sábado, 28 de diciembre de 2013

Lover Sacrificed - Capítulo 29

Darius la besó como si su vida dependiera de ello.
Saboreando el momento.
Tenía las manos en su pelo, tirando suavemente mientras el beso ardiente los consumia. Él agarró sus manos y las sostuvo sobre su cabeza mientras levantaba la vista para mirarla a los ojos.
Lentamente entró en ella, centímetro a centímetro, sintiendo como su calor lo envolvía, haciéndole jadear. Se quedó así un momento, su polla palpitando dentro de ella, hasta que Nalla empezó a retorcerse impaciente.
- Darius, ¡muévete!
Él la besó mientras empezaba a girar sus caderas lentamente.
- Dariusssssss...
Bombeo más fuerte, más rápido, necesitando mucho más. Sentirla más cerca…
- ¡Sí! Sigue así, oh dios...
Nalla gritó su nombre cuando el orgasmo se apoderó de ella y la vio deshacerse entre sus brazos.
De nuevo sintió una punzada en el corazón mientras la miraba. Era tan hermosa...
Comenzó a moverse de nuevo, la necesidad de darle placer una y otra vez, abrumándolo.

Mantuvo su olor de vinculación dentro de él, porque no quería ser egoísta y marcarla, cuando sabía que no podía estar con ella.
Tal vez en el futuro ella se vincularía con otro macho. Un macho de valía.
Él gruñó y sus movimientos se hicieron más urgentes.
¡Mía!
En cuanto Nalla se corrió de nuevo, él se dejó llevar, vaciándose dentro de ella con un feroz gruñido.
Unos minutos después, completamente agotado, hundió la cabeza en el hueco de su cuello. No para morder, ni alimentarse, simplemente para estar ahí. Para inhalar su aroma y emborracharse con su olor.

*- * - * - * - *

Se estaba controlando.
Ella lo sabía. Podía sentirlo.
Y le molestó.
Pero al mismo tiempo, ella lo agradecía.
Lo abrazó mientras él le acariciaba el cuello, tratando de recuperar el aliento. De repente, él les dio la vuelta, aun enterrado en su interior. Y aun estando duro.
Ella lo miró, disfrutando de la sensación de tenerlo dentro de ella.
- Cabálgame mi amor. Quiero ver cómo te vuelves loca por mí.
Ella le sonrió mientras ponía las manos en su pecho para empujarse a sí misma, haciéndoles gemir por a la fricción que causaba el movimiento.
Se dejó caer, empalándose a sí misma en su polla. Gimió sintiendo como el la llenaba por completo y echó la cabeza hacia atrás mientras incrementaba la velocidad de sus embistes.
Darius usó su pulgar para frotar su clítoris perforado y así como así, se corrió otra vez. Sus gritos se unieron a los de ella cuando levantó sus caderas y comenzó a empujar con fuerza, casi levantándola del colchón. Bombeó y bombeó y bombeó hasta que no quedó nada en su interior.
Esta vez fue el turno de ella de esconderse en el hueco de su cuello, respirando con dificultad.
- ¿Podemos… volver… a… hacer… eso… otra vez?
Darius sonrió y miró el reloj.
- Sí, aún tenemos un par de horas antes del amanecer.
Ella se incorporó y Darius gruñó.
- Vas a estar adolorido cuando termine contigo...
Él la besó.
- Mi amor, valdrá la pena.
Hicieron el amor incontables veces más, perdiendo la noción del tiempo, ya que se perdieron el uno en el otro.
Y entonces oyeron como las persianas se cerraban por el día...

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