Varias noches después de
descubrirlo todo, cenaron con los hermanos. John estaba muy orgulloso de
Kihara. Lo había aceptado todo con una tranquilidad y madurez increíble. Tuvo
paciencia con los hermanos cuando estos le preguntaron por sus colmillos, y se
los enseño con orgullo. Nadie le preguntaba por su cautividad, no querían que
recordara esos días, pero ella los sorprendió a todos.
- Bueno, ¿y que hicisteis con
el cuerpo de Tohrture? JM me contó que lo mato, pero que no sabía que paso
después.
- No es nada de lo que tengas
que preocuparte, pequeña Kihara.- comentó Wrath.
- Mi rey, ahora más que nunca
soy parte de la hermandad. Tengo derecho a saber.
No parecían demasiados
convencidos.
- Y si no, luego se lo pregunto
a “papá” que seguro que me lo cuenta.
Rhage fue el primero en soltar
una gran carcajada. Los demás siguieron justo después.
- No se puede negar que tengas
mi sangre.- Vishous le guiñó un ojo y todos los hermanos empezaron a hablar a
la vez.
- Nos deshicimos de su cuerpo,
lo quemamos.
- No queremos que vuelva a
aparecer como su querido padre.
- Le toca el turno a Stan, ¡hay
que ir a por él!
Los hermanos se enzarzaron en
una discusión de que le harían a este cuando lo encontraran y Kihara estaba
feliz de estar entre los hermanos y verlos listos para la acción. El mundo se
merecía que se deshicieran de Stan Edwards de una vez por todas y sabía que si
alguien lo podría lograr, esa sería la Hermandad.
- ¿Nos vamos a la cama?
El susurró de JM le causo
escalofríos de placer. Asintió y disculpándose con los demás, se levantaron
juntos.
- Buenas noches.
JM se despidió de todos y
Kihara vio el guiño de Vishous a JM. Qué raro era esto… pero le encantaba que
se llevaran bien.
JM la tenía agarrada por la
cintura mientras subían las escaleras pero en cuanto llegaron al pasillo, la
cogió en brazos.
- ¡Ay! ¿Pero qué haces, nallum?
Se andar JM, déjame en el suelo.
JM no dijo nada y ella lo miro
sospechosa, su olor especiado se estaba intensificando por momentos y Kihara se
dejó llevar, recostando la cabeza en su hombro. JM abrió la puerta de la
habitación sin problema y la soltó dentro con cuidado. Kihara abrió los ojos y
jadeo cuando miro a su alrededor. La habitación estaba llena de velas y rosas
rojas y blancas por todas partes. Miró a JM sorprendida mientras este se
arrodillaba delante de ella y le sonrió.
- La última vez, lo hice con
prisas y no lo hice bien. Pero esta vez… esta vez lo haré como te mereces.
Su voz estaba llena de emoción.
- Kihara. Nalla. Yo te quiero más que a mi vida, más que a nada. Lo daría
todo por ti y sé que sin ti no soy nadie.
A Kihara se le estaba nublando
la vista con sus palabras, pero dejo que siguiera.
- Sé que fui un capullo… antes.
No entendía tu relación con V, pero jamás debí dudar de ti. Los celos me
cegaron pero te quiero y confío en ti y espero que me puedas perdonar por…
Kihara se agachó y lo callo con
un beso. Por su parte todo eso quedaba en el pasado y no quería volver a pensar
en ello.
- Te quiero JM. No te tengo que
perdonar nada.
JM le devolvió el beso y
comenzó a bajar por su cuello, arañándola suavemente con sus colmillos,
causándole escalofríos. Se separó de ella haciendo un visible esfuerzo.
- Déjame terminar nalla. Estoy intentando ser romántico.
- Vale, pero date prisa. Te
necesito dentro de mí.
John carraspeó nervioso, estaba
duro como una piedra y las palabras de Kihara lo hacían temblar de deseo, pero
estaba decidido a hacer esto bien. Se sacó la cajita con el anillo del bolsillo
y la abrió para que Kihara lo viera. Sacó el anillo con cuidado y extendió la
mano para que Kihara le diera la suya.
- Nalla, eres lo mejor que me ha pasado y quiero pasar el resto de mi
vida a tu lado. Por favor, déjame ser tu hellren.
Se mi shellan.
Kihara esperó a que John le
pusiera el anillo, que le iba perfecto, antes de abalanzarse sobre él.
- ¡SI SI SI! Claro que seré tu shellan. Soy tuya JM. Para siempre.
Lo besó con pasión y comenzó a
desnudarlo.
- Y ahora que he aceptado… ¿ya
podemos hacer el amor?
La pasión los envolvió y John
besó a Kihara con ternura y deseo. Le quitó la camisa y tiro de ella
prácticamente derribándola encima de él. Su aroma vinculante se volvió loco
mientras su boca se apoderaba de la de ella y su duro y pesado cuerpo la
presionaba contra el colchón. Sus manos fueron rudas con el sujetador, desgarrándolo
y tironeando de los extremos para abrirlo. Cuando sus senos estuvieron
expuestos, lanzó un profundo y bajo gruñido.
- Oh, sí… JM…
El gemido de ella sonaba igual
de desesperado que el de él. Kihara metió las manos entre sus caderas unidas
intentando desabrochar el botón y bajarle el cierre de su bragueta…
John dejó escapar otro sonido
animal cuando su erección asomó y cayó en la mano de ella. Sin dejar de
besarla, se incorporó lo justo para terminar de quitarse la ropa. Volvió a
saltar sobre ella, terminó de desgarrarle los pantalones, y le abrió los muslos
ampliamente. Pero en ese momento se detuvo, con una mirada de preocupación en
el rostro que amenazaba con superar a la pasión. Abrió la boca, con la clara
intención de preguntarle si a ella le parecía bien, no quería hacerle daño…
- ¡Ni se te ocurra parar!
Kihara le agarró por la nuca y
tiro de él hacia sus caderas. Rugió y penetró en su centro, la intrusión fue
como una bomba que estalló en su cuerpo, las chispas se dispararon a través de
todo su ser, prendiendo su sangre. Los dos se corrieron juntos por la
intensidad del momento. El tiempo separados los había unido de una manera
especial, y sabían que no podían estar el uno sin el otro.
- Ah, Kihara… toma mi vena…
La invitación fue aceptada
antes de que terminara de emitirla y Kihara disfruto de su sabor. Era
espectacular, y más intenso de lo que lo había sido nunca. Esto era algo puro,
un combinado de champagne de poder y sexo, no solo nutrición.
- Te amo - suspiró él mientras
ella se alimentaba y el de derramaba nuevamente en su interior.
Varias horas después, JM seguía
bombeando dentro de ella y la necesidad de que la mordiera, de que la marcara
como suya, igual que ella había hecho con él, se hacía cada vez más intensa. No
se atrevía a preguntarle, no soportaría el rechazo de las veces anteriores,
pero ahora ella era vampira, y no una frágil humana. De alguien se tendría que
alimentar JM. Y no volvería a dejar que se alimentara de una elegida, al menos
que fuera absolutamente necesario. Un leve mordisco en el pezón la volvió loca
de deseo, aumentando su necesidad.
- Estas distraída nalla. ¿Qué pasa, te estoy aburriendo?
JM había ralentizado sus
embestidas hasta que eran suaves caricias lentas y enloquecedoras.
- JM, no te pares…
- Dime que te tiene tan
distraída. ¿Ya te estas arrepintiendo?
- ¡Claro que no! Pero sigue… me
estas matando…
Movió las caderas intentando
que JM reaccionara. Maldito fuera, la estaba torturando y a Kihara, esta
tortura le encantaba.
John sabía que era lo que
Kihara quería y él no tardaría en cumplir su deseo. Ya estaba mejor que bien y
Vishous le había confirmado que se podía alimentar de ella. Sin embargo, quería
que se lo pidiera. Quería que supiera que ahora él le daría lo que fuera, lo
que ella le pidiera. Todo, para hacerla feliz. Vio la duda y el placer
reflejados en su cara y sabía que estaba cerca de pedirle que la mordiera. Por
fin.
Butch estaba en la sala de
entrenamiento, esquivando a Vishous como llevaba haciendo estos últimos días.
Desde que… joder, desde que lo había besado. No se podía creer que había besado
a un tío. Y no cualquier tío… había besado a su mejor amigo. Pero él no era
gay. Jamás había estado con otro hombre, le gustaban demasiado las mujeres.
¿Entonces, por qué se había sentido tan bien?
Solo había esperado a Vishous
porque estaba preocupado por él y por Kihara y John, y necesitaba saber que
estaba bien. Pero no había podido detener su reacción al verlo. Tenía que
saborear esos labios gruesos… todavía podía sentir como la perilla le raspaba…
Dios, tenía que dejar de pensar
en aquel beso y buscarse una mujer. ¡Eso era! Esta noche iría al ZeroSum y en
cuanto se enterrara muy dentro de una mujer suave y dispuesta, se olvidaría de
los labios de Vishous.
- Por fin te encuentro solo.
Sin dejar de correr, Butch miró
en el espejo que tenía delante y vio como Vishous lo miraba, apoyado en el
marco de la puerta. ¡Mierda! ¿Y ahora como escondía su muy notable erección?
JM siguió torturándola con
movimientos lentos. Su cuerpo pedía a gritos que fuera más rápido y que se
metiera más profundo, pero él se negaba, hasta que ella no le pidiera lo que
estaba deseando, lo que estaba necesitando de él. Lo miro a los ojos y en ese
momento supo sin ninguna duda que esta vez si la mordería. Inclino la cabeza
para darle permiso silenciosamente pero JM soltó una risa profunda.
- Pídemelo nalla. Como hacías antes. Pídemelo.
- JM…
JM incrementó el ritmo un poco
y Kihara gimió.
- JM, muérdeme. Hazme tuya.
Ahora.
JM no dudó un instante y en el
momento en que Kihara notó como sus colmillos le penetraban la piel, tuvo el
orgasmo más intenso de su vida. Y aun así JM no daba tregua. Había aumentado el
ritmo y soltó brevemente su cuello.
- Otra vez nalla. Quiero sentirte otra vez.
De nuevo sus colmillos se
clavaron en su piel y de nuevo la intensidad de su clímax la dejo sin aliento.
Sintió como JM perdía el control con ella y se dejaba llevar, llenándola con su
semen.
Minutos después recuperaron el
aliento y seguían abrazados. JM seguía duro en su interior así que tenso sus
músculos vaginales haciéndole gruñir.
- Me vas a matar nalla.
- Una vez más. Solo una vez más
y después de eso bajamos a organizar la ceremonia de emparejamiento.
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