Qhuinn entrecerró los
ojos. Sabía que Blay mentía, lo podía oler. Pero no entendía por qué lo
rechazaba. Una y otra vez. Un macho se podía sentir herido con tanto rechazo.
Se obligó a darle tiempo una vez más.
- Como quieras.
Cogió la toalla que
había dejado caer antes y se fue hasta su habitación a vestirse. Estaba más que
frustrado y no entendía por qué Blay no le creía. Sus sentimientos eran reales.
¿Qué tenía que hacer para convencer a Blay de ello? La respuesta que se le
ocurrió, no le gustaba nada. Pasa de él. Parecía que no le quedaba otra opción.
Antes de que Blay saliera solo a luchar, Qhuinn iba a su bola y pasaba de todo,
haciendo lo que le daba la gana y con quien le daba la gana. Y Blay era
bastante obvio en sus sentimientos hacia el… Ahora que Qhuinn
estaba interesado, era Blay el que lo ignoraba…
Así que si Qhuinn
volvía a lo suyo, aunque solo fuera por un tiempo, Blay reaccionaria y
mostraría de nuevo sus sentimientos. O eso esperaba. Y cuando eso pasara,
Qhuinn podría confirmarle que lo que sentía era de verdad y para siempre, y
podrían por fin ser una pareja feliz. Sonrió mientras terminaba de vestirse. Le
gustaba como sonaba eso. Y le encantaría ser la pareja de Blay, en todos los
sentidos.
- ¿Estás listo?
Qhuinn asintió e
intento adoptar una actitud pasota, esperando que Blay reaccionara de una vez
por todas. La verdad era que le costaba actuar así, ya que se había
acostumbrado a cuidar de Blay y estar pendiente de él.
- ¿Qué vamos a hacer
después del gimnasio?
Levanto los hombros,
simulando indiferencia. Tenía la sensación de que a Blay no le haría gracia que
le dijera que su comentario sobre pasar el día en la cama, iba en serio. Blay
le miró extrañado, pero no dijo nada. Comieron en silencio, y sabía que Blay
estaba mosqueado por que hoy no le había preparado nada de comer. Al cabo de un
rato, vio como Blay se empezaba a inquietar.
- ¿Vamos al gimnasio?
- No. Pienso tomarme el
día tranquilo.
Blay lo miró con los
ojos entrecerrados.
- ¿Y eso?
- Quiero estar
descansado. Esta noche volvemos al ZeroSum.
Blay sintió como su
corazón se hacía añicos y debía haber estado preparado. Pero no fue así. Una
vez más, se había dejado engañar por Qhuinn, y aunque había intentado proteger
su corazón, la actitud de Qhuinn estas últimas semanas, le había dado
esperanzas. Que tonto había sido. Como no le había dado a Qhuinn lo que quería,
este ya se había aburrido de intentarlo. Dios… que estúpido…
- ¿Y si yo no quiero
ir?
- Te aguantas. Porque
yo pienso ir, quieras tú o no.
- Genial.
Miró el reloj
calculando las horas que le quedaban para empezar la tortura de ver como Qhuinn
volvía a ser el de siempre.
Qhuinn casi retiro lo
dicho al ver la cara de Blay. Le partió el corazón tener que engañarlo así,
pero no le quedaba más remedio si quería conquistarlo y convencerle de una vez
por todas de sus sentimientos. No tenía ninguna intención de volver al ZeroSum,
pero necesitaba que Blay creyera que irían. Esperaba que Blay reaccionara y que
se pusiera posesivo, y no le dejara ir al ZeroSum. O que intentara seducirle
para que no fuera, como había hecho alguna vez en el pasado. Claro que esta vez
no saldría corriendo como una nenaza…
A la hora de la cena,
los hermanos se reunieron todos como cada noche. Nadie parecía notar que ni él
ni Qhuinn estaban participando en las conversaciones. Qhuinn ya se había
preparado, iba vestido para conquistar… y con esa lágrima y
ese medallón… iba más sexy que nunca, ya que eso representaba lo que les unía.
- Blay, Qhuinn. Yo y JM
vamos a ver una peli luego. ¿Os apuntáis?
- No gracias Kihara. Ya
tenemos planes.
Qhuinn la obsequió con
su mejor sonrisa.
- Yo y Blay vamos a ir
al ZeroSum, verdad Blay.
Blay se hundió en la
silla y notó como todas las conversaciones en la mesa cesaban y las miradas se
centraban en ellos. Dejó caer sus cubiertos en el plato. No podía soportar que
sintieran lastima por él, solo porque Qhuinn era un capullo. Se levantó, respirando
profundamente, intentando calmarse.
- No Qhuinn. Tú vas a
ir al ZeroSum. Yo no pienso ir.
Le pareció que Qhuinn
disimulaba una sonrisa triunfal con su servilleta pero debía estar imaginando
cosas, ya que eso no tenía ningún sentido.
- Pero Blay, amigo. Si
no podemos separarnos. ¿Eres mi guardián personal recuerdas?
- ¿Sabes que Qhuinn?
Vete. A .La. Mierda. Paso de esto. Paso de ser tu Ahstrux Nohtrum y de tener
que aguantar tus gilipolleces en el ZeroSum. ¡Paso de ver cómo te follas a
miles de otras personas delante de mí!
Los hermanos se
quedaron sorprendidos al ver que Blay usaba esas palabras y Qhuinn tuvo la poca
vergüenza de reírse.
- ¡Por fin! Esa es la
reacción que estaba buscando.
- ¿De qué demonios
hablas?
- Blay, no tenía
intención de ir a ninguna parte esta noche. Solo quería hacerte reaccionar.
- ¿Pero de que hablas?
¿Hacerme reaccionar para qué?
- ¡Para que te dieras
cuenta!
- Qhuinn, lo que dices
no tiene ningún sentido. ¿Para qué me diera cuenta de que, exactamente?
Qhuinn se levantó de su
silla y se acercó a él, sonriente.
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