sábado, 1 de marzo de 2014

Trusting Lover - Capítulo 21

- ¿Desde cuándo recibes las notas?
- Un tiempo.
- ¿Cuánto?

Lohrena suspiró.

- Tres meses.
- ¿Tres? ¿Porque cojones no me has avisado antes? ¿O a cualquier otro hermano?
- No pensé que fuera tan grave. Rhage, a donde vas, mi casa está por allí.
- Vienes conmigo a la mansión de la Hermandad.
- ¿Que dices? Pero si...
- Pero nada. Estas en peligro.
- ¿Que peligro Rhage? No me ha pasado nada, solo recibo notitas de un pesado.
- ¿Solo un pesado?

Rhage la miro atónito.

- Después de todo lo que te hizo, ¿llamas a Muhrder "solo un pesado"?
- ¿Cómo Muhrder?
- Lohrena, esa es la letra de Muhrder.

Lohrena palideció, dándose cuenta de que realmente corría peligro.

- Por la Virgen Escriba... ¿y qué voy a hacer?
- Yo te protegeré. La Hermandad al completo te... os vamos a proteger.
- Pero Muhrder sabe dónde está la mansión, me encontrará.
- No dejaremos que eso pase. Te lo juro Lohrena.

Asintió ausente, demasiado asustada para pensar con claridad.

Llegaron a la mansión justo a tiempo para la Primera cena y Fritz estuvo encantado de poder añadir dos platos más a la mesa. Rhage cogió la mano de Lohrena y ella apretó con fuerza, olvidando su enfado por el miedo que tenía. Entraron en el comedor y toda conversación ceso a la vez que todas las miradas se centraron en ellos. Rhage se aclaró la garganta.

- Hermanos, os presento a mi futura Shellan. Estamos esperando un crio y ahm... pues eso. Que se queda aquí conmigo. Con su permiso, mi rey.

Todos quedaron callados, mirando a la pareja y dirigiendo miradas nada discretas a la barriga de Lohrena donde se adivinaba un pequeño bulto. Kihara fue la primera en romper el silencio, levantándose de la mesa. Se acercó a Lohrena y le dio un abrazo fuerte.

- Bienvenida a la familia Lohrena.

Lohrena le devolvió el abrazo, sonriendo tímidamente. Kihara la soltó y abrazó a Rhage.

- Enhorabuena a los dos. ¿Para cuándo podemos esperar al peque?

Kihara realmente parecía contenta por ellos y Lohrena se relajó un poco. El rey se levantó.

- Perdonad mis modales. Enhorabuena a los dos. Lohrena, eres más que bienvenida en esta casa y serás tratada con todo el respeto que mereces.

Lohrena se emocionó.

- Gracias... mi rey.

Wrath asintió complacido. Se elevo en toda su altura, elevando su copa, e inclino hacia atrás la cabeza. Con una tremenda, estruendosa voz, gritó tan alto, pareció que las paredes de la mansión temblaron.

- ¡Por el pequeño!

Todos se levantaron, elevaron sus copas, y gritaron con toda la fuerza de sus pulmones.

- ¡Por el pequeño!

Su coro de voces era audaz y lo bastante ensordecedor para llegar a oídos de la Virgen Escriba. Lo cual era precisamente como mandaba la tradición. Un apropiado y próspero brindis, pensó Rhage, aunque su relación con Lohrena no era exactamente tradicional. Aun. Le dio un beso casto delante de la Hermandad y estos volvieron a gritar.

- ¡Por el pequeño!

Cuando por fin se hizo el silencio, Wrath extendió el brazo hacia los asientos vacíos de la mesa.

- Por favor sentaros. Fritz ha preparado cordero y está para chuparse los dedos.

Rhage ayudó a Lohrena a sentarse y fue hacia Wrath para pedirle una reunión urgente, después de la comida. Tenía que avisarles que de su enemigo andaba mucho más cerca de lo que pensaban.

2 comentarios:

  1. Donde anda tu musa? Espero que la recuperes pronto para que sigas esta magnífica historia.Me gusta mucho.

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