La sangre del vampiro pronto le lleno la
boca y la garganta. Era lo más delicioso que había probado jamás. Empezó a
chupar más fuerte y se dio cuenta de que sus pensamientos y sentidos se hacían
un poco más claros. Escuchó el suave gruñido del vampiro que se llamaba John… o
¿JM?, y notó como sus fuertes brazos la agarraban por la cintura, acercándola
más a él y causándole todo tipo de sensaciones muy agradables. También notó
como el otro vampiro de la perilla maldecía e intentaba separarla de su vampiro
delicioso. Entraron 3 vampiros más, y Kihara escuchó sus jadeos de asombro. Era
extraño, debía sentir deseo de chuparles la sangre a todos y sin embargo, ahora
que había probado la de este vampiro, no se quería soltar nunca. Su intuición
le decía que los debía matar a todos, Tohrture se lo había dicho más de una
vez, pero no podía hacerles daño si eran amigos de su vampiro. Cuando por fin
lleno su estómago, lo soltó, muy a su pesar. Quería mirarle a los ojos, sentía
la necesidad de mirarlo y saber más de él. Antes de que pudiera hacerlo, un
fuego atroz le recorrió el cuerpo entero y se agarró a su vampiro como si su
vida dependiera de ello.
- ¿Kihara? ¡Kihara! Vishous, ¿Qué está
pasando?
- No puede ser… ¡es imposible!
- V, ¿qué pasa?
- Creo que esta… ¡pero no puede ser!
- V, háblame. ¿Qué hago?
- Creo que está a punto de pasar por su
transición.
- ¿Qué? ¿Estás seguro?
- No, no estoy seguro John, pero parece
tener los síntomas de una pretrans. Tenemos que llevarla a casa ya. Butch,
avisa a Rhage de que necesitamos su GTO.
Butch salió corriendo en busca de Rhage y
John vio las caras de preocupación de sus amigos.
- Se va a poner bien. Kihara va a estar
bien.
- John, déjame que te ayude. Te ha quitado
mucha sangre y estas más débil que de costumbre.
- Estoy bien.
- Al menos déjame que te cure.
- ¡No! Tienes que guardar tus fuerzas para
curarla a ella. Venga, vámonos.
Sabía que Kihara había bebido demasiado,
pero no iba a dejar que nadie más que él, la cuidara. La herida que le había
hecho seguía sangrando, pero no sentía dolor. Ya se curaría solo en un rato. Su
único interés ahora mismo era llevarla a la mansión para cuidarla. Kihara
temblaba en sus brazos y los rugidos de antes ahora eran más bien gemidos. Se
agarraba a él con fuerza, los brazos alrededor de su cuello y las piernas por
de su cintura. John se dirigió hacia la salida del almacén donde escucho el
motor del GTO. Los hermanos se sorprendieron al verlo con Kihara en brazos,
aunque no sabía si la reconocerían, por el aspecto que tenía tan sucia y
desaliñada. Salió fuera y Butch salió del coche en marcha. John no quería
soltarla pero necesitaba hacerlo si quería llevarla a casa cuanto antes.
- Metete atrás con ella. Yo conduzco.
John asintió a Butch agradecido, sabiendo
que este conduciría como alma que lleva el diablo, que era justo lo que
necesitaba. Todos los hermanos estarían ya en la mansión, preparándolo todo
para cuando llegara con Kihara.
Llegaron en menos de 20 minutos, y Kihara
había dejado de temblar. Parecía haberse quedado dormida en sus brazos y John
se bajó del coche con cuidado de no despertarla. Vishous lo esperaba justo en
la puerta de la mansión.
- ¿Como está?
- Dormida. Ha dejado de temblar.
- Vamos a la enfermería. La meteremos en
una de las camas allí. Hay que limpiarla para curarle…
- Ya me encargo yo de eso. Sube lo que
necesites a mi habitación. Voy a bañarla.
John subió y se encerró en el cuarto de
baño con Kihara. Por alguna extraña razón pensó en esos libros de JR Ward que
tanto le gustaban a Kihara. Había una escena donde el hermano Zsadist tenía que
bañar a su shellan después de un
secuestro. Esto era lo mismo, pero decidió que sería demasiado complicado el
bañarla así, así que decidió que ducharse con ella en brazos sería más fácil, y
así no la tendría que soltar. Con cuidado la desvistió, estremeciéndose con
cada moratón y herida que destapaba. Se alegraba de haber matado al vampiro
este, porque si estuviera vivo aun, John lo haría acordarse de su nombre para
siempre y la tortura que tenía en mente, era demasiado poco para lo que se
merecía.
Kihara suspiró suavemente y ya desnuda se
volvió a agarrar a él de la misma manera, con brazos y piernas firmemente a su
alrededor. Con cuidado John se sentó y abrió el grifo, graduando la temperatura
para que estuviera justo como le gustaba a Kihara. Con movimientos suaves la enjabono
y la limpio, haciendo que su ropa se le pegara al cuerpo, ya que no había podido
quitársela. Cuando terminó de enjuagarle el pelo y estaba a punto de cerrar el
grifo, Kihara se movió. Incorporándose lentamente lo miró a los ojos durante un
rato, pero su mirada bajo hasta la herida abierta que John aún tenía en el
cuello. Se tocó los dientes, donde debía haber colmillos y luego acerco su otra
mano a la boca de John que la abrió para hacer salir sus propios colmillos.
Kihara frunció el ceño como si no entendiera, pero John sintió decepción al ver
que aún no daba señales de reconocerlo. Su vista volvió al cuello de John y
gimió.
- Vamos nalla.
John torció el cuello para dar mejor acceso
a Kihara.
- Bebe, nalla.
Tienes que alimentarte.
Kihara no dudó. Se acercó a la herida y
bebió.
De nuevo el sabor tan exquisito le atravesó
la garganta. Con cada trago sentía que el dolor de su cuerpo disminuía y que
cada vez podía pensar un poco mejor. ¿Quién era este vampiro que la dejaba
beber de él? ¿Era amigo de Tohrture? ¿Dónde estaba Tohrture? ¿Por qué ella no
tenía colmillos? Tantas preguntas y pensamientos la asaltaron que temía no
poder procesarlo todo. De repente el fuego atroz volvió a recorrer y de nuevo
confió en su vampiro protector lo suficiente para agarrarse a él con fuerza.
Sabía, aunque no estaba segura de cómo lo sabía, que él la protegería con su
vida si fuera necesario.
- ¡Mierda! ¿Kihara, nalla?
Levantándose con ella en brazos, John le
puso una bata y salió a la habitación donde Vishous lo esperaba con mil cosas
que se había traído de la enfermería. La dejó en la cama con cuidado, tapándola
y pensando que le tenía que secar el pelo.
- ¿Qué ha pasado, por qué tiembla?
- No lo sé. Se despertó y ha vuelto a beber
de mí.
- ¿Te ha vuelto a atacar?
- No, la he dejado. Parecía más lúcida.
La angustia se apodero de él.
- ¿He hecho mal en dejarla beber?
- No John, al contrario. Creo que tu sangre
la va a ayudar.
- No entiendo. ¿Cómo…?
- John, realmente creo que Kihara está
pasando por su transición. Tu sangre la ayudara mucho con eso.
John abrió mucho los ojos y tuvo que
sentarse en la cama, mojándolo todo.
- Entonces… no es una antivamp?
- No lo creo. Su sangre vampírica, aunque
era poca cantidad, viene directamente de un hermano. Luego la sangre de
Tohrture no era pura, ya que él era medio humano. Mestizo. Ahora, al
alimentarse de ti, que desciendes de Darius y tienes la sangre tan pura como la
de un hermano, ella se está convirtiendo en una mestiza.
John no sabía que decir, todo esto parecía
demasiado bueno para ser verdad.
- Crees que… ¿que se acordará de mí?
- No lo sé John. La sangre mestiza de
Tohrture le hizo daño, pero pienso que la tuya la ayudara a convertirse en una
hembra normal, mestiza pero normal. Si se va a acordar de ti o de todo lo que
paso antes de… solo el tiempo lo dirá.
John se giró hacia Kihara y vio que
efectivamente parecía tener todos los síntomas de la transición; sudor frío,
palidez, temblores.
- ¿Cuánto tiempo va a estar así?
- Lo normal son dos días ya lo sabes, pero
al tener tanta sangre mezclada… Necesita quemar lo que tiene dentro de
Tohrture, y luego la tendrás que alimentar.
Vishous observó la herida de John y este lo
pillo.
- Ni se te ocurra. Cúrala a ella. Además,
la herida tiene que quedarse abierta, no tiene colmillos.
- No la puedo curar. No puedo interferir en
la transición. Pero al menos déjame que te desinfecte la herida. La puedes
alimentar haciéndote un corte en la muñeca. Y los colmillos, espero que le
salgan durante la transición… si no vas a estar haciéndote cortes cada vez que
tenga hambre.
John miró a Kihara.
- Mientras ella este bien, valdrá la pena.
Vishous desinfectó la herida y se levantó.
- Anda cámbiate. Voy a informar a los
hermanos y te traigo algo de comer.
Le echo un vistazo a Kihara, asegurándose
de que más o menos estuviera bien, aunque no había nada que pudiera hacer por
ella. Salió de la habitación con cuidado de no hacer ruido. Butch lo estaba
esperando justo fuera.
- ¿Cómo está?
- ¿Dónde están los demás?
- Abajo. ¿Cómo esta Kihara?
- Ven y os lo explico a todos a la vez.
- Vishous…
Butch se acercó y lo besó apasionadamente,
terminando el beso demasiado pronto y dejando a Vishous estupefacto.
- Venga vámonos y nos cuentas como esta
Kihara.
Vishous podía oír la sonrisa en la voz de
su amigo y lo miró con sospecha, pero lo siguió. Todos los hermanos estaban
reunidos en la sala de juegos, aunque ninguno jugaba. Nadie se había ido a
duchar o a curarse las heridas, todos ansiosos por saber que le había pasado a
Kihara y como estaba. Vishous explicó todo lo que le había contado a John.
- Así que lo único que podemos hacer es
esperar. Y rezar.
- ¿Podemos ver a John?
Se veía que Blay y Qhuinn estaban muy
preocupados por John.
- Si, le he pedido a Fritz que le prepare
algo de comer. Podéis llevárselo entre los dos.
John se había cambiado rápidamente sin
quitarle el ojo a Kihara. Sonó un suave golpe, debía ser Vishous con la comida.
- Entra.
Blay y Qhuinn asomaron tímidamente por la
puerta.
- ¿Se puede?
- Entrad. Ahora mismo está inconsciente.
- Si, Vishous nos lo ha contado todo.
Le pusieron las dos bandejas de comida,
cerca.
- ¿Y tu como estas tío?
- Bien. Por fin está aquí y pronto estará
bien. Después de la transición.
- Si, le hemos dicho a Fritz que compre
mucho beicon y chocolate para cuando salga de la transición.
Qhuinn sonrió.
- Anda come algo que necesitas energía para
estos días en los que tienes que cuidar a tu chica…
Le guiño un ojo.
-… y para cuando salga de la transición. Ya
sabes que aparte del beicon y el chocolate, querrá sexo… muuuuucho sexo.
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