jueves, 13 de marzo de 2014

Trusting Lover - Capítulo 23

- Gracias Kihara, ya estoy yo aquí. Seguro que John te anda buscando.

El tono de Rhage indicaba que había escuchado parte o todo de lo que habían hablado y Kihara se puso colorada como un tomate. Se despidió murmurando antes de salir corriendo por el pasillo.

- ¿De qué estaba hablando Rhage?
- Nada que deba preocuparte.
- Es... ¿es por lo de tus ojos?

Rhage suspiró.

- Si, tiene algo que ver, pero te aseguro que estas segura conmigo. No os hare daño jamás.
- Ya...
- Ven, entra en la habitación. Tienes que descansar.
- No voy a quedarme contigo. Como le he dicho a Kihara, prefiero quedarme en la jaula.

Rhage intentó disimular el gesto de dolor.

- Estarás más segura conmigo, puedo protegerte. De todas formas cuando completemos la ceremonia de emparejamiento, no tendrás más remedio que quedarte aquí.
- No quiero. No pienso emparejarme contigo.

El miedo se le había pasado y había vuelto su enfado. Rhage estaba al límite por su propio miedo, miedo por ella, por el crio... por Muhrder.

- Me importa una mierda lo que tú pienses. No vas a tener un hijo ilegitimo mío. No estando yo aquí. Esta criatura es tan mío como tuyo y tú serás mi Shellan antes de que acabe esta semana.

Lohrena aqueó una ceja y levantó la barbilla.

- Eso ya lo veremos.

Rhage abrió la puerta de su habitación y la empujó dentro con suavidad.

- No quiero pelearme contigo. Tengo que irme, quédate aquí. Por favor.
- A dónde vas.
- Cosas de la Hermandad.
- ¿Las mismas cosas que ayer?
- Lohrena...
- Tengo derecho a saberlo. Si voy a ser tu Shellan, tengo derecho. ¿Vas a ir a follarte a otra guarra?

Lohrena dio un paso hacia atrás cuando vio que sus ojos brillaron blancos. No sabía de qué iba la maldición que había mencionado Kihara, pero intuía que cuando los ojos de Rhage brillaban así, no era por nada bueno.

- No Lohrena. Voy a buscar a Muhrder y a luchar contra su ejército de antis. Voy a proteger a la raza como hago todas las noches. Y créeme cuando te digo que odio follarme a esas tías. Si hubiera otra manera... pero es mi cuerpo el que manda. No yo.

Lohrena bufó y él se acercó a ella.

- No tienes ni puta idea Lohrena. Y si me follo a esas tías, es para proteger a mis hermanos.
- Ya. Eso no tiene ningún sentido.
- No lo tendrá, pero es así.

Rhage fue hacia el armario, cogiendo sus dagas y sus armas.

- Explícamelo.
- Ahora no puedo, tengo que irme, me están esperando los hermanos.

Fue hacia la puerta pero cambió de idea y se giró hacia ella.

- Te lo explicaré, y te prometo que no voy a estar con nadie más que tú a partir de ahora, pero por favor, quédate aquí. Espérame. Aquí.


Antes de que Lohrena pudiera responder y partirle el corazón, la besó y salió de la habitación, rezando a la Virgen Escriba que siguiera allí cuando volviera. 

1 comentario: