Qhuinn estaba en modo asesino cuando entró en la
clínica privada de Havers. Tenía a Blay, John y Xcor a su lado cuando entraron
en la oficina del médico principal. El macho levantó la vista con esas gafitas
ridículas que llevaba, y el miedo lo paralizó.
Eso es capullo. Tienes buenas razones para estar
acojonado.
- Como puedo...
Se aclaró la garganta.
- ¿Qué puedo hacer por ustedes?
Su repulsión hacia Qhuinn era obvia, incluso a
través del miedo, y Qhuinn puso sus puños sobre la mesa, inclinándose hacia
delante y mostrando sus colmillos, sin importarle una mierda.
- Antes de asesinarte, quiero saber por qué.
- Yo… ¿por qué?
- Porque lo hiciste.
- ¿Hacer el que?
- No me trates como a un gilipollas, no estoy de
humor para aguantar tu mierda.
Golpeo la mesa con sus puñados haciendo que
Havers se sobresaltara.
- ¿Por qué cojones nos dijiste que nuestra hija
había nacido muerta?
Sus ojos se llenaron de comprensión.
- Habla. Ahora.
- Bueno ella… ella… ella era… quiero decir… yo…
yo…
Qhuinn se inclinó más hacia delante, agarrando la
camisa de Havers.
- Es que resulta, que ahora mismo, ella está con
la hermandad. Vivita y coleando. Así que explícame, como cojones es eso
posible.
- Yo… Yo… ¡Ella era una abominación! Una
malformación nacida de otro ser malformado. Una cría deficiente, ¡nacida de un maricón rechazado y una elegida caída! Una deshonra para nuestra raza. ¡Tenía
que ser exterminada!
La visión de Qhuinn se volvió roja.
- Ella. Era. Mi. ¡Hija!. ¡No tenías ningún
derecho a decidir!
Cerró los ojos brevemente, su enorme cuerpo
temblando de ira.
- No tenías pelotas para acabar con ella, ¿así
que, qué hiciste?
- Yo… Yo… se la di a unos civiles que me debían
un favor. Me dijeron que se encargarían de… de... eso.
- ¿Y luego qué?
- Ellos… se quedaron con ella. Querían un hijo
propio sin arriesgarse a pasar por el parto. Me juraron que jamás la traerían
aquí así que… se la dejé.
- ¿Y?
- Y murieron en un accidente unos meses más
tarde. En su testamento se aseguraron de nombrar a unos familiares como los
tutelares.
- Gentuza de la Glymera.
Havers asintió.
- La metieron en casa por un estúpido sentido del
honor. Pero fueron masacrados por unos lessers unos años después, y no… no sé
qué pasó después.
- Pero sabias que estaba viva. Lo sabías y no
dijiste nada, pensando, no, deseando que la transición acabara con ella ya que
no tendría a nadie que la ayudara con su necesidad de beber sangre.
Una voz femenina detrás de él hizo que apretara
los labios.
- Y por esa razón, lo asesinaré.
wooooooooooooooow quiero seguir leyendoooo *-*
ResponderEliminarun saludo
Srta. Morena
Esta tarde mas ;)
ResponderEliminarOooo esta super bien me encanta!!!
ResponderEliminarGenial!!!!. Confieso que esta Layla me cae mucho mejor que la de la Ward :P
ResponderEliminarBien Layla!!!
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