Lohrena recuperó la consciencia al notar como Rhage
salía y entraba de su interior. Pero ya no estaba apoyada en la pared, sino
entre sus brazos, subiendo las enormes escaleras de la mansión. El olor a sexo,
sudor y especias oscuras que emanaba de su cuerpo la volvían loca. Sabía que
nunca se cansaría de olerlo. Cuando llegaron a lo alto de la escalera, Rhage le
dio un suave beso en la frente.
- ¿A qué habitación vamos, princesa?
Lohrena señaló la habitación al fondo del pasillo y
jadeó cuando el volvió a moverse, creando una fricción deliciosa. Era casi
imposible pero Lohrena estaba a punto de correrse otra vez. Con Muhrder jamás
había sido así, el la había usado una y otra vez sin miramientos, haciéndole
daño aunque ella lo deseaba. O eso había creído. Sin embargo con Rhage era algo
tan diferente, era tan natural que podría tomarla las veces que quisiera, que
seguro no le haría el daño que le había hecho su ex. Entraron en la habitación
y Lohrena perdió el hilo de sus pensamientos cuando Rhage la tumbó en la cama
con cuidado y sin salir de ella. Tenía los ojos cerrados y soltó un gruñido de
lo más erótico.
- Por la Virgen Escriba… tengo que tenerte otra vez.
Sus caderas se movieron solas, guiadas por la
necesidad.
- Lo siento Lohrena, no quiero hacerte daño pero…
Su gruñido reboto por toda la habitación mientras
incrementaba e ritmo de sus embestidas.
- No me estás haciendo daño Rhage… todo lo
contrario. No te pares por favor…
Rhage se volvió loco al oír las palabras de Lohrena.
La besó enloquecido, hambriento de su sabor. Su dragón estaba ahí con él, justo
bajo la superficie, disfrutando tanto como él. Esperaba que las palabras de
Lohrena fueran verdad porque no podía detenerse. Necesitaba correrse dentro de
ella una y otra vez.
Lohrena arañó su espalda y el gesto fue como una
caricia para la bestia.
- No estoy hecha de cristal Rhage… Más fuerte, por favor…
Dame. Más. Fuerte.
Rhage estaba más que dispuesto a obedecer y con dos
fuertes embestidas más, Lohrena se deshizo debajo de él, gritando su nombre una
y otra vez al correrse. Rhage la observó en esos momentos de pasión y algo
dentro de él, cambió. Y no, por una vez no era la bestia. Ver a Lohrena
deshecha debajo de él, sonrojada, satisfecha y con los colmillos extendidos,
hacia que se sintiera muy posesivo. ¡Mía!
Rhage inclinó la cabeza, exponiendo su cuello, sin
dejar de moverse.
- Muérdeme Lohrena, toma de mi vena. Aliméntate.
Noto los colmillos de Lohrena penetrando su piel y
la suave succión al extraerle la sangre. Era una sensación increíble y Rhage no
aguantó más, incrementando la velocidad de sus embestidas, vaciándose dentro de
ella, con un grito ronco, por tercera vez desde que habían entrado en la
mansión.
Despertó poco después, avergonzado por haber perdido
la consciencia de esa manera a y se giro, esperando encontrar a Lohrena a su
lado. Se dio cuenta de que estaba solo en la cama, la polla dura como si no
acabara de tener los orgasmos más intensos de su vida. Necesitaba a Lohrena
otra vez, pero ¿dónde estaba? Se levantó de la cama desnudo y miro por la
ventana. Su GTO había desaparecido.
Que lindo rhage.. todo preocupado por ella!! Ojala solo haya ido por el desayuno jeje y no se haya escapado.. muy buen capitulo,m esta encantando esta historia!!
ResponderEliminarMe alegro que te guste! Ya tienes mas capítulos ;)
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