jueves, 22 de agosto de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 25

Qhuinn había logrado matar a los tres antis, pero estos lo habían acribillado con los dardos antes de morir. Blay se los quito uno a uno, aterrado ya que no sabían lo que contenían. Los hermanos estaban intentando llamar su atención, pero el solo tenía ojos para Qhuinn.

- ¡Blaylock! Busca la maldita llave de esta jaula y sácanos de aquí. V puede curar a tu chico.

La voz del rey hizo que reaccionara. Si los hermanos estaban bien, Qhuinn también se pondría bien. No podía pensar en otra opción.

- La llave esta alrededor del cuello de Stan.

Blay se acercó al cuerpo y fue a coger la llave. No estuvo preparado para el ataque de Stan. El pesado cuerpo del jefe de los antis se abalanzo sobre él, aplastándolo. Sus manos se cerraron alrededor de su cuello, cortándole la respiración. Desde la jaula se escucharon gruñidos y Blay sintió desesperación al notar como sus fuerzas lo abandonaban.

Qhuinn estaba lacio, sentía el veneno de los dardos en su sangre, pero también sentía que Blay estaba en peligro. Parpadeo varias veces, intentando enfocar la vista y le pareció ver a Stan asfixiando a Blay. El macho vinculado en él, rugió. Joder, si tan solo pudiera hacer que sus piernas colaborasen Por fin logró incorporarse, sacando fuerzas sin saber de dónde. Su macho estaba en peligro y eso era lo único que lo lograba mantener consciente. Puso un dedo delante de sus labios, indicando a los hermanos que estuvieran callados para que no lo delataran. Se arrastró como pudo hacia donde sentía a Blay y saco su daga. Stan estaba tan concentrado asfixiando a Blay, que nunca lo vio venir. Qhuinn hundió su daga en las costillas de Stan una y otra vez, hasta que este soltó a Blay y pudo escuchar como este tomaba grandes bocanadas de aire. Le clavo la daga en el cuello, asegurándose de que el golpe era mortal, antes de que la oscuridad se cerniera sobre él.

Blay intento recuperar el aliento mientas buscaba desesperado la llave de la jaula en el cuerpo sin vida de Stan. Tenía que sacar a los hermanos, ya que ni él ni Qhuinn  estaban en condiciones de defenderse si llegaban más antis. Acercándose a Qhuinn para asegurarse de que este respiraba bien, se levantó y fue hacia la jaula, sintiéndose mareado por la falta de oxígeno. La hermandad al completo estaba en pie, con los brazos cruzados sobre el pecho y todos a la vez, inclinaron la cabeza en señal de respeto y gratitud. Blay abrió la puerta y los hermanos salieron aliviados.

- V, quémalo todo. No quiero que quede ni un ladrillo, ¿me entiendes?
- Sip. Pero voy a empezar con él. No queremos que vuelva de entre los muertos otra vez ¿verdad?

Qhuinn despertó con un dolor de cabeza atroz. Acordándose de todo, se incorporó rápidamente, pero dos manos fuertes le empujaron de nuevo hacia la almohada. Abrió los ojos y lo mejor de su vida apareció ante él. Blay

- Cuando donde
- Shhh todo ha terminado. Estamos en la mansión, todos los hermanos están bien y Stan ya es historia. Gracias a ti.
- Yo no me siento muy bien.
- Es normal. Te envenenaron con 7 dardos de un somnífero. Los demás solo recibieron uno. V cree que esta noche estarás bien. Ya han pasado más de dos días.

Qhuinn asintió y cerró los ojos, agotado.

- ¿Quieres necesitas alimentarte?

Los colmillos de Qhuinn aparecieron solos y bajo las sabanas su excitación se hizo notar.

- Tomare eso como un sí.

Blay fue a acercarse a Qhuinn pero se detuvo justo fuera de su alcance.

- Antes de que se me olvide, cuando estés bien, Wrath quiere vernos a los dos.
- De acuerdo. Ahora ven aquí nallum que aún no estoy recuperado y te necesito.

Cuando Qhuinn volvió a despertar, ya se sentía mucho mejor, casi recuperado. Blay estaba al pie de la cama, vestido con una túnica negra, de las que usaban los hermanos en las ceremonias y rituales de la hermandad. ¿Qué demonios hacia Blay vestido así?

- Dúchate y ponte esto.
- ¿Blay?
- Hazlo rápido. Wrath nos está esperando.

Qhuinn se duchó en tiempo record y se vistió con la túnica, haciendo que se sintiera estúpido. Juntos fueron hacia la oficina de Wrath.
En la oficina, los hermanos esperaban en semicírculo, con el rey en el centro.

- Qhuinn, Blay. Nos alegramos de que estéis recuperados. Ahora, escuchad bien y pensad bien vuestra respuesta ya que esta pregunta se os hará una sola vez y nunca más.

Qhuinn trago con fuerza y busco la mano de Blay que le dio un leve apretón.

- ¿Queréis formar parte de la Hermandad de la Daga Negra, como Hermanos nuestros, de ahora en adelante hasta que sea vuestra hora de entrar en el Fade?

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