domingo, 11 de agosto de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 17


Blay lo miró sorprendido, parpadeando rápidamente. Seguro que no había escuchado lo que creía y su mente estaba imaginando cosas

- Nallum, ¿qué me dices? ¿Vas a dejar que me grabe tu nombre en mi espalda?

Una lagrima rodo por el lado de su cara.

- ¿Harías eso? ¿Realmente lo harías?

Su voz apenas era un susurro. Qhuinn asintió solemnemente, sonrojándose.

- Y me gustaría mi nombre en la tuya. Si tú quieres, claro.
- Joder sí. ¡Sí, sí sí!

Blay lo beso, y de repente soltó una carcajada al darse cuenta de que ambos estaban desnudos y duros. Qhuinn pareció darse cuenta de lo mismo, y se sonrojo aún más.

- Joder. ¿La he cagado no? Tenía que haber hecho esto bien. En plan romántico, y de rodillasmierda
- Qhuinn.
- ¿Qué?
- Ha sido perfecto. Ahora cállate y bésame de una vez.


Qhuinn obedeció de inmediato, encantado con el lado mandón de Blay. Santa Virgen Escriba, no sabía de donde había salido la pregunta, pero le había parecido lo correcto. Sonaba bien, y joder, quería ser el Hellren de Blay y que Blay fuera el suyo. Si, estaban unidos de por vida al ser Ahstrux Nohtrum, pero Qhuinn quería algo mas permanente. Algo más oficial y significativo. El olor especiado de vinculación volvió a saturar la habitación y el hecho de que fuera una mezcla de sus dos olores, lo hacía más especial. Qhuinn miró a Blay a los ojos, su mirada se transformó de emocionada, a hambrienta, y Qhuinn sabía exactamente lo que quería. Ya era hora de darle placer a su macho.

 
Después de volver loco a Blay con sus caricias y sus besos, Qhuinn se arrodilló entre sus piernas. Joder. Blay era enorme, casi tanto como él. Con una timidez desconocida en él, lamió la punta y el sabor que lleno su lengua le hizo gemir a la misma vez que Blay. Queriendo más de ese sabor almizclado, Qhuinn se volvió más atrevido y se llenó la boca con su polla. Los jadeos y gemidos de Blay le indicaron que iba por buen camino y pronto encontró un ritmo que parecía volver loco a Blay.

- Joder, Qhuinn ten cuidado estoy a punto de

Con sus colmillos, Qhuinn lo arañó suavemente, como Blay había hecho antes con él. Blay explotó, gritando con fuerza mientras se estremecía, vaciándose dentro de la boca de Qhuinn. En vez de apartarse como pensó que haría, Qhuinn chupó con fuerza, causándole otro clímax igual de intenso, que parecía no tener fin. 
 

Blay estaba exhausto. Respiraba agitadamente intentando recuperarse de la intensidad del momento. Aun después de los dos orgasmos que acababa de tener, seguía semiduro y en cuanto Qhuinn se le acercó sonriendo y le besó, volvió a estar listo para la acción.

- ¿Tienes hambre?

Blay negó con la cabeza, demasiado cansado para hablar.

- ¿Frio? ¿Sueño?

Nada más lejos de la verdad. Volvió a negar.

- Entonces, ¿te duchas conmigo?

Asintió, recordando la vez que estuvieron juntos en la ducha antes de que saliera a luchar solo, y estaba más que dispuesto a repetir la experiencia. Qhuinn lo ayudó a incorporarse y sin soltar su mano, fueron juntos hacia el baño. Abrió los grifos y reguló el agua hasta una temperatura agradable, metiéndose debajo, arrastrando a Blay detrás de él. Qhuinn cogió el jabón y comenzó a enjabonarlo, aprovechando para poder tocar su cuerpo entero. Le agarró el culo, atrayéndolo hacia él, haciendo que sus pollas, resbaladizas por el jabón y el agua, se rozaran. Los dos gimieron y Qhuinn apretó más fuerte, separando los cachetes para poder acariciarlo más íntimamente. Blay se sobresaltó al notar los dedos de Qhuinn en esa parte de su cuerpo. Aun se tenía que acostumbrar a esta intimidad con el que había sido su mejor amigo. Los labios de Qhuinn estaban cerca de su oreja y su aliento le hacía cosquillas. Cerró los ojos, entregándose al placer de estar en sus brazos.

 

- Blay yo Quiero hacerte el amor.

Apretó un poco con sus dedos, como queriendo penetrar pero sin atreverse a hacerlo sin el permiso de Blay.

- Quiero follarte aquí Blay.

Apretó un poco más, haciéndole gemir.

- ¿Qué me dices nallum? ¿Me vas a dejar?

Blay asintió sin dudar, Qhuinn ya debería de saber que no le negaría nada.

- Buen chico.

Su voz se hizo un susurro.

- ¿Sabes que más quiero, Blay?

Blay negó con la cabeza, jadeando por la excitación que sentía.

- Después de hacerte el amor quiero que tú me hagas lo mismo a mí. Quiero que tú me folles a mí.

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