sábado, 31 de agosto de 2013

Lover Embraced - Capítulo 24

Jhade iba a morir. 
El placer era demasiado. 
Demasiado intenso. 
Podía sentir las manos de John por todo su cuerpo, acariciándola. Sus labios bajando un camino por su piel… se sentía fébril.
Su consciencia hizo una aparición, haciéndola pensar que quizás debería decirle que con él sería su primera vez, pero tenía la sensación de que él se detendría, siendo el caballero que era. Y ella no quería que se detuviera. Nunca.
Bajó entre sus piernas, encajando sus anchos hombros entre sus muslos. Durante un raro, no hizo nada y ella empezó a ponerse nerviosa. Pero entonces sintió su aliento cálido. El primer lametazo de su lengua la hizo gritar. Un placer agonizante lleno su cuerpo entero y arqueó la espalda, movió las caderas, incapaz de quedarse quieta. Una de las manos de John, se poso sobre su bajo vientre, empujando hacia abajo, ejerciendo solo un poco de presión para evitar que se moviera.
Su lengua endemoniada la atacó de nuevo y casi se olvidó de respirar.
- ¡John! ¡Oh dios John!
Su otra mano se movió a su centro y despacio metió dos dedos en su interior. Eso fue todo. Continuo lamiéndola mientras ella explotaba a su alrededor, viendo las estrellas, mientras el seguía con su asalto, alargando su primer orgasmo real, y probablemente el mejor que tendría en su vida.
- Oh dios, John… eso ha sido…
Se inclinó sobre ella y la besó intensamente, haciéndola gemir. Quería más de él.
- Te necesito. Dentro de mí.
Y así era. A pesar del orgasmo devastador que acababa de tener, tenía que tener más. Lo necesitaba todo de él.
John gruñó al aguantar su peso con esos brazos musculosos. Jhade podía sentir la dura punta de su polla moviéndose entre sus pliegues, lubricándose con su humedad resbaladiza. Lentamente, casi como una tortura, iba moviéndose, moviendo las caderas. Adelante, atrás. Arriba, abajo. Hasta que por fin, gracias a los cielos, entró en ella.
Había sabido que dolería un poco e intentó aguantar un grito de dolor.
Pero era demasiado tarde. Estaba dentro de ella, paralizado encima de ella con una mirada de absoluto horror y pánico en su rostro.


*-*-*

John estaba instantáneamente sobrio.
No podía ser.
Ella no podía ser…
Una newling. Una virgen… Ni de coña.
Pero lo había sentido. Había oído su grito disimulado. Podía ver su mueca de dolor al salir lentamente de su interior. Gruñó, a pesar de todo, sintiendo más placer del que jamás había sentido.
Qhuinn lo iba a matar. Muy lentamente. Y con toda la razón del mundo.
Dulce Virgen en el Fade, ¿que había hecho?
- ¿John?
Cerró los ojos cuando ella puso la mano en su mejilla.
- John por favor no te pares. Por favor.
Tenía que irse. Marcharse. Irse.
- Por favor.
Ella apretó sus músculos interiores y él jadeó. No podía luchar contra esto. No quería luchar contra esto. Era demasiado bueno. No podría detenerse ni aunque lo intentara. La llenó de nuevo, lentamente, dejando que ella se acostumbrara a su tamaño. No quería hacerle daño. Pero ella movió sus manos por su espalda, hasta llegar a su trasero, y le pellizcó, haciendo que el empujara hacia delante, llenándola por completo.
- Dios sí. Otra vez John. Haz eso otra vez.
Como siguiendo una orden, John obedeció, moviendo las caderas. Follándola con movimientos cada vez más rápidos. Cuando los dientes de ella se clavaron en la sensible piel de su cuello, perdió toda razón. Soltando un grito silencioso, la llenó con su semilla, los gritos de placer de ella amortiguados contra su piel.
Solo pudo detenerse 10 minutos después, y solo porque ella le había clavado las uñas en el culo y susurrado un estrangulado –me-estas-matando.
Él podía haber seguido durante horas. 
Días. 
Meses.

Podía haber seguido para siempre.

1 comentario:

  1. :OOOOOOOOOOOOOOOOO me gusto muchoooo :D espero el proximo capp

    un saludo

    Srta. Morena

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