Nalla estaba soñando. Tenía que ser eso.
Sin embargo, no era capaz de decidir despertarse. Debía
haberse dormido justo después de alimentarse. Y como Darius y el emparejamiento estaban en su mente... ahora estaba soñando con él. Al igual que cuando le había
llegado su necesidad, qué conciencia más cruel tenía. Excepto, que en realidad Darius
sí que había estado allí cuando ella pasó por su necesidad, ¿verdad?
Quizás esta vez también era real.
Los labios de Darius aplastaron los suyos con
desesperación, como si sólo ella pudiera saciar su sed. Su lengua se sumergió dentro
de su boca haciendo que sintiera ese cosquilleo tan familiar en su estómago,
como si tuviera un millón de mariposas revoloteando por dentro.
Un delicioso olor los envolvió, uno que no había
olido desde que Darius resulto herido y ella tuvo que alimentarle hacia tantos
años. Ni siquiera en sus sueños había tenido el placer de volver a oler ese
delicioso perfume.
Su olor de vinculación.
Era real.
Él estaba realmente aquí.
Pero, ¿cómo? ¿Qué había sucedido?
Sus grandes manos recorrían su cuerpo con urgencia y
le arrancaron de manera eficiente su top, dejando al descubierto sus pechos
desnudos y haciéndola olvidar todo sobre el cómo y el por qué.
¿Estaría decepcionado de que ella se había quitado
los piercings?
No parecía importarle ya que agachó la cabeza para
chupar uno de sus pezones.
- ¡Au!
Rápidamente él se incorporó para mirarla.
- Lo siento mi amor, ¿te he hecho daño?
Ella negó con la cabeza.
- Es que son extremadamente sensibles ahora. Y no
han tenido ninguna atención, en mucho, ya sabes...
Darius movió las manos para acariciar suavemente
ambos pezones con sus pulgares, haciéndola gemir, pero esta vez, el sonido era
puro placer.
- ¿Es por eso que te los has quitado?
Ella asintió con la cabeza. Eso y porque Doc Jane le
había recomendado que si quería amamantar a sus cría era mejor no llevarlos.
Bajo la cabeza y suavemente lamió su pezón hinchado,
haciéndola jadear. Sus caricias y besos suaves en su piel la estaban volviendo
loca, hasta el punto en que no podía esperar más. Se bajó sus propios
pantalones haciéndole reír.
- ¿Tan ansiosa estas, mi amor?
- ¡Sí! Te necesito dentro de mí nallum, ¡ahora!
- Qué. Me. Has. Llamado.
- N... Nallum.
Ella se encogió de hombros, pensando que si él no
estaba emparejado, no había ninguna razón, ninguna necesidad de quedarse
callada por más tiempo.
- Te quiero nallum.
Te he querido siempre...
- ... y siempre te querré. Mi Nalla, te quiero, te amo
tanto.
*-*-*
La besó con pasión, con hambre. Era como estuviera
tratando de recuperar el tiempo perdido y ella estaba totalmente a bordo.
La cogió en brazos, haciendo que pusiera sus largas
piernas desnudas alrededor de su cintura.
Una cama,
necesitaban una cama.
- Al final del pasillo, la primera puerta a la
izquierda.
Su susurro le hizo cosquillas en la oreja y
rápidamente se la llevó a donde le dijo. Con cuidado la tumbo sobre la cama, y no podía
dejar de pensar, Querida Virgen en el
Fade es tan hermosa. Y mía. Toda mía.
Su pecho parecía un poco más grande y su vientre estaba
un poco más redondeado, como si se estuviera empezando a hinchar. Todo por
culpa de su crio, pensó con orgullo.
Para él, ella nunca había estado más bonita y no
podía esperar a verla crecer aún más.
La besó suavemente en el cuello, teniendo cuidado
con sus colmillos, sabiendo que no podía alimentarse de ella, a pesar de que se
estaba muriendo por quitarse el sabor de la ZCC de su boca.
Antes él tenía que saber todos los pormenores de
este embarazo. Saber si era seguro alimentarse y…
Ella gimió debajo de él y puso sus manos en su pelo,
tirando con impaciencia.
Él habría reído ante su inquietud, si no hubiera estado
igual de inquieto. Ansioso por saber si ella también se había quitado ese otro
piercing...
Le besó la curva de su pecho mientras bajaba más y
más por su cuerpo. Metió su lengua en su ombligo, haciendo que sus caderas
saltaran de la cama.
Queridísima Virgen en el Fade cuanto la había echado
de menos. Su sabor, su olor. Esos pequeños ruiditos que hacia cuando estaba
excitada.
Y estaba excitada...
Dejó que su mano fuera todavía más hacia abajo,
sumergiendo un solo dedo en su interior.
Ella jadeo al sentirlo. Oh sí, estaba excitada.
Él gruñó. Joder, pero no podía esperar a estar rodeado
de todo ese calor húmedo. Estaba a punto de correrse en sus pantalones, tan excitado
estaba.
- Te he echado mucho de menos, mi amor.
- Y yo a ti. Te he echado de menos. Mucho. Pero te juro
Darius, si no estás dentro de mí en los próximos 2 segundos, voy a hacerte
daño.
Esta vez, dejó escapar una risa ronca.
- Tan impaciente mi Nalla.
- Joder, sí. Te quiero encima de mí. Dentro de
mí. Ahora.
Rápidamente se movió para obedecer. Su olor de macho
vinculado estaba saturándole y estaba impaciente por unirse finalmente con
ella. Hacerla suya.
Él quería que su aroma saliera de todos y cada uno
de sus poros.
Él necesitaba que todos los machos supieran a quien
pertenecía ella. Que era solo suya.
Quería...
- ¡Dariuuuus!
Su gemido de impaciencia le hizo darse cuenta que
todavía se cernía sobre ella, su polla dura en su entrada.
Por mucho que él quería darle una fuerte embestida,
llenarla hasta el fondo, sabía que tenía que ser gentil, suave.
Se abrió paso entre sus pliegues resbaladizos,
empujando poco a poco, sintiendo las paredes de su sexo contrayéndose a su
alrededor. Estaba empezando a sudar, el esfuerzo de ir lento volviéndole loco.
Sus maullidos sensuales y gemidos no le estaban ayudando exactamente con su
autocontrol.
Sus largas uñas rascaron le la espalda y el ardor hizo
que se metiera de golpe unos centímetros más.
- ¡Siiiiiii!
Joooooooooooder.
Respiró profundamente un par de veces luchando
contra el impulso de correrse. Había pasado demasiado tiempo desde que había estado
con ella. Dentro de ella. Y ella estaba tan malditamente apretada...
Sus manos bajaron aún más por su espalda, agarrando
su culo y empujándole hacia ella, clavándose aún más profundo. Y así con ese
empujón, él estaba completamente dentro de ella.
Su polla tembló y Darius se quedó sin aliento.
- Hazme el amor nallum.
Hazme tuya.
*-* !!! ahhhh al fin!!! *-*
ResponderEliminarPor fin virgen.Ahhhhhhh
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