Dos días después, Rhage se estaba duchando solo.
Solo pero feliz.
Su necesidad había pasado bien, gracias a Lohrena, y estaba
deseando salir de aquí para volver a la mansión de la Hermandad con ella. No
estaba seguro de como reaccionarían los Hermanos, aunque se lo podía imaginar.
La verdad era que le daba igual. Lohrena sería su Shellan y el hijo o
hija que naciera de este periodo de necesidad sería el más mimado del mundo.
Después de todo, la visión de Vishous se cumpliría y él seria padre.
Él y Lohrena habían conectado de una manera
extraordinaria en estos días, y no solo dentro de la cama, aunque hubiesen
pasado ahí el mayor tiempo. Había descubierto que podían hablar de todo, y se
habían alimentado mutuamente. Sonrió como un bobo, el olor del marcaje saturando
el aire del cuarto de baño. Salió de la ducha y vio su reflejo en el espejo.
Sus ojos brillaban más blancos y se le borró la sonrisa. La necesidad había
acabado y con ello, la tregua que le daba la Virgen Escriba. Su bestia había
vuelto.
Él y Lohrena habían hablado de todo. Menos de su
maldición...
Ella le había preguntado por el tatuaje, y porque
sus ojos cambiaban de color, pero él no quería asustarla así que había evitado
las preguntas haciéndole el amor. Una y otra vez. Solo el pensar el ello le
ponía duro de nuevo. Se secó con rapidez, vistiéndose con la ropa que ella le
había lavado. Bajó las escaleras con rapidez y la encontró en la cocina con
expresión ausente.
- ¿Lohrena?
- Hola Rhage.
Lo miró brevemente antes de bajar la mirada de nuevo,
avergonzada.
- ¿Podemos hablar?
- Uhm... ¿de qué?
- De nosotros.
- ¿Qué nosotros Rhage? No existe ningún 'nosotros'.
Su voz sonaba apagada y a Rhage no le gustó nada.
Quiso acercarse a ella, pero no estaba seguro de como reaccionaría, así que se
quedó dónde estaba.
- Lohrena, después de todo lo que ha pasado estos
días... Lo más seguro es que estés embarazada. Yo no soy como... como él. Yo no pienso dejarte sola. Vamos a
emparejarnos y serás mi Shellan y tendremos a nuestro bebe y...
- ¡Rhage! ¿Te estas escuchando? No me conoces de
nada, ¿cómo puedo ser tu Shellan?
- Vas a tener a mi hijo, no pienso dejarte sola.
- ¿Y si no estoy embarazada?
Rhage la miró como si eso no fuera posible y luego
dudó un instante.
- Pues nos emparejamos igualmente. Así el año que
viene sí que te puedo dejar embarazada. Lohrena, nos llevamos bien, esto...
esto puede funcionar.
- Lo que estás diciendo no tiene ningún sentido
Rhage.
- Claro que sí.
Se acercó a ella y le acarició la mejilla, viendo
que tenía lágrimas en los ojos.
- Princesa, ¿qué ocurre?
Lohrena sacudió la cabeza.
- Esto se acaba aquí Rhage.
- No, pero...
- No voy a ser tu Shellan porque no nos
conocemos, ni estamos enamorados, ni nos queremos. No tiene sentido unirnos
así. Te he ayudado a pasar tu necesidad, y ya está.
El cuerpo entero de Rhage vibro al oír esas palabras
y apretó los dientes con fuerza, manteniendo su olor de marcaje dentro. ¡Mía!
- ¿Y si estas embarazada?
- No lo estoy.
- Eso no lo puedes saber aún.
- Si, Rhage. Sí que lo sé. Después de tener a
Tohrture, hice algo... No puedo tener más hijos. Me aseguré de ello.
Pobre lohrena! Que buena esta la historia!! Me encanta la pareja
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