Al día siguiente y
después de haberse agotado mutuamente, y de haber recuperado fuerzas con comida
y sueño. Blay y Qhuinn se prepararon para la audiencia que habían pedido con el
rey. Blay estaba tan feliz que temía despertar en cualquier momento. Qhuinn lo
abrazó por detrás, besándole el cuello, como solían hacer los Hellren con sus
Shellan. Había visto el gesto miles de veces entre John y Kihara y sentir los
labios de Qhuinn así…Cerró los ojos y apoyó en el cuerpo de Qhuinn, notando su
erección a través de la ropa. Se apretó contra él.
- No, no. Esta
audiencia es demasiado importante para dejarme distraer por ti.
- Pero dime al menos de
que se trata…
- Nop. Aunque ya lo
sabes. Venga vámonos.
Una hora después
salieron de la oficina de Wrath. Qhuinn estaba satisfecho. El rey había
aceptado su petición, dándoles su bendición. Y había accedido a hacer los
honores de anunciarlo ante toda la hermandad, en la cena de esta noche. Apretó
la mano de Blay, que aún seguía emocionado. Sus ojos estaban brillantes y cada
poco tiempo, sacudía la cabeza, como si no se lo pudiera creer aun. Qhuinn
sonrió. Ya se acostumbraría. Se sintió raro al darse cuenta de que se sentía
muy fuerte, y eso que hacía ya algún tiempo desde que se alimentó de una
elegida. Sonrió. Sería que Blay le daba fuerzas hasta para subsistir.
Esa misma noche,
estaban ya todos reunidos cuando Qhuinn y Blay entraron, cogidos de la mano,
recibiendo miradas de aprobación de los hermanos. Se sentaron, y el rey se
levantó.
- Hermanos. Esta noche,
es noche de celebración. El soldado Qhuinn ha hecho una petición a la cual yo
he accedido sin dudar. Por primera vez en la historia de la hermandad, vamos a
celebrar una ceremonia de emparejamiento entre estos dos machos de valía. Los
soldados de la Hermandad, Qhuinn, y Blaylock.
Los hermanos
aplaudieron y vitorearon a la pareja. Wrath les mando a callar.
- Puesto que hemos
celebrado una ceremonia hace poco, los preparativos no tardaran en estar
listos. Qhuinn, Blay, ¿Cuándo queréis hacer esto?
Qhuinn fue el primero
en hablar.
- ¿Esta noche seria
pedir demasiado?
Varios días después,
estaba todo preparado para celebrar la ceremonia y Qhuinn esperaba a Blay en el
pasillo. Obviamente no habían podido hacerlo antes, como Qhuinn había sugerido,
puesto que los Doggen necesitaban algún tiempo para las preparaciones. También
había que invitar a los padres de Blay a la ceremonia. Wrath le había
preguntado a Qhuinn si quería invitar a los suyos. Ya claro, como si fueran a
venir. No gracias. No quería saber nada de ellos. Ahora la hermandad era su
familia. Blay era su familia. Y después de esta noche, eso sería para siempre.
La noche antes, habían
llamado a una elegida por si acaso, aunque no lo habían necesitado realmente,
ya que ambos se sentían fuertes y saciados. La elegida Belindah era
encantadora, y aunque no había pasado nada sexual, alimentarse era algo muy
íntimo, y los dos se habían sentido bastante incomodos y hasta celosos. Pero no
les quedaba otra que acostumbrarse… si querían estar
juntos, se tenían que alimentar de esta manera. Se lo habían explicado todo a
la Elegida que había aceptado encantada, alimentarles cuando lo necesitaran.
Qhuinn miró la puerta
de Blay. Este le había dicho que estaba casi listo, pero Qhuinn se estaba
impacientando. Llevaba el atuendo tradicional de emparejamiento, igual que el
que había llevado John en su día. Sabía que Blay vestiría igual. Puesto que
ambos eran machos, irían los dos juntos al encuentro de Wrath, que oficiaría la
ceremonia en el vestíbulo de la mansión.
Blay abrió la puerta y
se encontró a Qhuinn esperándole. Sin palabras, se acercó a él y le dio un
fuerte abrazo. Entrelazaron sus manos y Qhuinn le sonrió. En sus ojos, uno
verde y el otro azul, se notaba un brillo de felicidad.
- ¿Bajamos, nallum?
Blay asintió. Estaba
nervioso pero feliz, y mientras bajaron, los hermanos comenzaron a aplaudir.
Sus padres estaban entre ellos, mirándolos con orgullo. Se detuvieron justo
delante del Rey que les sonrió antes de comenzar.
- Escuchad, todos los
reunidos ante mí. Estamos aquí reunidos para ser testigos del emparejamiento
entre estos machos.
Blay no dejó de mirar a
Qhuinn durante toda la ceremonia, hablando cuando tenía que hablar pero sin
desviar la mirada. Cuando el Rey por fin pronuncio las palabras ”Que así sea”, dando paso a la
siguiente parte de la ceremonia, se suponía que debía besar a Qhuinn y que
podrían comenzar con las grabaciones en la espalda. Sin embargo, el rey
continúo hablando.
- Antes de oficiar la
ceremonia de hoy, me he reunido con la Virgen Escriba. Ella aprueba esta unión
puesto que lo ve como un buen emparejamiento, y os desea felicidad. Ella no ha
podido oficiar la ceremonia, puesto que ninguno de los dos es un Hermano, pero
me ha comentado que os ha hecho un regalo para mostrar su bendición.
Wrath carraspeó y
Qhuinn miro a Blay, igual que confuso que él.
- De ahora en adelante
y como única excepción en nuestra raza, no necesitareis a una hembra para
alimentaros. Vuestra sangre será lo suficientemente fuerte para daros
mutuamente los nutrientes y la energía que necesitáis. Quiere que sepáis que
ella ya ha hablado con la Elegida que os alimento anoche, ya que no vais a
necesitar sus servicios, ni ahora ni en el futuro.
Blay y Qhuinn se
miraron, emocionados y ambos se arrodillaron a la vez, para mostrar su
gratitud.
- ¡Gracias Virgen
Escriba!
Wrath asintió, frotándose las manos.
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