**Lohrena
se ha puesto de parto, la están ayudando las Doggen. Sé que no debería pensar
esto, pero espero que no sobreviva ninguno de los dos. Prefiero vivir sin ella
a saber que tiene un hijo con otro.
Ha
sido niño, los dos están bien. Muhrder, el amante y padre del niño ha estado
aquí y se ha sorprendido al verme. Es un vampiro enorme y he temido por mi vida
cuando se ha enterado de que Lohrena y yo estamos juntos. Vi la locura en su
mirada. Entro a ver a Lohrena y tuvieron una pelea enorme. La ha repudiado,
tanto a ella como al pequeño, de quien dice que no es suyo. Pero yo sé que mío
no es. Yo sé que él es el padre. No puede ser nadie más.
Lohrena
me ha pedido perdón. Me lo ha confesado todo y me ha pedido perdón. Está sola
en este mundo, sin la Glymera, sin su amante, ella no es nadie. Quiere que
adopte a su hijo, que lo crie como si fuera mío, pero no sé si puedo. Aun la
quiero, a pesar de todo. Aunque odie a todos los demás vampiros.
El niño se
llama Tohrture.
Tortura.
Que apropiado.
23 años después
Lohrena
ha muerto. La he visto clavarse una estaca y tirarse por un barranco. Ni
siquiera podré recuperar el cuerpo. No puedo vivir sin ella. Lo era todo para
mí. Me ha dejado solo con Tohrture. Acaba de pasar por su transición hace tan
solo unos meses y ahora es un vampiro poderoso. Mi hijo es un vampiro. Como lo
odio.
Hoy
he tenido una visita muy interesante de alguien a quien no veía en mucho
tiempo. Muhrder. Aún tiene esa mirada de loco, pero tenemos algo en común.
Ambos odiamos a los vampiros. Ha estado todos estos años creando un ejército.
Los antivamps los llama, vampiros convertidos en anti vampiros que odian y
eliminan a todos los vampiros que pueden. Ha pedido mi ayuda para seguir con su
misión. Y se la daré. Siempre y cuando me jure que no tocara a Tohrture.
Su
hijo.
Mi hijo.
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