Meses más tarde
Lohrena estaba en la sala de juegos con los Hermanos
y Kihara, disfrutando al ver como Rhage hacia el tonto con Butch y Vishous.
Sonrió para sí, antes de conocer a Rhage, había intentado seducir tanto a Butch
como a Vishous y ahora estos dos estaban juntos. Casi le da un complejo.
El hellren de Kihara, John Matthew, jugaba al billar
con otra pareja de hermanos. Él había sido el que mato a su hijo, pero Lohrena
no sentía rencor. No podía.
Stan y Muhrder eran los que habían envenenado la
mente de su hijo y Kihara le había contado con pelos y señales lo que le había
hecho Tohrture, por lo que entendía que John simplemente había defendido a su
Shellan.
Rhage haría lo mismo por ella, estaba segura.
Desde hacía 6 meses Rhage le hacia el amor con
reverencia, se alimentaba cuando le hacía falta y todos los de la casa, la
aceptaban como shellan de Rhage. Casi lo tenía todo. Menos su amor. Rhage aún
no le había dicho que la quería. Aunque la trataba como a una reina, jamás
había dicho las palabras. Y aunque no quería reconocerlo, eso le dolía.
Rhage se acercó a ella, extrañamente fuera de lugar
con su bañador de O’Neill
y sus chanclas de playa. La besó justo antes de que Butch se abalanzara sobre
él. Se notaba que estaba soltando la energía acumulada que tenía, ya que no
estaba saliendo a luchar tanto como antes. Decía que era para no perder energía
y sangre durante las luchas y así no tener que alimentarse tanto, aunque
Lohrena sospechaba que era más bien para tenerla vigilada y protegida.
Desde que estaba en la mansión de la Hermandad, no
había vuelto a recibir ninguna nota, y en sus visitas mensuales a la clínica,
tampoco. Así que si Muhrder las estaba enviando, los hermanos las veían antes
que ella y obviamente se lo ocultaban.
- Oye, ¿te parece que mañana quedemos para ver
Vampire Diaries? Sé que has estado ocupada, pero seguro que puedes ver un
capitulo o dos conmigo…
Kihara le guiñó un ojo.
- Si, ¡me encantaría!
- Genial porque ya tengo la nueva temporada en dvd.
Así que…
El ruido de algo rompiéndose las distrajo. Butch
estaba tirado sobre lo que había sido una mesita de madera y Rhage hacia un
bailecito triunfal de lo más ridículo, mientras Vishous se acercaba a ver como
estaba su hellren. Sonrió cuando Rhage la miró y le guiñó un ojo.
Así había tenido que haber sido la primera vez,
pensó. Protegida por la hermandad, por su hellren…
Aunque si hubiese conocido a Rhage, estando con
Muhrder, a saber lo que habría pasado…
*-*-*
- Rhage, eres un hijo de puta.
- Sip, pero tu estás en el suelo y yo no…
Sintió la mirada de Lohrena y la miró, guiñándole un
ojo.
Amaba a esa hembra. Con locura. Y había llegado la
hora de contarle lo de su maldición. Lo había estado posponiendo, ya que no
estaba luchando con los hermanos pero no se lo podía ocultar más tiempo, mejor
que lo supiera ya, antes de que algún día lo viera y le cogiera miedo. Eso no
era muy probable, pero ella tenía derecho a saberlo.
Vishous le arreó en la cabeza.
- Como vuelvas a meterte con mi hellren, tendremos
un problema ¿verdad?
Sonrió pero de repente se le pusieron los pelos de
punta, sus sentidos y los de la bestia en alerta máxima.
Un segundo más tarde, las alarmas de la casa se
volvieron locas, informándoles de que alguien se acababa de infiltrar en la
mansión.
- ¡Lohrena!
El pánico le oprimió el pecho de tal manera que no
podía respirar. Las palabras de V, le helaron la sangre en las venas.
- Mete a las shellan en la habitación acorazada. Un
anti ha entrado en nuestro terreno.
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