martes, 11 de junio de 2013

Lover Recalled - Capítulo 5


Kihara se quedó despierta el resto de la noche, se estaba acostumbrando a hacer su vida de noche. Descubrió varias cosas interesantes sobre Stan/Steve. Si tan solo tuviera una manera de contactar con los Hermanos - pero qué estoy diciendo, la falta de sueño me está afectando -

Quería ir a la oficina temprano ya que quería buscar algunos casos pendientes de otros desaparecidos. Sentía que estaba muy cerca de descubrir algo importante y quería estar preparada para darle la información a la Hermandad, es decir, a la policía. Aunque dudaba que estos últimos la creyeran. Se preparo para ir al trabajo tomándose su tiempo, ya que todavía era temprano. Se dio una ducha relajante y desayunó tranquila, revisando sus notas.

Las imágenes de su último sueño todavía invadían su mente y Kihara se sentía un poco tonta por que el dolor que sentía era tan real, que parecía que JM realmente le había roto el corazón. Suspirando, se termino el café y se puso en camino para ir a la oficina. Una vez allí se dio cuenta de que era una de las primeras en llegar, así que se dirigió hacia su mesa y encendió su ordenador. Cuando movió el ratón para meter su contraseña, este no se movió así que Kihara desconecto el cable y lo volvió a conectar pensando que eso resolvería el problema. Cuando vio que no fue así, se enfado un poco, vaya comienzo de la mañana...

Resoplo frustrada y miró debajo del ratón por si el problema se debía a polvo o algo, aunque las mesas se limpiaban a diario. Inmediatamente vio la causa del problema, algún idiota había tapado el ratón con una tarjeta - ja ja muy gracioso -. La tarjeta era blanca y Kihara la despego con cuidado. Dándole la vuelta con curiosidad Kihara no podía creer lo que estaba viendo.

 



Kihara miró el número durante mucho rato y se dio cuenta de algo. Mirando los últimos números, y reemplazando los números por letras del alfabeto le salía 555-DAGA. ¿Esto era una broma? No podía ser, ¡tenia que tratarse de la Hermandad!


John estaba nervioso, paseaba de un lado a otro en la sala de juegos, mientras Blay y Qhuinn se entretenían cada uno con la primera tontería que habían encontrado. Ya había terminado su periodo de fertilidad por este año, así que Wrath lo había sacado de su “jaula”. Su primer impulso era el de buscar a Kihara para verla pero los hermanos solo salían durante el día si era realmente necesario, y normalmente solo iba a verla una vez por semana en su día libre, aunque con su periodo de fertilidad recién terminada, necesitaba verla ya. Además John sabía que ella estaría trabajando en el bufete de abogados en este momento, por lo que tendría que esperar a la noche. Estaba impaciente por que pasara el tiempo y la pudiera volver a ver.

- John, deja de dar vueltas que vas a hacerle un agujero a la alfombra tío. Anda, ven a jugar al billar un rato, seguro que te gano.
- Eso no te lo crees ni tu. Pero no tengo ganas de jugar Qhuinn.
- Vale.

Los tres se quedaron en silencio una vez más, y solo se escuchaban los pasos de John de un lado a otro.

- Yo jugare contra ti.

El silencio que siguió al comentario de Blay se hizo eterno. Hasta John se había detenido para mirar a sus dos mejores amigos.

- O no..., yo solo lo he dicho por...
- No, no. Juguemos.

Qhuinn se levantó y fue a preparar la mesa mientras Blay lo observaba.

- Pero te aviso de que va a ser una partida corta, ¡porque pienso patearte el culo!

Blay se levantó para coger un taco y escuchando la seguridad de Qhuinn, sonrío.

- Eso ya lo veremos.
- Esto lo tengo que ver.

John se acercó a la mesa, para observar el juego. Por algún lugar de la mansión, sonaba un teléfono mientras que los chicos se preparaban para jugar.
 

Kihara espero hasta el medio día y llamo. Una voz electrónica repitió el número que había marcado a lo que le siguió un bip.

- Hola, eh si. Estoy buscando a la Hermandad, Tengo... creo que tengo algo de información que creo deberían tener. Quizás... es probable que lo sepan ya pero se trata de Stan, Stan Edwards y bueno creo que he descubierto algo, y debería de hablar con - JM - con Wrath o quizás con Vishous, no lo se. Me llamo Kihara Dhinoris.

Kihara finalmente termino la llamada con su número de móvil y rezó para que alguno de los hermanos se pusiera en contacto con ella. Si es que existían de verdad. 

Continuo trabajando e investigando algunas cosas mientras imprimía algunos documentos sin que nadie se diera cuenta. Su corazón latía incontrolable, la posibilidad de que la Hermandad existiera de verdad y que pudiera volver a ver a JM algún día, fuera de sus sueños, la hacia sentirse nerviosa, pero a la vez, estaba deseando que llegara el momento - Esto es demasiado bueno para ser verdad. -

Cuando terminó su trabajo y llegó a casa, todavía no había recibido ninguna llamada.


Wrath estaba en su estudio repasando toda la información que tenían sobre Kihara Dhinoris. Cuando Vishous escuchó el mensaje, inmediatamente informo a su Rey y al escuchar ese nombre con esa voz, supo que se trataba de la chica de John Matthew, que también aparecía como nombre marcado en los documentos que habían recuperado en aquel instituto, algunos años antes. Le pidió a V que no comentara nada con nadie, especialmente los chicos. Lo último que necesitaba era que John se enterara de esto ahora.

- ¡Joder!

Wrath se apretó el puente de la nariz, le estaba entrando dolor de cabeza, pero tenia que llamar a la chica para saber que sabia. Llevaba todos estos años intentando mantener a John alejado de esta humana y ahora el destino quería que recurriera a ella para obtener información en esta guerra contra los Antivamps. Miró el reloj. La chica ya debía haber salido del bufete donde trabajaba, así que Wrath descolgó el teléfono y marco el numero que Kihara les había dejado.


Kihara se estaba secando el pelo cuando el sonido del teléfono la sobresalto. Miró el identificador de llamada pero solo salía “número privado”. Dejó el secador a un lado y con manos temblorosas, respondió.

- ¿Diga?
- Hola, ¿podría hablar con Kihara?

La voz profunda le causó escalofríos, pero no sabia con certeza cual de los Hermanos podía ser, aunque definitivamente no era JM.

- ¿Hola?
- Si, perdone. Soy yo. Kihara, soy yo.
- Encantado Kihara. Yo soy Wrath. ¿Tengo entendido que tienes algo de información para mí?
- Eh si, eso creo.
- ¿Y bien?
- Ah, si. He estado investigando y bueno, creo que hay una relación entre todas las desapariciones que ha habido de adolescentes en estos últimos años.

Wrath no dijo nada durante unos instantes.

- ¿Que sabes de la organización?
- ¿Que organización?
- No juegue conmigo chica.
- Mire señor Wrath...
- Wrath, solo Wrath.
- Pues mire Wrath, yo no se nada de ninguna organización. Solo se que el director de mi antiguo instituto, Stan Edwards, y el decano de la Universidad donde estudiaba Christian Limah, Steve Edwards, son la misma persona, eso es todo. Tengo documentación que lo demuestra. Pero si usted cree que estoy ocultando algo o que se mas de lo que le estoy diciendo, mejor le doy la información a la policía, y a la mierda con todo.

Wrath soltó una carcajada.

- Tienes agallas, eso me gusta. Muy bien, voy a necesitar esas pruebas de las que hablas.
- ¿Tiene un numero de fax?

Wrath se lo dio.

- De acuerdo, pues en unos minutos lo envío todo.
- Gracias por tu ayuda Kihara, estaremos en contacto.

Y así sin más, termino la llamada. Kihara ni siquiera le había podido preguntar al rey por JM, aunque dudaba que este le hubiese respondido. Cumpliendo con lo prometido, Kihara envió los documentos al número de fax que tenia. Ahora tocaba esperar.

 
John se acercó al piso y vio que las luces estaban encendidas. ¿Que hacia Kihara despierta a estas horas de la madrugada? Lo primero que pensó era que quizás Kihara no estaba sola y la idea le partió el corazón. La luz de su habitación estaba apagada, así que seguramente no estaba dormida. Preocupado como estaba, John decidió desmaterializarse en la habitación, que como había pensado, estaba vacía. Sus ojos se adaptaron fácilmente a la oscuridad y John podía oler las emociones de Kihara. Estaba nerviosa pero a la vez excitada. Se pregunto que podía tenerla en ese estado y con cuidado se asomo fuera de la habitación. Al verla, John sonrío. Estaba sentada en el sofá, con las piernas enroscadas debajo del cuerpo y el pelo cayéndole por la espalda, muy concentrada en su copia de “Amante Mío”. Como estaba de perfil, la observo durante unos instantes y deseó poder sentarse a su lado, abrazarla y besarla hasta hacerle perder el sentido. Sintió como se ponía duro y su olor se intensificaba. El poco tiempo que habían estado juntos no había sido suficiente y John necesitaba más de ella. Rezó por poder demostrar su valía ante los hermanos para convertirse en uno de ellos y hacer con su vida lo que el quisiera. O aun mejor, pensó, lo que Kihara quisiera.

 
Kihara levanto la cabeza en el instante en el que ese olor delicioso le llegó y puso en alerta todos sus sentidos. ¡JM! Levantándose rápidamente, fue hacia su habitación donde el olor parecía más fuerte.

- ¿JM?

La voz le temblaba pero sabia que lo que estaba oliendo, era real. No estaba loca.

- ¿John...JM, estás aquí?

Encendió la luz y la habitación estaba vacía. Kihara se apoyó en la pared y se puso la mano sobre el corazón mientras le caía una lágrima.
 
- Se que has estado aquí, lo se. Y cuando esto termine, te voy a buscar. Y te encontrare.

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