jueves, 18 de julio de 2013

Lover Reconciled - Prologo


Estaban en el pasillo. Solos. Habían vuelto de casa de Stan, buscando pistas sobre el paradero de Kihara.

- ¿Vienes a mi habitación?

Blay. Su mejor amigo. Dudo pero asintió. Estaba duro, y esperaba que Blay no lo notara.  

- ¿Esto es real?

La voz de Blay detuvo a Qhuinn.

- ¿Qué quieres decir?
- Tú y yo. Esto que está pasando. ¿Es real?

Qhuinn se acercó a él sin sacar las manos de los bolsillos y simplemente lo miró.

- Pues no lo sé.
- ¿Cómo que no sabes? ¿Esto va a durar o es solo por la intensidad del momento? Las peleas con los antis, la búsqueda de Kihara. Ahora no puedes ir al ZeroSum a por tu dosis diaria de sexo, pero cuando termine todo esto, ¿qué pasara?

Qhuinn no dijo nada y dejó que Blay siguiera.

- Necesito saber a dónde va esto Qhuinn, porque si no vas en serio, más vale que

Qhuinn lo calló acercándose a él, pegándose pecho contra pecho y se le aceleró la respiración. Apoyó las manos en la puerta que Blay tenia detrás, justo a la altura de su cabeza. Se acercó a él, casi rozándole los labios.

- ¿Te parece que esto no es serio?

Presionó sus labios contra los de Blay, lamiendo y mordisqueando y profundizando el beso mientras ondulaba las caderas contra las de Blay.

Qhuinn quería usar su boca para darle a Blay un orgasmo que recordara toda su vida. Necesitaba saborearlo Un leve dolor punzante en el cuello lo saco de sus pensamientos. Blay intentaba morderle, con las manos apoyadas en sus hombros. Qhuinn le agarró las manos con fuerza y se las apretó contra la puerta, inmovilizándolo. Le encantaba verle los colmillos a Blay, pero saco sus propios colmillos. Ya era hora de enseñarle quien iba a ser el macho dominante en esta relación.

- Dios Qhuinn

Las manos de Qhuinn recorrían el cuerpo de Blay. Acaricio sus pectorales, apretando suavemente sus pezones y siguió bajando por sus abdominales, deteniéndose en su ombligo. Había logrado quitarle la camisa sin que se diera cuenta y sus labios pronto siguieron el mismo camino que sus manos.

Qhuinn arrastró a Blay hacia la cama sin dejar de besarlo. Estaba insaciable y necesitaba sentirlo en su boca ya. Le desabrochó los pantalones mientras Blay intentaba hacer lo mismo con los suyos. Qhuinn lo esquivó, ya habría tiempo para eso en otro momento. Con cuidado de no penetrar en la piel, Qhuinn paseó sus colmillos por la mandíbula y el cuello de Blay, sin rozarle las heridas que le había hecho antes.

- Qhuinn no puedo esperar más.

Sentía los temblores y escalofríos en la piel de Blay y aunque le gustaba jugar así hasta tenerlo loco de deseo debajo de él, sabía que no les quedaba demasiado tiempo.

Qhuinn siguió su camino hacia abajo mientras Blay se retorcía jadeando, atrapado bajo su cuerpo.

Un fuerte aporreo en la puerta, los hizo quedarse parados.


Qhuinn despertó sudando. Otra vez había soñado con Blay. Y otra vez esta duro por ello. El sueño siempre se paraba ahí, igual que paso en la realidad. Se había echado un rato antes de salir con los Hermanos, pero no había podido descansar todo lo que había querido. Y como siempre, la razón era Blay.



Blay miró a Qhuinn de reojo, estaba bebiendo demasiado y como siempre, actuando como un gilipollas. Estaban en el ZeroSum con algunos de los Hermanos, celebrando que Wrath les había dado unas semanas de descanso mientras John y Kihara estaban de Luna de Miel.

- Hola preciosa.

El susurro de Qhuinn a una chica rubia, le dolió en lo más profundo del alma. Se escucharon sonidos de besuqueo y más susurros.

- ¿Vamos al baño?
- Vale.

La risita tonta de la rubia, le hirvió la sangre. Antes de que Qhuinn pudiera desaparecer con esa chica, Blay se levantó, se terminó su copa de un trago, dejándolo en la mesa con un golpe seco. Sin despedirse de nadie, Blay salió del bar. No podía soportar esto durante mucho más tiempo. Lo destrozaría por dentro.
 

Qhuinn observó como Blay se iba y empujo a la tía que estaba intentando meterle mano. Ni siquiera estaba duro.

- Nena, ve y búscate a otro.
- ¿Cómo?
- Lo que oyes. Largo de aquí.
- ¡Serás capullo!

Ya. No hacía falta que se lo recordara. Era algo que estaba claro. Era un capullo. Y nadie lo sabía mejor que él. Se apoyó la mano en el pecho, con la vista puesta por donde Blay se había marchado. Lo suyo era imposible.

- ¿Por qué no le dices lo que sientes?

Vishous lo miraba como si lo supiera todo. No tenía ni idea.

- Porque no siento nada.
 
Y esa era la mayor mentira que había contado jamás.

5 comentarios:

  1. ¿Por qué Qhuinn siempre da la impresión de quienes miedo de sus sentimientos?Estoy impaciente por ver que haces con estos dos...
    Un saludo

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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