miércoles, 7 de agosto de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 15


- Dios sí.

Qhuinn no le dio tiempo a más y se adueñó de su boca, jugando con su lengua y volviéndolo loco con su sabor. El olor de macho vinculado se hizo más intenso y Blay supo que salía de ambos, aunque el olor especiado de Qhuinn era mucho más fuerte. Las manos de Qhuinn no estaban quietas y se movían de un lado a otro, como si quisiera tocarlo por todo el cuerpo a la vez. El hizo lo mismo pero se detuvo en la camisa de Qhuinn, soltándole los botones. Lo quería desnudo. Qhuinn, impaciente, quitó las manos de Blay y se abrió la camisa de golpe, arrancando los botones y haciendo que estos salieran volando por la habitación. Se la quitó con movimientos bruscos y volvió a centrarse en Blay. Pero este se lamió los labios y sus colmillos salieron de su escondite. Estaba mirando los pezones de Qhuinn, que llevaban unos aros que esa misma mañana no habían estado ahí.

- Joder.
- ¿Te gustan? Le pedí un favor a V esta tarde.

Blay no pudo contestar así que agacho la cabeza y se metió un pezón en la boca, tirando suavemente del piercing. Qhuinn gruñó y agarró la cabeza de Blay para que no se pudiera separar. No había problema. Si pudiera, Blay se quedaría aquí, haciendo esto para siempre.

 
¡Mío! Qhuinn gruñó de nuevo. El pensamiento posesivo, junto a la deliciosa tortura a la que le estaba sometiendo Blay, era demasiado. Blay lamía, mordisqueaba y pegaba suaves tirones de sus piercing, haciendo que la sensación de placer le recorriera todo el cuerpo, y se centrara en su polla. Sabía que debía detener a Blay, que se suponía que era é, el que debía recibir todo el placer, pero Qhuinn no hubiese podido detener a Blay aunque un ejército de antivamps asaltara la mansión. Las manos de Blay viajaron por sus abdominales, deteniéndose por su cintura y soltándole el cinturón. Qhuinn tenía que detenerlo, sino jamás podría parar.

- Blay.

Este no hizo caso y siguió con lo que estaba haciendo.

- Blay para. Para. Para.

Blay se detuvo y se incorporó despacio, con la decepción y el dolor reflejados en su cara. Qhuinn lo cogió por la barbilla y le dio un rápido beso.

- No pongas esa cara, tonto. Solo quiero asegurarme de que te doy placer. Ahora mismo, solo estoy recibiendo, y quiero hacer algo para que tú también te sientas bien.

Blay suspiró, visiblemente aliviado y Qhuinn lo volvió a besar, más profundamente, aunque dejando que Blay tomara el control. Parecía que así se sentía más cómodo, así que Qhuinn lo dejó hacer. Sintió como los labios de Blay se movieron por su mandíbula lentamente, bajando hacia su cuello. Ladeó la cabeza para darle mejor acceso y pronto sintió las punzadas donde los colmillos de Blay le habían penetrado la piel. La suave succión de sus labios casi hicieron que se corriera, pero se controló como pudo y se agarró a la cintura de Blay.


La sangre de Qhuinn era lo mejor que había probado nunca. Gimió, disfrutando de la proximidad de Qhuinn. Estaban piel contra piel y las manos de Qhuinn apretaban su cintura. Sabía que no podría sobrevivir solo de su sangre y que eventualmente ambos tendrían que llamar a una elegida, pero por lo menos podía disfrutar de su sabor. Le soltó el cuello y selló las dos pequeñas heridas con su lengua. Qhuinn gruñó al sentir que lo soltaba, pero Blay necesitaba saborear otra parte de su cuerpo. Volvió a lamer sus pezones y siguió bajando, alternando suaves besos, con leves mordiscos. Se arrodillo delante de él, deseando poder hacer por fin lo que había soñado tantas veces. Le soltó el pantalón a Qhuinn y su polla salto libre de su prisión de cuero. El piercing que Qhuinn tenía ahí, siempre le había fascinado y estaba deseando probar como sentiría en su lengua. Inclinó la cabeza para mirarlo. Sus ojos estaban casi cerrados y su expresión era de puro placer. Sonrió. Estaba deseando verlo cuando llegara al orgasmo.

- Blay debería Debería de ser yo el que yo tengo que arrodillarme ante ti.
- Shhh, déjame. Déjame darte placer.

Sin darle tiempo a Qhuinn a decir nada más, Blay cogió su polla y lamió.

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