John iba a morir si ella no despertaba pronto.
Había dejado de retorcerse hacia horas, y ahora solo dormía, su cuerpo
recuperándose. Él se había quedado por si acaso la transición no había
terminado y ella necesitaba más de su sangre.
Qhuinn y Layla estaban aún en la habitación,
mirando a su hija, ambos exhaustos y preocupados. Blay y Xcor esperaban fuera de la habitación,
por si sus parejas necesitaban algo.
Miró a Qhuinn que le asintió. Hablo en el
lenguaje de signos para no despertar a Jhade.
- Gracias.
- No hay de
qué.
Su atención volvió a la cama al notar como Jhade
temblaba levemente. Rápidamente se mordió la muñeca que ya tenía en carne viva,
preparado para alimentarla de nuevo.
Cuando lo había probado por primera vez y había
gemido, se había puesto duro instantáneamente. Entonces había empezado la peor
parte de la transición y se había vuelto loco por la preocupación. No estaba
seguro del porqué, pero no podía perderla.
- Creo que es solo un temblor.
Layla estaba pálida y se agarraba el abultado vientre
con cariño.
- Si creo que es solo eso. Layla, por que no
sales con Xcor y volvéis a vuestra habitación. Jhade está bien, ha sobrevivido
a lo peor y tú necesitas descansar.
Realmente debía de estar agotada ya que en vez de
luchar, simplemente asintió.
Qhuinn la ayudó a levantarse y ella fue hacia la
cama, donde el aun tenia a Jhade en la curva protectora de sus brazos. Le habló
en el lenguaje antiguo.
- Gracias
por cuidar a mi primogénita durante su transición. Ella es sangre de mi sangre
y estaré en deuda contigo siempre. Pídeme lo que sea, y lo que yo pueda hacer,
cuando yo pueda hacerlo, lo hare. Ese es mi juramento hacia ti, Tehrror,
guerrero de la Hermandad de la Daga Negra.
Whoa.
Parpadeó como un tonto cuando ella beso su
mejilla y dio otro en el aire, hacia Jhade, sabiendo que estaba demasiado
sensible para cualquier caricia.
La puerta se cerró detrás de ella y él se quedó
con Qhuinn en un silencio incomodo, esperando a… realmente nada, ya que Jhade
dormía profundamente, ningún temblor atravesando su delicado cuerpo.
- Gracias tío. Te debo una.
Las palabras de Qhuinn eran apenas un susurro,
pero él las oyó alto y claro. Asintió, sintiéndose peor que mal ya que para el
realmente había sido un placer, y estaba deseando volver a alimentarla. Aun
sabiendo que eso jamás pasaría.
*-*-*
Unas horas después, él y Qhuinn salieron de la
habitación, y Blay se levantó rápidamente.
- ¿Ella está bien?
- Sí. John la ha alimentado, y está bien.
Abrazo a su Hellren
antes de girarse hasta John.
- ¿Te quedaras? ¿Por si necesita alimentarse otra
vez?
Asintió mientras fueron hacia sus habitaciones.
Qhuinn y Blay desaparecieron en la suya y el entro en la que había sido la de
él. Se apoyó contra la puerta, frotándose la cara con las dos manos, oliéndola
a ella por todo su cuerpo.
Mierda.
Necesitaba quitarse su olor de encima.
Rápidamente se desnudó y camino hacia su cuarto de baño. Su polla dolía, había
estado duro solo por tenerla en sus brazos. Intentó ignorarlo lo mejor que pudo
mientras se metía debajo del chorro de agua caliente.
No hubo suerte.
Su mente volvió a aquel día hacia 4 meses, cuando
estuvieron juntos. Agarro el jabón, enfadado con sigo mismo por tan siquiera
permitirse pensar en ello. Se enjabonó frustrado.
Brazos. Jabón, espuma, jabón.
Piernas, pectorales, abdominales. Jabón, espuma,
jabón.
Miro la gruesa longitud de su polla y gruño en
silencio. Igual si se encargaba del problema 3 o 4 veces, la bestia se calmaría
un poco. Lo suficiente para dejarle dormir.
Se agarró y empezó a mover la mano, bombeando
arriba y abajo. Jadeó y se apoyó con un brazo en la baldosa resbaladiza,
dejando que el agua cayera a su alrededor. Su mente conjuro a Jhade mientras
tenía un orgasmo y hubiese jurado que ella estaba en la habitación ya que el
intenso olor de su excitación llenaba sus sentidos.
- ¿John?
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