miércoles, 16 de abril de 2014

Lover Adored - Capítulo 1

Ahgony la besó como si nunca se pudiera saciar de ella.
Qué se suponía que era cierto, ya que la amaba.
La amaba tanto que le dolía. Pero lo único que podían tener era esto. Momentos robados aquí y allá, cuando nadie se daba cuenta.
En este momento todos estaban celebrando el emparejamiento de Darius y Nalla, así que nadie se había dado cuenta de que ellos se quitaban del medio a escondidas.
Mariah lo deseaba tanto a él como él a ella y con un empujón fuerte, ella lo empotró contra el armario, haciendo un ruido escandaloso.
- Shh, cuidado tahlly, nos van a oír.
- No me importa.
- Si te importa, estás borracha. Yo no lo estoy.
Él le sonrió al verla haciendo un mohín adorable con los labios.
- Preferiría no tener a Rhage tirando la puerta abajo, ¿me pillas?
Ella lo miró, parpadeando rápidamente, sus grandes ojos azules, tristes.
- ¿No me deseas?
- Por supuesto que sí, eso lo sabes de sobra. Joder, si fuera por mí, estaríamos emparejándonos en este mismo momento.
Él inclinó la cabeza para que ella lo mirara.
- Lo sabes, ¿verdad?
Cerró los ojos y se apoyó en él.
- Lo sé. Sólo deseo...
- Tenía que hacer lo que hice, cariño. Si no lo hubiera hecho, ¿quién más podría haberlo hecho? ¿Uno de los hermanos?  Joder. ¿Tu padre?
- Sé por qué lo hiciste. Simplemente me duele porque vas a estar pegado a Darius ahora.
- Sólo cuando salimos, no en casa.
- Sí, pero ahora tienes que arriesgar tu vida por él.
- Eso lo haría de todos modos, incluso si no fuera su Ahstrux Nohtrum.
- Porque él es el heredero.
- Porque es mi amigo. También lo haría por cualquiera de los Hermanos o los soldados. Esa es la forma en la que funciona la Hermandad nena, ya lo sabes.
- De todos modos, no entiendo por qué Wrath le permite pelear.
- Él no está contento con ello, créeme. Pero Darius es un guerrero, como todos nosotros. Ahora, ¿podemos dejar de hablar de D? Hablar de mi mejor amigo, mientras que tengo una enorme erección es perturbador, como poco.
Mariah sonrió.
- Enorme, ¿eh?
- Sí, por ti siempre tahlly.
Ella besó la comisura de la boca.
- Puedo encargarme de eso por ti...
Mariah le mordisqueó los labios con sus colmillos antes de rasgar su camisa en pedazos.
Él se echó a reír.
- En serio, tienes que dejar de hacer eso.
- Hmmm ¿por qué?
- Porque sólo hay un número limitado de excusas que puedo utilizar para explicar cómo se destrozan mis camisas.
Su lengua caliente se deslizó sobre su pecho, deteniéndose en sus pezones. Sonriendo, ella movió su lengua sobre ellos, haciéndole gemir.
Joder, pero lo volvía loco.
No tenía ni puta idea de cómo se controlaba a sí mismo a su alrededor, porque lo único que quería hacer era enterrarse a sí mismo dentro de ella… de su resbaladizo interior húmedo.
Sin embargo, también quería esperar.
Quería hacer lo correcto con ella y hacerla su shellan antes de hacerle el amor. Antes de marcarla.
Quería estar emparejado correctamente antes de tomar su virginidad. Y ella siempre había estado de acuerdo con eso. Tenían tiempo. Podían esperar.
Pero al ver como ella se arrodillaba delante de él, sabía que su determinación se estaba flaqueando.
¡Mía!
Apenas controló su olor de vinculación, pero ambos sabían que una vez que saliera, no había manera de esconder esto.
Necesitaba hablar con Rhage, ahora mismo.
Su boca se cerró alrededor de él y empezó a chuparlo, Ahgony gimió y dejó caer la cabeza hacia atrás.
Mañana.
Él iría a hablar con Rhage, mañana.

* - * - *

Mariah miró a Ahgony mientras lo tomaba en su boca. Le encantaba el poder que tenía sobre él cuando hacia esto.
Le encantaba poder volverle loco de deseo.
Ella deseaba tanto hacer el amor con él que era casi un dolor constante. Era un anhelo que no se iría. Pero él era firme. Quería que estuvieran emparejados primero. Su Ahgony era tan tradicional a veces...
Y ahora nunca tendrían la oportunidad de...
Su polla tembló en su boca y ella dejó a un lado todos sus pensamientos.
- Dios tahlly, lo que me haces…
Ella chupó con más fuerza, arañándole el trasero con las uñas mientras lo atraía más hacia sí y lo metía más profundamente en su boca.
Tahlly... no puedo... tengo que...
Acaricio sus pelotas y así como así, él se corrió con fuerza. Ella se lo tragó todo, amando el sabor tan masculino y almizclado de él.
Lo dejo ir con un suave pop, y se enderezó, aunque él todavía estaba duro.
Ahgony le agarró la cabeza mientras la besaba profundamente, probándose a sí mismo en ella. Su lengua entraba y salía de su boca, imitando los movimientos del sexo. O al menos eso supuso.
Ella gimió, adoraba sus besos, y se estremeció cuando él susurró contra sus labios.
- Desnúdate y túmbate sobre la cama.
Ella hizo lo que le dijo, mirándole con travesura mientras se quitaba la ropa.
La anticipación era espesa en el aire y lo podía sentir, subiendo y bajando por sus venas.
Unos minutos más tarde, la mirada de Ahgony la recorría de arriba a abajo mientras ella se tumbó en su cama.
- Abre tus piernas nena, déjame verte.
Ella sabía que estaba más que húmeda para él y abrió las piernas de todos modos.
A Mariah le encantaba la forma en que él se frotó la barbilla y le susurró.
- Joder si...
Se acercó un poco más, pero no la tocó. Quería rogarle que le hiciera el amor. Rogarle que la llenara, que la hiciera suya ya.
Él lo haría. Si él sabía que ella realmente lo deseaba. Él haría cualquier cosa por ella, cualquier cosa que ella pidiera, pero él quería esperar. Y antes que nada, ella respetaría eso.
Incluso si eso significaba que no habría manera de que alguna vez estuvieran juntos.
Su padre nunca le permitiría tenerlo como pareja, no cuando él era el Ahstrux Nohtrum de Darius.
- Tócate.
La orden de Ahgony la trajo de vuelta al presente, y obedeció, comenzando una caricia sensual en su cuello.
Su mano bajó por sus brazos, sobre sus pechos, por su vientre, sobre la V entre sus piernas... La expresión de su cara era ardiente y ella gimió ante lo mojada que estaba por sólo una de sus miradas.
- Córrete para mí tahlly. Quiero verte.
Ella gimió cuando sus dedos se movieron sobre su carne hinchada. Con las dos manos, se abrió a él, para que él pudiera verlo todo. Se acarició a sí misma mientras él la miraba, y gimió suavemente.
Sus pechos estaban apretados el uno contra el otro, con los brazos en esta posición y cuando el placer se hizo más intenso, ella echó la cabeza hacia atrás.
- ¡Oh, Dios...! ¡Ahgonyyyyyy...!
- Estoy aquí mi vida...
Se había subido a la cama junto a ella, mirándola directamente a los ojos.
- Dios, te amo Mariah.
Ella cerró los ojos cuando el orgasmo la golpeó como una ola gigante, moviéndose a través de ella una y otra vez. Cuando ella volvió en sí, Ahgony la miraba con una sonrisa en su rostro.
- Me encanta ver cómo te corres.
Ella le devolvió la sonrisa, lánguida y saciada.
- Pon tu lengua en mí y podrás verlo tantas veces como quieras cariño.

2 comentarios: