitando, y se moría por estar dentro de ella y aliviar su dolor. Necesitaba aliviarla, pero Rhage no se movía.
A pesar de las protestas de Mary y Doc Jane, él estaba decidido en drogar a Mariah.
Ni. De. Coña.
Por alguna razón que nadie entendía, Rhage no se veía afectado por la necesidad de Mariah, algo que no tenía sentido ya que era padre adoptivo y no biológico. Pero ese pequeño detalle le hizo tener ventaja en la lucha. Pero Ahgony estaba luchando para llegar a su hembra. Eso hizo de él un jodido animal y más fuerte que nunca.
Él no permitiría que ella fuera drogada contra su voluntad.
¡Mía!
- No, papá por favor. No, no, no, por favoooooooooor.
Cuando Rhage colocó la aguja para inyectarla, Ahgony atacó, saltando sobre su espalda y golpeando la jeringa fuera de su alcance.
- ¡Mierda! Ahgony ¡qué coño…! No vas a acercarte a mi hija. De ninguna manera. Olvídalo.
Agarró Rhage por su camisa.
- ¡Ella no quiere que la droguéis! ¡Respeta sus jodidos deseos!
- ¿Para qué tú puedas subirte a la cama y follártela? Ni lo sueñes!
- Joder, yo la amo, pedazo de idiota cabezón. ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?
Él era consciente de que estaba amenazando a un miembro de la Hermandad de la Daga Negra, uno que tenía una bestia dentro de él. Y uno que era el padre de su hembra. Pero en este momento, a él eso le importaba una mierda.
- No voy a dejar que le rompas el corazón.
- ¿Y qué crees que le está haciendo esto? Rhage, ¡piénsalo!
Ahgony gimió cuando Rhage le dio un codazo duro y fue a por la jeringa.
- Rhage tío, por favor. Te lo ruego. Por su bien y el mío. Deja que estemos juntos. Permíteme hacerla feliz.
Su olor de vinculación rugió mientras trataba de llegar a ella. Rhage negó con la cabeza.
- No puedo.
- ¡Maldito hijo de puta egoísta!
Respiraba pesadamente mientras se colocaba entre Mariah y Rhage. Mary estaba con Mariah, tratando de conseguir que estuviera lo más cómoda posible, mientras que Doc Jane había desaparecido. Esperaba que fuera para traer a su macho, V o Butch, para que pudieran ayudar a sacar a Rhage de aquí.
Rhage estaba rodeando la mesa y se agacho para coger la jeringa de nuevo. Sus ojos brillaron casi blancos mientras trataba de llegar a su hija. Ahgony no se lo permitiría. De ninguna manera.
- Quítate de mi camino, hijo. Ahora.
La respiración de Rhage cambió, lo que significaba que la bestia estaba muy cerca de la superficie.
Oh mierda.
¿Si él cambiaba aquí y ahora? Todos ellos se irían a la mierda.
- Rhage, mí hellren.
La voz de Mary hizo que soltara un gruñido bajo y cuando la puerta se abrió de golpe, Rhage se aprovechó de la distracción, esquivando a Ahgony e inyectando a Mariah con la droga.
- ¡No!
Su grito susurrado fue de incredulidad, y le dolió hasta el fondo de su alma. Había fracasado.
- Tahlly lo siento, lo siento tanto. Te quiero, ¿me oyes? Te quiero.
Ella asintió con los ojos borrosos.
- ¿Rhage?
Se giró  para que ella pudiera ver a su padre, que ahora la miraba con sus ojos azules de siempre.
- Sí toots?
Una lágrima cayó de su ojo.
- Yo... quería...a Ahgony.
- Lo sé, pero...

- Yo. Te. Odio.

3 comentarios:

  1. Bueno Rhage es un poco más civilizado, Z hubiera despedazado a Darius si lo hubiera visto intentando meterse a la cama de Nalla...

    ResponderEliminar
  2. Anda que Rhage va perdiendo a su hija.... sigue emocionante ;) escribe pronto...

    ResponderEliminar