domingo, 6 de octubre de 2013

Lover Embraced - Capítulo 46

El corazón de John latía con fuerza en su pecho, la ola de necesidad era intensa y él estaba duro como una piedra. Un quejido de dolor sonó detrás de la puerta de la habitación y no dudó en entrar. Jhade estaba llorando, retorciéndose y gimiendo encima de la cama. Estaba tan excitada, su necesidad tan intensa que sus bragas estaban completamente empapadas.
- Drogas… no… por favor.
Ella creía que él era Qhuinn.
Se equivocaba.
John rápidamente se quitó las botas shitkicker y los pantalones y silbó.
Ella dejó de moverse con tanta intensidad y lo miró con los ojos vidriosos.
- John?
Silbó de nuevo mientras se subió a la cama y le agarró los muslos. Desgarró la ropa interior y le abrió las piernas tanto como pudo. Su olor casi lo vuelve loco y la lamió.
- ¡John!
Bien, sabía exactamente quien estaba con ella. Solo hicieron falta unos pocos lametazos para que ella estallara en un violento orgasmo, y sus manos se movieron a sus hombros, clavando las uñas con fuerza mientras gritaba su nombre.
- Dios John… Si, ¡Si!
Se calmó un poco y lo miró maravillada, pero el sabia que el orgasmo que le acababa de dar, no sería suficiente. Había oído demasiadas historias de los hermanos a través de los años para saber que hacer que se corriera, no sería suficiente.
Lo necesitaba a él.
Necesitaba su semilla dentro de ella. Solo eso la calmaría y mitigaría el dolor un poco. Y lo necesitaría una y otra vez hasta que terminara el periodo de necesidad.
Su expresión paso a ser de dolor y se agarró el vientre.
- No, ¡otra vez no! ¡Me duele!
Rápidamente subió por su cuerpo, sabiendo exactamente lo que debía hacer. Le abrió las piernas y se hundió en ella. Le agarró las muñecas, subiéndole los brazos por encima de la cabeza mientras entraba y salía de ella con fuerza.
John gimió, gruñó, estaría gritando si pudiera. Estar con ella era increíble, todo lo que siempre había querido, aunque fuera sólo para aliviar su dolor y ayudarle a pasar su necesidad.
- ¡Más fuerte! Oh dios John, ¡más fuerte!
Sí, señora.
Pronto ella se deshacía en sus brazos, gritando su nombre. Pero sólo cuando sintió que él la llenó con su propio clímax, no se calmó un poco.
- John, ¿realmente eres tú? ¿No estoy soñando?
Silbó, sabiendo que su visión era demasiado borrosa para verle bien.
- ¿Podrías eh...? Tengo tanta hambre.
Él se levantó rápidamente, preparado para traerle la mejor comida que había.
- No, espera... oh no... Está empezando... de nuevo... el dolor...
Estuvo dentro de ella en el siguiente latido, dispuesto a quitarle el dolor de nuevo. Una y otra vez, tantas veces como le fuera necesario.
Sus uñas se clavaron en su espalda, esta vez, extrayendo sangre. Obviamente, el olor despertó su sed porque lo siguiente que supo, la fantasía que había estado teniendo desde que la conoció, se hizo realidad.
Estaba dentro de ella, dándole placer, mientras ella se alimentaba de él y ambos se encaminaban hacia otro orgasmo enloquecedor.

*-*-*

Jhade temblaba encima de la cama mientras se recuperaba de su último orgasmo. John la miraba con preocupación. Tenía hambre, estaba agotada y todavía estaba necesitada, a pesar de haber estado follando durante horas.
Joder con él insaciable John...
Miró a John, tenía tantas preguntas que hacerle.
¿Por qué estaba aquí?
¿Cómo había estado durante estos últimos años?
Su estómago rugió con fuerza y rápidamente él se levantó y se vistió. ¿Se iba a marchar?
- Vuelvo ahora mismo. No te muevas.
Ella asintió con la cabeza, tratando de ignorar el enloquecedor latido de su corazón.
Ella miró su cuerpo, que estaba cubierto de sudor, sangre y otras cosas. Necesitaba una ducha y tenía que cambiar las sabanas.
El dolor en su vientre ya no era tan intenso, pero sabía que volvería, por lo que tenía que darse prisa.
El agua caliente era una bendición y dejó que se llevara toda la suciedad. Cuando terminó enjabonar y enjuagar cada parte de su cuerpo, el dolor se intensificó y le comenzaron a temblar las piernas.
Tenía que llegar a la cama antes de caerse..
Necesitaba a John.
Jhade estaba a punto de cerrar el grifo cuando sintió sus grandes manos en las caderas, sus labios en su cuello y su polla por encima del trasero.
Jhade gimió.
Él cogió sus manos y las colocó sobre las baldosas delante de ella, acariciando sus brazos y los hombros, para luego apretar sus pechos y pellizcar sus pezones.
Ella jadeo cuando él, muy lentamente, comenzó a entrar en ella.
- Jooooooooohn ¡por favoooooooor!
Así como así, al oír su suplica, la llenó hasta el fondo, bombeando y llevándola hacia otro orgasmo.
No estaba segura de cuánto más podría aguantar, pero mientras tuviera a John a su lado, ella no se iba a quejar.


1 comentario:

  1. *-* que monos por favor jajajajaj me gusto mucho muchoo

    un saludo

    Srta. Morena

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