Lover Sacrificed - Capítulo 16

- ¡… cuatro meses hasta la ceremonia! Y aún no han dicho dónde va a realizarse. ¡Esto es indignante! Sin duda, los padres de la shellan necesitan estar informados de todo lo que está pasando. ¡Vamos a estar relacionados con la familia real y sólo los hemos visto una vez! ¡Exijo la presencia del rey, ahora mismo!

Darius trató de bloquear todo lo que la madre de Penehlope gritaba a los hermanos acerca de los fallos y defectos de sus padres en lo que respecta a la ceremonia de emparejamiento.

Se reiría si no fuera por el hecho de que él tenía el corazón destrozado. Nalla había salido de la mansión hacia casi un mes, y aunque él sabía que ella estaba bien, le dolía el no verla. Nadie le había dicho el porqué, aunque se lo podía imaginar. Se estaba alejando de él.

Penehlope soltó su muñeca, lamiendo las heridas para cerrarlas y lo miro con lujuria.

- Estoy deseando poder beber de tu cuello...

Se humedeció los labios y le ofreció su muñeca.

- Uhm, no te preocupes, gracias. Me alimente hace poco.

Su rostro se retorció  como si hubiera salido de una película de terror.

- ¿Qué? ¿De quién?

Wow... hola ZCC loca...

- ¡Eres mío! ¡Papá! ¡Papá, se ha alimentado de otra hembra!

Darius la miró cuando ella se levantó y corrió hacia su padre. No era para nada como su Nalla. A pesar de todo, era hermosa... Un poco delgada para su gusto, pero claro, nada podía compararse con las exuberantes curvas de Nalla. El pelo rubio de Penehlope tenía un estilo muy corto cuando él prefería el pelo largo, negro-como-la-noche-y-suave-como-la-seda de Nalla. Penehlope iba vestida como si fuera a ir a algún tipo de fiesta elegante, siempre llevaba vestidos pegados que le sentaban como un guante. Realmente había sido criada en la Glymera... tenía un aire de pureza angelical, aunque no se parecía en nada a una newling inocente. 

Su padre, su futuro suegro, parecía un pez ahogándose. Abría la boca, cerraba la boca. Un lento parpadeo-parpadeo. Pero no tenía huevos para acercarse a él y preguntarle.

- Mira, estaba herido y necesitaba la sangre para curarme. Era de una elegida, por lo que no es problema.

Odiaba la mentira, pero nunca le diría la verdad sobre de quien se había alimentado.

- ¿Por qué nadie me llamo?

Su voz, aunque seductora, le ponía de los nervios.

- Porque me estaba muriendo. No había tiempo...

De repente, sin previo aviso, se puso duro. Así como así, dolorosamente duro.

Sin ninguna razón aparente.

¿Qué demonios?

Penehlope dio cuenta y sonrió, pensando que ella era la razón de su condición.

- Está bien. Entiendo. Sólo quiero estar allí para ti cuando me necesites. En unos pocos meses, no necesitaras a ninguna elegida. Me tendrás a mí.

* - * - *

- Jhade, creo que está empezando. Vamos, ¡dame la droga!

- Aún no. Tienes que estar plenamente en tu necesidad, de lo contrario tu cuerpo la va a quemar demasiado rápido.

- Jhade, lo juro por la Virgen Escriba, si no me lo das... Tú dámela, y vete. Te veras afectada si no te vas ahora.

- No me afectara.

- Claro que sí. La única razón por la que no le afectaría es que si estás a punto de pasarla tú misma o si ya estás embarazada.

Jhade se mordió el labio.

- Cuando te fuiste de la mansión hace unas semanas, Marissa pasó por su necesidad... Parece que no salí del túnel a tiempo.

- ¿Tu estas...?

- Sólo de 3 semanas. Y sólo John lo sabe por ahora. Y Doc Jane.

- ¡Oh, Dios mío!

Nalla abrazó a su amiga a pesar del dolor en su piel sensible.

- ¡Estoy tan feliz por ti!

Ella gimió de dolor.

- Entonces, ¿Qhuinn no lo sabe todavía?

- No, quiero tener un poco más de tiempo para acostumbrarme a la idea, ¿sabes? Me refiero a la última vez que pensé que... fue durante todo el drama con la Virgen Escriba, así que quiero disfrutar esto un poco por mi cuenta. Además tengo que conseguir que abuelo Qhuinn se haga a la idea...

- Bueno, me alegro por los dos. John va a ser un gran padr... ¡Oh dios como duele!

- Vamos. Basta de cháchara, vamos a meterte en la cama.

- ¿Y qué pasa con John?

- Está fuera jugando a ser perro guardián. De cualquier manera, no se verá afectado porque está vinculado a mí y yo estoy embarazada, por lo que su cuerpo no reacciona como lo haría el de cualquier otro macho.

- Ah… claro, es verdad. Siento mucho manteneros a los dos aquí conmigo. Pero no me sentiría cómoda con mis padres aquí.

- Claro, normal. Y no seas tonta. ¿Para que están los amigos?