- ¿Que? No lo creo. Mis padres…
- No tenían tus ojos. ¿O si?
Pues no. Apretó los labios.
- ¿Y que?
- Mira, solo… porque no entras y hablamos. Si no
quieres saber nada mas ni comparar nuestra sangre para saber si estamos
emparentados, pues no pasa nada. Quiero decir, eres libre de hacer lo que
quieras, de irte cuando quieras. Lo prometo.
Ella miró a John, que asintió.
- Puedes
fiarte de nosotros.
- De acuerdo.
Suspiró, esto era demasiado raro, y estaba
confiando demasiado en John. Claro que, pensándolo bien, ¿qué podía perder?
Qhuinn había descrito las cosas que le estaban pasando, con exactitud. Aunque
cualquiera sabia como lo había averiguado. Sus padres siempre habían sido…
diferentes. Y mas de una vez se había sentido fuera de lugar, como si no
perteneciera. No les caía bien, apenas la soportaban, así que si este tipo
enorme que la hacia sentir a salvo y protegida, quería saber si de alguna
manera estaban relacionados, ¿Cómo iba a decir que no?
Subieron las escaleras y la presencia de John la
calmaba de una manera muy placentera. Su olor la volvía loca y su tímida
sonrisa la animaba a hacer lo que ella quisiera.
Se detuvo a mitad de camino.
- ¿Qué pasa si estamos emparentados?
Qhuinn se volvió hacia ella, visiblemente pálido.
- Pues lo que tu quieras. Tene… Antes, tenemos
que estar seguros.
Ella asintió, no demasiado satisfecha con su
respuesta, pero siguió subiendo los peldaños. La manera de entrar en la
mansión, parecía sacada de una película. Primero una puerta, mirada a una
cámara, otra puerta con una maquina para las huellas dactilares y finalmente la
ultima puerta, que daba paso a algo completamente surrealista. Parecía estar
dentro de un museo. O un palacio.
No tuvo tiempo de disfrutar de sus alrededores
porque la guiaron con eficacia hacia unas escaleras enormes y una vez arriba,
hacia un despacho.
Al cerrarse la puerta, podía sentir la presencia
de John, Qhuinn y Blay a sus espaldas y sabia que estaba protegida. Sin
embargo, el tipo enorme que estaba detrás del escritorio, daba miedo. Era
grande, parecía cruel, y daba miedo. Tenia el pelo larguísimo, llevaba gafas de
sol y la ropa de cuero parecía fuera de lugar, aunque le quedaba muy bien.
Había una mujer sentada en una de las sillas y
Lilly Anna parpadeo unas cuantas veces. Porque casi parecía que la mujer era
traslucida. Es decir, completamente transparente. En cuanto la mujer se volvió
hacia ella se solidificó y su cuerpo se hizo corpóreo cuando jadeó y la miró.
¿Qué. Demonios?
El hombre detrás del escritorio habló con una voz
sorprendentemente suave.
- ¿Lilly Anna? Por favor, no tengas miedo. Nadie
en mi casa, te va a hacer daño. Eso te lo garantizo.
*-*-*-*
Qhuinn pensó que echaría a correr. Realmente lo
pensó. Pero en vez de eso, se enderezo, miro hacia atrás y los miró a el y a
John. Ambos asintieron animándola. Camino hacia el escritorio, extendió la mano
y habló, sin un ápice de miedo en su voz.
- Hola. Mi nombre es Lilly Anna. Encantada de
conocerle.
Qhuinn se sentía tan orgulloso. Como no iba a ser
su sangre. Era una guerrera, una luchadora. En vez de desmayarse o tener un
miedo de esos de me-meo-en-los-pantalones, había ido hacia el como si Wrath no
fuera un enorme hijo de puta acojonante.
El rey asentía aprobador, obviamente
impresionado.
Jane salió de su silla y Lilly giró hacia ella.
- Hola, soy Jane, soy la doctora privada de la
Herman… de ellos.
- Hola.
- Por favor siéntate. Qhuinn te ha explicado…
-¿Que queréis mi sangre? Sip, lo ha hecho.
Extendió el brazo.
- A por ello, Doc.
John uso todo su autocontrol para que sus
colmillos no aparecieran. La idea de su sangre hervía la suya y su polla estaba
dura como el acero.
Observo su cara mientras ella miraba fascinada
como Doc Jane llenaba la jeringa con su sangre. No era como las chicas humanas
que se desmayaban o palidecían al ver el espeso liquido rojo y sintió una
sonrisa en sus labios. Por primera vez en años, volvía a sentir cosas, y todo
por esta pequeña y frágil pretrans.
Y como de retorcido era eso.
Jane terminó de sacar sangre y miró a Qhuinn.
- Llevare esto al laboratorio. Deberíamos saber
el resultado en una hora mas o menos.
Se marchó silenciosamente y un silencio incómodo
llenó la habitación.
Qhuinn se aclaró la garganta varias veces mientras
el rey tamborileaba los dedos sobre el escritorio. Lilly se estaba mordiendo
los labios y John tuvo que suprimir un gruñido. Se la podía imaginar con sus
colmillos extendidos…
Agarró el brazo de Qhuinn y habló con señas.
- No crees
que deberíamos de decírselo? Aunque no sea… ya sabes, sigue siendo una
pretrans.
Qhuinn asintió nervioso y miró a Wrath cuando
comenzó a hablar en el lenguaje antiguo.
- Mi señor,
necesitamos contarle… explicarle… eh… que ella es…
Qhuinn no encontraba las palabras y Lilly lo
miró, sospechosa. Wrath, como el líder que era, tomo las riendas.
- Lilly Anna, incluso si no estas emparentada con
Qhuinn, hay algo que deberías de saber sobre ti misma. ¿Estás familiarizada con
el termino pretrans?
Negó con la cabeza.
- Eso pensaba. Básicamente quiere decir que…
pronto serás uno de nosotros.
Arqueó una ceja, desafiante haciendo que John
contuviera otro gemido.- ¿Y que sois, exactamente?
Wrath sonrió, mostrando solo la punta de sus colmillos.
- Nosotros hija mía, somos vampiros.
AAAAhhhhhh!!!!!!!!..... Que bueno!!!!.
ResponderEliminarYa mismo me lanzo a leer el 8!!!... Me encanta el rumbo que va tomando!!
Ahhh, todos esperamos los resultados
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