Jhade miró a John asombrada cuando él se dio la
vuelta completamente estupefacto. Tenía un precioso tatuaje en la espalda, 4
símbolos en el lenguaje antiguo. Y por encima del tatuaje, grabado en la piel,
el nombre completo. Xhexania. Debería de verse raro, pero era precioso. Notó un
dolor en el corazón y reconoció que por primera vez en su vida estaba celosa.
Intentó ignorar el sentimiento al mirar su cuerpo.
Había estado tocándose y ella se lamió los labios
al imaginárselo. ¿Había estado pensando en ella? Eso esperaba. Se volvió a
lamer los labios al mirarlo de arriba a abajo. Lo necesitaba dentro de ella.
Ahora.
Se había despertado hacia un rato, hipersensible
y necesitada de él. Pero él no había estado con ella. Se había duchado muy
rápidamente, ignorando el dolor, y se había asegurado de que aún era la misma y
no había crecido de manera exagerada. Se había envuelto en una toalla y había
caminado hacia su habitación, entrando sin llamar. Y entonces lo había
encontrado en la ducha.
Desnudo y duro.
- Tienes
que irte.
Negó con la cabeza
- No me voy a ninguna parte.
- Por favor
tienes que… yo no puedo…
- No puedes, ¿qué?
Arqueó una ceja y dejó caer la toalla,
mostrándose completamente desnuda delante de el.
Su inhalación repentina hizo que soltara una risa
triunfal, y su polla se sacudió, haciendo que ella quisiera probar. Cerró el
grifo, sus movimientos rápidos y controlados. Cuando la miró de nuevo, sus ojos
estaban completamente negros y sus colmillos tan extendidos que se clavaban en
su labio inferior.
Su estómago se contrajo.
¿Necesitaría alimentarse? ¿Querría hacerlo?
Ya estaba lo suficientemente fuerte, podía
sentirlo en sus venas.
Él camino hacia ella, las gotas de agua
acariciando su cuerpo al caer hacia abajo, abajo, abajo.
Sintió una repentina necesitad de secarlo, con su
lengua.
- No tenías
que haber venido aquí.
Jadeo, ¿no la echaría de aquí no? ¿O sí?
Tuvo que levantar la mirada cuando él siguió
acercándose más y más. Su polla le quemó la piel al apretarse contra su barriga
y podía oler esas deliciosas especies oscuras de nuevo cuando el cerró la
distancia y puso sus labios sobre los de ella.
*-*-*-*
No podía decir que no.
No era lo suficientemente fuerte.
La había echado de menos y la deseaba. A la
mierda con todo lo demás porque ella también lo deseaba a él.
¡Mía!
Le devoró los labios en un beso ardiente, dándose
cuenta de que jamás se cansaría de ella. Tenía cuidado de no tocarla, ya que
sabía que su piel estaba demasiado sensible. Pero ella se acercó a él, rodeando
su cintura con sus brazos, apretándose más contra él.
Su gemido al apretar su culo, lo volvió loco y le
acarició las mejillas con dulzura al separarse un poco, solo para mirarla.
Estaba sonrojada, excitada y esos adorables
colmillos que tenía ahora, serian su perdición. Podía imaginársela
alimentándose de su cuello mientras el entraba y salía de ella…
La besó de nuevo, más profundamente, incapaz de
controlarse. Estallaría en llamas, combustión espontánea, si no estaba dentro
de ella en los próximos 5 segundos. Pero antes…
La cogió en brazos y fue hacia la cama. La iba a
saborear de nuevo. Necesitaba su sabor en su boca, bajando por su garganta… Su
sabor era adictivo, peor que el humo rojo al que había estado enganchado Phury.
Antes de que pudiera inclinarse sobre ella, se
encontró tumbado en la cama, bocarriba, con Jhade sentada encima de él.
¿Cómo coño había hecho eso?
Lo miró con una sonrisa radiante.
- Me toca.
Lo besó suavemente y jadeó al sentir lo dulce y
suave que fue. Realmente era asombrosa.
Sus manos estaban apoyadas sobre su pecho y muy
lentamente bajo por su cuerpo, besando y lamiendo todo el camino.
Joooooder.
Sabía que este no era ni el lugar ni el momento
pero no podía evitar compararla con Xhex. Ella jamás había querido dulce y
suave, nunca quería hacer el amor, siempre había sido rápido y duro, casi sin
emoción.
De alguna manera sabía que con Jhade, podría tenerlo
como quisiera. Suave, duro, rápido o lento. Ella iría a su ritmo, y le
encantaría…
Sus pensamientos se interrumpieron cuando sintió
su aliento cálido, haciendo que su polla se sacudiera. Miró y la vio lamiéndose
los labios, mordiéndose con uno de esos colmillitos. Joder.
- ¿Me lo dirás si no lo hago bien? Quiero hacerlo
bien, quiero que te guste y yo nunca he… ya sabes.
En este momento odiaba no tener voz. Quería
calmarla, asegurarla de que no tenía porque… estaba demasiado agitado para
pensar en que decirle, así que simplemente asintió.
Y sin dejar de mirarlo, abrió la boca, y lamió.
muy interesanteee sin duda jajaja
ResponderEliminarespero el proximo capii
un saludo
Srta. Morena
Diiiioooosss esta super biennn
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