Qhuinn siseó y arqueo
las caderas, a punto de correrse. Si Blay seguía torturándole así, no
aguantaría mucho más. Lo volvió a lamer y seguidamente sintió los labios de
Blay a su alrededor, envolviéndolo por completo. El orgasmo fue tan brutal, tan
intenso, que por un instante, no pudo respirar. Blay chupó con fuerza, como si
no se cansara de su sabor. Escuchó algo que se partía, pero todavía no había
terminado de vaciarse en la boca de Blay, y los temblores que le recorrían el
cuerpo hacían que fuera imposible que se fijara de donde había salido el
sonido. Tampoco es que le preocupaba demasiado en este preciso momento… cuando por fin parecía
que la ola de placer se estaba alejando, Blay los soltó muy lentamente,
arrastrando sus colmillos por toda su longitud, causándole escalofríos muy
placenteros. Intentó soltarse del marco de la puerta donde había estado
agarrado y sus manos estaban llenas de astillas. Así que eso era lo que se
había roto… Tendría que hablar con Fritz por la mañana. Aún seguía duro, pero
ahora le tocaba a Blay. Lo miró, y este le dedicó la sonrisa más radiante que
había visto jamás. Qhuinn se arrodilló delante de él, y lo besó.
- Mi turno.
El mordisco de Qhuinn
fue rápido y brusco, pero no le dolió. Había deseado volver a sentir esto desde
aquella ultima vez, hacía ya algunos meses. Cerró los ojos y sus caderas se
movieron solas, buscando contacto con las de Qhuinn. Este se acercó más,
mientras seguía alimentándose y su polla, que aún seguía dura, rozó el cuerpo
de Blay. Al sentir el contacto, Qhuinn gimió, acercándose más, y apretando su
dureza contra el vientre de Blay, atrapándola entre los dos. Ahora le tocaba a
Blay gemir.
Qhuinn estaba a punto
de volverse loco. La sangre de Blay, su olor especiado, su musculoso cuerpo… Su cabeza daba vueltas
por la necesidad de hacerle a Blay lo que este le acababa de hacer a él.
Necesitaba saborearlo y después de eso, necesitaba estar dentro de él. Y
también… joder, también necesitaba sentirlo en su interior. Algo que nunca
antes había hecho. Había estado con tíos antes, pero él siempre había sido el
dominante, así que suponía que al menos en ese sentido, aún era virgen. Sonrió
al pensar que con Blay sería diferente. No le importaría ser sumiso. Dejar que
Blay tomara el control… Lamió las heridas para cerrarlas y se levantó, ayudando a Blay a
hacer lo mismo.
- Te quiero. Joder. Te
quiero.
Lo besó suavemente
mientras lo empujaba hacia la cama y le iba desnudando.
- Túmbate.
Blay obedeció sin
rechistar y Qhuinn se colocó por encima, aguantando el peso de su cuerpo con
los brazos, para no aplastar demasiado a Blay. Lo volvió a besar, intentando
calmar sus nervios. Nunca le había hecho una mamada a nadie, siempre se la
habían hecho y sentía bien hacerlo con Blay. Hacérselo a Blay por primera vez,
solo a él. Siempre a él. Pero, no sabía cómo hacerlo, ya que no tenía
experiencia… sabia como le gustaba, pero no tenía ni idea de cómo le gustaría a
Blay, y tendría que usar sus instintos, claro que si lo hacía mal… no quería cagarla.
Blay debió notar sus dudas.
- ¿Que ocurre Qhuinn?
- Nada nallum.
- Qhuinn… háblame.
- Esta bien. Yo nunca
he… quiero decir que…
Blay lo miro sin
entender.
- No sé cómo hacerlo
¿vale?
Blay abrió mucho los
ojos al entender lo que quería decir.
- Ah… no pasa nada, no tienes
por qué…
- ¿Qué? No es eso.
Quiero hacerlo, pero… no sé si lo hare bien. Quiero que disfrutes.
Blay sonrió.
- Qhuinn, llevo tanto
tiempo esperando este momento que no me importa lo que hagas, o como lo hagas.
Solo el hecho de que seas tú…
Qhuinn lo besó con
intensidad.
- ¿Me dirás si lo hago
mal? ¿O si te hago daño? ¿O…?
- No te preocupes. Lo
harás bien. Pero no tienes por qué, no me importa si…
Qhuinn lo interrumpió.
- Entonces, solo me
queda una pregunta.
- ¿Cuál?
- ¿Quieres ser mi Hellren?
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