- Ahgony tío...
- Está bien D. No te preocupes. No voy a dejar que
tu padre se aproveche de mi relación con Mariah para mantenerte encerrado. Ni
de coña.
Desde su móvil, mando un mensaje de texto a Mariah
para decirle que estaba bien, pero no iría a verla. No tenía fuerzas.
- No sé qué decir hermano. Tal vez los dos podemos
hablar con Rhage, hacerle ver...
- No va a servir de nada. Vamos abajo, necesito un
trago.
Habían estado hablando de pie frente a la oficina de
Wrath después de que Phury les dejara y se dieron la vuelta para irse, cuando
la puerta detrás de ellos se abrió.
- Meter vuestros culos aquí dentro.
Se miraron el uno al otro antes de obedecer.
- ¿Mi señor?
- Acabo de hablar por teléfono con Hollywood. Ha
dado su permiso para que os podáis emparejar.
Ahgony frunció el ceño antes de sentir como la ira
se apoderaba de él golpeándole como un muro de ladrillo.
- La. Ha. Repudiado?
- Nah, Hollywood no haría eso. Él sólo quiere que su
niña sea feliz y, al parecer, estar emparejado a ti haría eso.
- Pero él no estaría allí, ¿verdad? No iría a la
ceremonia.
- Nop.
- Entonces, no va a pasar. Conozco bien a mi chica.
Ella necesita a sus padres allí. Así que hasta que la perdone y Rhage nos
acepte... yo no puedo hacerlo. No me voy a emparejar a ella de esa manera.
Wrath suspiró.
- En ese caso, no hay nada que pueda hacer. Mariah
la ha cagado, pero bien. Rhage va a recordar esto por un tiempo muy laaaaargo,
¿me pillas?
- Sí. Gracias por avisarme, Wrath. Voy a hablar con
Mariah y...
- Otra cosa que debes saber.
Ahgony esperó, preguntándose qué pasaba ahora.
- Rhage le ha dado a Mariah algunos papeles,
documentos y no sé qué mierda para que ella pueda encontrar a sus padres
biológicos. Estoy seguro de que va a querer ir a investigar por ahí.
- Oh mierda.
- Sí. No tengo idea de lo que hay en esos papeles,
pero no la quiero hurgando en los pasados de mis civiles o la Glymera para abrir
viejas heridas.
- Yo me ocuparé de ello.
- Entendido. Y cuando estés listo para ser
emparejados, házmelo saber.
Ahgony esbozó una sonrisa triste.
- Te diré una cosa; Voy a esperar hasta que él mismo
Rhage te dé la feliz noticia. Si lo hace, Mariah puede estar segura que su
padre aprueba lo nuestro.
Wrath asintió.
- Bien pensado, hijo.
Salieron de la oficina de Wrath por segunda vez esa
noche.
- Pues jodeeeeeeer.
Darius silbó entre dientes.
- Necesito hablar con Rhage. Y Mariah.
- No esta noche, tío. Demasiado ha sucedido ya y las
emociones están a flor de piel. Ve en busca de tu hembra, estoy seguro de que te
necesita.
- Ya le dije que no iba a...
- Ella te necesita hermano.
Ahgony asintió.
Joder, este día había pasado de increíblemente
perfecto a jodidamente horrible en nada de tiempo. Él llamó suavemente a la
puerta de Mariah.
Hope fue la que abrió.
- Hey Ahgs. Acaba de quedarse dormida.
- Ah vale.
- ¿Te gustaría quedarte con ella? No quiero que se quede
sola.
- Por favor, sí.
Se frotó la cara, sintiéndose de pronto agotado.
Hope se fue en silencio y él se sentó en el borde de
la cama, simplemente viéndola dormir. Su olor de vinculación aún persistía y no
deseaba nada más en el mundo que hacerlo algo permanente convirtiéndola en su shellan.
Quería tener el derecho de meterse en la cama con
ella y abrazarla, consolarla. Sentir su respiración relajada, sentir el latido
de su corazón contra el suyo. Acariciar su pelo.
Se frotó la cara otra vez. Tenía que dejar de pensar
así, porque por ahora, eso no iba a pasar. Mierda, no había manera de que las
cosas se pusieran peor.
Un suave golpe en la puerta le hizo tensar; podía
oler el olor de vinculación de Rhage a través de la madera. Respiró hondo antes
de abrir y se sorprendió al encontrar a Mary en el otro lado.
*-*-*-*-*-*
Mariah apenas registró la presencia de Ahgony a su
lado, estaba emocionalmente agotada. Pero solo el tenerlo aquí la calmaba como
nada más podía. Eso la consoló y le permitió relajarse un poco.
El golpe en la puerta era de su mahmen y ella se
acurrucó más entre su manta, sintiéndose muy avergonzada de sí misma.
- Mary, hola, hey. Lo siento, no era mi intención...
Te dejo, me voy a...
- No, no, está bien. Quédate. Sólo quería ver cómo
estaba.
- Está durmiendo; ¿Quieres que la despierte? O ya
sabes, despertarla tu misma.
- No, está bien.
Se quedaron en silencio durante un rato y Mariah
tuvo que luchar contra el impulso de echarles un vistazo por encima de las
sábanas.
- Ella no quería decir eso que dijo. ¿Lo sabes
verdad?
- Lo se. Y Rhage también lo sabe, pero aun así duele.
Todo lo que siempre hemos querido para ella era que fuera feliz, sentirse amada.
Queríamos darle un hogar, un lugar donde sentirse segura, rodeada de su
familia.
- Le disteis todo eso y más. Ella lo sabe y ella os
ama, sois sus padres, sus verdaderos padres. Ella sólo esta...
- ¿La quieres?
Mariah contuvo el aliento, sabiendo la respuesta,
pero queriendo escucharla de todos modos.
- Más que a nada. Ella es mi... todo.
- Rhage sólo intenta cuidarla, sabes. Me habló de la
conversación que tuvisteis.
Whoa, espera. ¿Qué conversación? Mariah no sabía que
Rhage y Ahgony habían hablado. ¿Cuándo había sucedido esto?
- Entiendes sus razones, ¿verdad?
- Lo hago Mary, pero me duele. Tengo que ser sincero
contigo, no esperaba eso.
- Estoy tratando de hacerle cambiar de opinión
pero... Bueno ah... puede ser que nos
vayamos en un par de días. Yo no quiero, pero Rhage... él está devastado y tal
vez esa distancia le ayudará a ver las cosas de manera diferente. Tal vez allí
lo pueda convencer, cuando se haya calmado. Tenemos algunos lugares en...
- Mahmen, ¡no!
María y Ahgony la miraron sorprendidos.
- No os podéis ir mamá. No podéis.
- Mariah...
- ¡No!
Las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.
- No podéis dejarme. He cometido un error lo siento. No os vayáis.
Ahgony daba la impresión de querer consolarla y
dejarla sola con su Mahmen, todo al mismo tiempo. Fue hacia ella y la besó en
la frente, calmándola instantáneamente.
- Todo está bien; vas a estar bien. Os dejo para que
podáis hablar.
Se fue y por primera vez desde que podía recordar,
el silencio con sus Mahmen era incómodo. Mary se sentó en la silla de su
escritorio.
- Sabes, yo nunca pensé que iba a ser madre. Debido
a mi enfermedad, cuando yo era..., antes de que yo... Antes de Rhage. Yo había
aceptado eso y estaba en paz con ello. Tu padr... Rhage también. Él me ama así
como venía. Renuncio así como así a la posibilidad de ser padre, a pesar de que
eso era lo que siempre ha querido. Y entonces llegaste tú.
Mary se levantó de la silla para sentarse en el
borde de la cama.
- Entraste en nuestras vidas, así como así. Nuestro
pequeño milagro. Una bendición.
Su mahmen le puso un mechón de pelo detrás de la
oreja.
- Aun lo eres. Damos gracias a Dios y a la Virgen
Escriba, y cualquier otra persona o ser que pueda escuchar, todos los días de
nuestras vidas.
- Mamá...
Una gruesa lágrima salió de su ojo y Mary la limpió
con el pulgar.
- No llores mi vida, no lo hagas.
Su madre abrió los brazos y Mariah lanzó contra ellos
poniéndose a llorar como una cría. Mary se limitó a abrazarla, dejándola
llorar todo lo que necesitaba, y acariciándole el pelo.
- Shh, está bien Tinsel, todo va a estar bien.
- No os vayáis mamá, por favor. Os quiero. A los dos.
- Ya lo sé, cariño, lo sé. Y las dos vamos a hacer que
tu padre vea eso.
En mi opinión es todo muy dramático... para una gilipollez enorme que ha pasado. Rhage simplemente parece estar pasando por la regla, como todos en esa casa Uu
ResponderEliminarAghony!!! Los mendigos no pueden ser exigentes... manos a la obra hombre.
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