lunes, 29 de julio de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 8


Blay vio como Qhuinn abría la boca y la volvía a cerrar. Obviamente no se atrevía a decir nada delante de Havers y la curiosidad le hizo preguntarse qué era lo que Qhuinn había estado a punto de decir.

- Esto aún no ha terminado. Hablaremos más tarde.

Con esas palabras Qhuinn salió de la habitación, seguido de Havers. El rey entró varios minutos después y lo miró un largo rato sin decir nada. Blay respetaba mucho a Wrath y no podría mentirle con respecto a las razones que lo habían hecho desobedecer sus órdenes.

- Blaylock. Me has decepcionado. No me esperaba esto de ti. De Qhuinn, por supuesto. De Zsadist, quizás. Hasta de John me lo podía haber esperado. Pero no de ti. Jamás de ti.

- Mi rey yo

- No. He. Terminado.

Blay se encogió. Wrath no solo estaba enfadado. Estaba furioso.

- He tenido más de una semana para pensar que hacer contigo. Y lo he tenido que pensar mucho. Has puesto en peligro a los hermanos con tu actitud temeraria. Si hubiese sido cualquier otro, lo echaría a patadas de la mansión. Sin dudarlo. Y no tendría opción a ser hermano nunca más.

Blay se mordió el labio, nervioso.

- Sin embargo, sé que si te echo a ti, pierdo a Qhuinn. Y también haría que John estuviera dividido entre su lealtad hacia ti y su lealtad hacia la hermandad. Puesto que no quiero que eso ocurra, ya que la hermandad os necesita y sois buenos luchadores, voy a tener que aplicar un castigo menos severo. Vas a estar dos meses sin luchar.

Blay suspiró aliviado. Si eso era todo, había escapado bien. Mejor de lo que habría pensado. Wrath sonrió.

- Pero eso no es todo hijo. A partir de ahora, eres oficialmente el Ahstrux Nohtrum de Qhuinn.

Blay miró al rey estupefacto. Tenía que ser una broma. Él no podía

- Serás el guardián personal de Qhuinn, con licencia para matar. Estarás con él a todas horas. Donde él vaya, vas tú. Lo protegerás con tu vida. Para siempre.

Blay cerró los ojos. Hubiese preferido que Wrath lo echara de la Hermandad. Sería menos cruel. El rey realmente había dado en el clavo, puesto que no había mayor castigo para el que tener que seguir a Qhuinn todas las noches al ZeroSum y entrar con él al cuarto de baño mientas se follaba a cualquiera en uno de los baños.

- Blay.

Abrió los ojos y miró a Wrath.

- Confía en mí. Se lo que hago y por qué lo hago.

Blay asintió.

- Se por qué te fuiste. Hay cámaras por toda la mansión así que vi la discusión que tuvisteis. Y no quiero que esta situación se vuelva a repetir.

Volvió a asentir.

- Bueno, ya que todo ha quedado aclarado, cuéntame, ¿Cómo lograste matar a todos esos malditos antis?

 

Qhuinn esperaba fuera mientras Wrath hablaba con Blay. No sabía lo que estaba pasando ahí dentro, pero el ya se había decidido. Si Wrath echaba a Blay, Qhuinn también se iba.

Había llamado a los padres de Blay para que supieran que ya había despertado y llegaron poco después. Wrath salió, saludándoles antes de dejarles pasar a ver a su  hijo.

- Qhuinn, tenemos que hablar.

Qhuinn siguió a Wrath hacia la oficina de Havers que estaba vacía. Cruzó los brazos y espero a que el rey le dijera lo que tuviera que decir, aunque ya tenía una idea.

- No me mires así hijo. No he echado a Blay.

Qhuinn suspiró aliviado.

- Pero le he impuesto otro castigo.

Qhuinn arqueó una ceja, esperando escuchar lo que le esperaba a su amigo.

- Estará dos meses sin luchar.

Asintió. Eso le parecía justo.

- Lo que pasa, es que tú también vas a estar esos dos meses sin luchar.

Volvió a arquear la ceja.

- ¿Puedo preguntar por qué?

- Porque, aparte de esos dos meses sin luchar, le he asignado una tarea específica a Blay.

Qhuinn espero a que el rey terminara de hablar.
 
- A partir de hoy, Blay es tu Ahstrux Nohtrum. Y eso no es todo, a partir de hoy, tú serás el de Blay.

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