- Tío ¿dónde estáis? V
tiene que haceros los tatuajes ya, y se está impacientando.
- Ya John. Es que Blay
se nos ha puesto tímido de repente. Le da vergüenza cambiarse delante de mí.
Blay miró a Qhuinn
desafiante mientras este le arqueaba una ceja como preguntando “¿a qué esperas?”. Pues muy bien… Se arrancó la bata del
hospital. Que Qhuinn lo viera desnudo, si eso era lo que quería. Que viera lo
duro que estaba. Y que viera lo que nunca iba a tener. Porque Blay estaba
decidido. Cuando Qhuinn tonteara y ligara con alguien en el ZeroSum, el haría
exactamente lo mismo.
- Eh John. Luego
hablamos.
Colgó sin más, ya
hablarían más tarde. Necesitaba saborear a Blay. Desde que despertó, no había
podido besarle como había estado haciendo todas las mañanas y noches, y se
moría por un beso. Lentamente acorto la distancia que había entre ellos. Blay
lo miró, pero no lo detuvo, ni dijo nada, aunque lo miraba sospechoso. Qhuinn
se pegó a él y le puso una mano sobre la cintura, mientras que la otra la llevo
a su cuello, acariciándole la mandíbula. Inclinó la cabeza para besarle, pero
dos fuertes manos se posaron sobre su pecho, deteniéndole, y separándolos.
Qhuinn quiso gritar de frustración cuando Blay se soltó y caminó hacia la
puerta como si nada.
- ¿Nos vamos?
Blay temblaba por
dentro. Qhuinn había estado a punto de besarlo. Y él había necesitado toda su
fuerza de voluntad para detenerlo y fingir indiferencia. Pero ahora estaban en
el Hummer y sentía el calor que irradiaba el cuerpo de Qhuinn a su lado. Y su
olor lo estaba volviendo loco, y le encantaba. Qhuinn siempre olía tan
maravillosamente masculino… Lo miró de reojo
mientras conducía el Hummer, y hasta eso lo hacía de una manera sexy. Cada vez
que cambiaba de marcha, los músculos de sus piernas se movían en consecuencia,
haciendo que Blay se le quedara mirando embobado. Ugh ¡despierta Blay! Recuerda que esto es un círculo vicioso. Hoy
te ha querido besar pero mañana pasara de ti. Concéntrate en ser un buen
Ahstrux Nohtrum y punto.
- ¿Te gusta lo que ves?
La sonrisa arrogante de
Qhuinn le hizo sonrojarse… mientras había estado pensando en concentrarse, había seguido con su
mirada fija en el cuerpo de Qhuinn. Ignoró el sentimiento de “tierra trágame” y se alegró cuando vio
que estaban llegando a la mansión de la hermandad. Hogar dulce hogar.
Qhuinn entró en la
mansión contento. Había pillado a Blay observándole y no era tan indiferente
como quería hacerle pensar. Saludaron a todos los Hermanos que dieron la
bienvenida a Blay. Vishous se les acercó.
- Chicos, vamos a
haceros unos tatuajes ¿verdad?
Qhuinn se acordó de que
Blay aun no sabía nada y este se había extrañado ante el uso del plural de
Vishous. Bueno, ya no iba a decir nada, se iba a enterar muy pronto.
- Venga Blay. Tu
primero.
Vishous abrió su caja
de tatuajes y sacaba una pistola de tatuar, y Blay se quedó quieto, esperando
órdenes ya que no sabía dónde iría el tatuaje.
Qhuinn frunció el ceño,
mientras Vishous enchufó el cable y se puso dos guantes negros de látex que
chasquearon cuando los soltó sobre la piel. Sobre la mesita, abrió un tarrito
negro y uno rojo y uno más grande que contenía una solución transparente.
- Siéntate y mírame.
El Hermano sacó una
tira de tela blanca y un pack estéril mientras Blay se sentaba delante de
Vishous y se ponía las manos sobre las rodillas.
- Mira hacia arriba.
¿En la cara? Pensó
Qhuinn cuando V limpió la parte alta de la mejilla izquierda de Blay.
Blay no se movió. Ni
siquiera cuando le acercó la aguja zumbona. Qhuinn intentó ver que estaba
dibujando y no lo logró. Era extraño que se estuviera utilizando el color rojo.
Había oído decir que el negro era el único color permitido...
Santa... mierda, pensó
cuando V se apartó.
Era una sola lágrima
roja perfilada de negro.
Wrath habló.
- Simboliza que estás
dispuesto a derramar tu propia sangre por Qhuinn. También permite que todo el
mundo sepa, sin lugar a dudas, cuál es tu posición. Si Qhuinn muere, será
rellenada de tinta negra, significando que serviste honorablemente a alguien de
influencia. Si no fue así, será marcada con una X para demostrar tu vergüenza
ante la raza.
Blay se puso de pie y
fue a mirarse al espejo. No dijo nada.
- Venga Qhuinn. Te
toca.
La mirada acusatoria de
Blay le hizo sentirse culpable.
- ¿Te vas a hacer un
tatuaje?
- Sip.
- ¿Y que te vas a tatuar?
- Exactamente lo mismo
que tú. Soy tu Ahstrux Nohtrum Blay.
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