sábado, 20 de julio de 2013

Lover Reconciled - Capítulo 1


Una semana después:

Blay estaba sudado y cansado pero aun así, le seguida dando al saco de arena con todas sus fuerzas. Llevaba horas en el gimnasio, pero seguía igual que frustrado que antes.

- Maldito gilipollas. Imbécil. Capullo.

Cada golpe que daba era un nuevo insulto, cosa que era rara en él. Sin embargo, había llegado a su límite, y puesto que llevaba una semana sin luchar, sin matar a un solo anti, este era el único desahogo que tenía. A diferencia de Qhuinn que gastaba su energía todas las noches en el ZeroSum.

- Idiota. Cabron. Hijo de...
- Vaya. Cualquiera diría que estas imaginando mi cara en ese saco.

Blay se tensó durante un momento antes de seguir golpeando.

- Vete a la mierda Qhuinn.

Intentó ignorarlo pero mientras seguía dando golpes vio su reflejo en el espejo que rodeaba el gimnasio. Estaba apoyado en el marco de la puerta. Y...joder. Estaba buenísimo. Camisa negra ajustada, pantalones de cuero y las botas shitkickers que llevaban todos los Hermanos. Y esos ojos... uno azul, el otro verde que le llegaban al alma y parecían ver en lo más profundo de su interior.

- ¿Vienes al ZeroSum?
- Vete.
Golpe.
- A.
Golpe.
- La.
Golpe.
- ¡Mierda!
- Venga ya tío. Quiero ir contigo, hace tiempo que no salimos juntos.

Blay temblaba por dentro. Si tan solo fuera verdad... Qhuinn tenía que estar tomándole el pelo. ¿Y esto a que venía?

- Lárgate Qhuinn.
- Oh vamos Blay...
- ¡Joder!

Blay dio un último golpe y detuvo el saco antes de darse la vuelta y dirigirse a Qhuinn. Se quitó los guantes de boxeo y los tiró al suelo. Se paró justo delante de él, sudor cubriéndole todo el cuerpo.

- O formas parte de mi vida, o sales de ella. No soy un juguete que puedes utilizar a tu antojo.

Qhuinn permanecía impasible, apoyado en la puerta.

- No te estoy usando Blay. Solo quiero salir a divertirme con mi mejor amigo. ¿Qué hay de malo en eso?

- Noticia de última hora, gilipollas. Hace mucho que no somos mejores amigos.

 

Auch. Eso dolía. Aunque Qhuinn reconocía que había algo de verdad en sus palabras, hizo lo posible por no mostrar lo mucho que le dolían. Blay se dio la vuelta para coger una toalla y le molesto, ya que se llevó su olor intenso con él. Sudor, colonia y especias oscuras. Pero Qhuinn no pudo quitar la vista de su musculosa espalda y ese trasero tan bien esculpido.

- Entonces, ¿eso es un no?

Blay dejó caer los hombros como derrotado.

- ¿Qué quieres de mi, Qhuinn?
- Nada. Salir. Pasar un buen rato.

Blay resoplo y puso los ojos en blanco. Se dio la vuelta, acercándose de nuevo a él.

- Ya claro. Por qué ver cómo te follas a cualquier cosa con piernas es un rato estupendo para mí...
- Blay...

Qhuinn se calló. ¿Qué le vas a decir listo? ¿Qué hace más de dos meses que no te acuestas con nadie? No te creería. Tú mismo te has asegurado de eso.

- No Qhuinn, nada de Blay. Esto se ha acabado. Como te he dicho, estas dentro o fuera de mi vida. Tú decides.

Formar parte de la vida de Blay... Era un sueño que no se podía permitir. Blay se merecía algo mejor y él no se merecía a alguien como Blay. Quizás, si no hubiese nacido así, defectuoso... Con estos ojos que tenía, era un bicho rato y no podía humillar a Blay de esa manera, formando parte de su vida. Qué pensaría su familia, sus amigos, los Hermanos... No podía hacerle eso a Blay. Y eso lo mataba por dentro.

- Buena decisión.

Blay pasó por su lado, y recibiendo un empujón, Qhuinn dejó que se marchara.

 

Blay no se había calmado después de la sesión de entrenamiento. Ni por asomo. Y después de hablar con Qhuinn, estaba aún peor. Se metió en la ducha y pensó en cosas que podría hacer para desahogarse. Él no era como Qhuinn, no podía simplemente irse a un bar y acostarse con el primero que veía. Pero si salía y por casualidad se encontraba con algunos antis...Nadie se tenía que enterar. Salía, mataba algunos antis y volvía. Se sentiría más tranquilo y podría soportar la tortura de vivir aquí un tiempo más, al menos hasta que pudiera hablar con John y Kihara, que le podrían aconsejar. Contento con su nuevo plan, se terminó de duchar y se preparó para una larga noche. Dagas, pistolas, hasta estrellas ninja, que podía tirar de lejos con absoluta precisión. Llevaba de todo. Más tranquilo de lo que se había sentido en mucho tiempo, salió de su habitación. Por suerte, los Hermanos iban a lo suyo esta semana y pudo salir sin ser visto. Estaba impaciente por la lucha. Y Blay sabía exactamente a donde ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario