Kihara se quedó despierta el resto de la noche,
se estaba acostumbrando a hacer su vida de noche. Descubrió varias cosas
interesantes sobre Stan/Steve. Si tan solo tuviera una manera de contactar con
los Hermanos - pero qué estoy diciendo, la falta de sueño me está afectando
-
Quería ir a la oficina temprano ya que quería
buscar algunos casos pendientes de otros desaparecidos. Sentía que estaba muy
cerca de descubrir algo importante y quería estar preparada para darle la información
a la Hermandad, es decir, a la policía. Aunque dudaba que estos últimos la
creyeran. Se preparo para ir al trabajo tomándose su tiempo, ya que todavía era
temprano. Se dio una ducha relajante y desayunó tranquila, revisando sus notas.
Las imágenes de su último sueño todavía
invadían su mente y Kihara se sentía un poco tonta por que el dolor que sentía
era tan real, que parecía que JM realmente le había roto el corazón.
Suspirando, se termino el café y se puso en camino para ir a la oficina. Una vez
allí se dio cuenta de que era una de las primeras en llegar, así que se dirigió
hacia su mesa y encendió su ordenador. Cuando movió el ratón para meter su
contraseña, este no se movió así que Kihara desconecto el cable y lo volvió a
conectar pensando que eso resolvería el problema. Cuando vio que no fue así, se
enfado un poco, vaya comienzo de la mañana...
Resoplo frustrada y miró debajo del ratón por
si el problema se debía a polvo o algo, aunque las mesas se limpiaban a diario.
Inmediatamente vio la causa del problema, algún idiota había tapado el ratón
con una tarjeta - ja ja muy gracioso -. La tarjeta era blanca y Kihara
la despego con cuidado. Dándole la vuelta con curiosidad Kihara no podía creer
lo que estaba viendo.
Kihara miró el número durante mucho rato y se
dio cuenta de algo. Mirando los últimos números, y reemplazando los números por
letras del alfabeto le salía 555-DAGA. ¿Esto era una broma? No podía ser,
¡tenia que tratarse de la Hermandad!
John estaba nervioso, paseaba de un lado a otro
en la sala de juegos, mientras Blay y Qhuinn se entretenían cada uno con la
primera tontería que habían encontrado. Ya había terminado su periodo de
fertilidad por este año, así que Wrath lo había sacado de su “jaula”. Su primer
impulso era el de buscar a Kihara para verla pero los hermanos solo salían
durante el día si era realmente necesario, y normalmente solo iba a verla una
vez por semana en su día libre, aunque con su periodo de fertilidad recién
terminada, necesitaba verla ya. Además John sabía que ella estaría trabajando
en el bufete de abogados en este momento, por lo que tendría que esperar a la
noche. Estaba impaciente por que pasara el tiempo y la pudiera volver a ver.
- John, deja de dar vueltas que vas a hacerle
un agujero a la alfombra tío. Anda, ven a jugar al billar un rato, seguro que
te gano.
- Eso no te lo crees ni tu. Pero no tengo ganas
de jugar Qhuinn. - Vale.
Los tres se quedaron en silencio una vez más, y
solo se escuchaban los pasos de John de un lado a otro.
- Yo jugare contra ti.
El silencio que siguió al comentario de Blay se
hizo eterno. Hasta John se había detenido para mirar a sus dos mejores amigos.
- O no..., yo solo lo he dicho por...
- No, no. Juguemos.
Qhuinn se levantó y fue a preparar la mesa
mientras Blay lo observaba.
- Pero te aviso de que va a ser una partida
corta, ¡porque pienso patearte el culo!
Blay se levantó para coger un taco y escuchando
la seguridad de Qhuinn, sonrío.
- Eso ya lo veremos.
- Esto lo tengo que ver.
John se acercó a la mesa, para observar el
juego. Por algún lugar de la mansión, sonaba un teléfono mientras que los
chicos se preparaban para jugar.
Kihara espero hasta el medio día y llamo. Una voz electrónica repitió el número que había marcado a lo que le siguió un bip.
- Hola, eh si. Estoy buscando a la Hermandad,
Tengo... creo que tengo algo de información que creo deberían tener. Quizás...
es probable que lo sepan ya pero se trata de Stan, Stan Edwards y bueno creo
que he descubierto algo, y debería de hablar con - JM - con Wrath o
quizás con Vishous, no lo se. Me llamo Kihara Dhinoris.
Kihara finalmente termino la llamada con su
número de móvil y rezó para que alguno de los hermanos se pusiera en contacto
con ella. Si es que existían de verdad.
Continuo trabajando e investigando algunas
cosas mientras imprimía algunos documentos sin que nadie se diera cuenta. Su
corazón latía incontrolable, la posibilidad de que la Hermandad existiera de
verdad y que pudiera volver a ver a JM algún día, fuera de sus sueños, la hacia
sentirse nerviosa, pero a la vez, estaba deseando que llegara el momento - Esto
es demasiado bueno para ser verdad. -
Cuando terminó su trabajo y llegó a casa,
todavía no había recibido ninguna llamada.
Wrath estaba en su estudio repasando toda la
información que tenían sobre Kihara Dhinoris. Cuando Vishous escuchó el
mensaje, inmediatamente informo a su Rey y al escuchar ese nombre con esa voz,
supo que se trataba de la chica de John Matthew, que también aparecía como
nombre marcado en los documentos que habían recuperado en aquel instituto,
algunos años antes. Le pidió a V que no comentara nada con nadie, especialmente
los chicos. Lo último que necesitaba era que John se enterara de esto ahora.
- ¡Joder!
Wrath se apretó el puente de la nariz, le
estaba entrando dolor de cabeza, pero tenia que llamar a la chica para saber
que sabia. Llevaba todos estos años intentando mantener a John alejado de esta
humana y ahora el destino quería que recurriera a ella para obtener información
en esta guerra contra los Antivamps. Miró el reloj. La chica ya debía
haber salido del bufete donde trabajaba, así que Wrath descolgó el teléfono y
marco el numero que Kihara les había dejado.
Kihara se estaba secando el pelo cuando el
sonido del teléfono la sobresalto. Miró el identificador de llamada pero solo
salía “número privado”. Dejó el secador a un lado y con manos temblorosas,
respondió.
- ¿Diga?
- Hola, ¿podría hablar con Kihara?
La voz profunda le causó escalofríos, pero no
sabia con certeza cual de los Hermanos podía ser, aunque definitivamente no era
JM.
- ¿Hola?
- Si, perdone. Soy yo. Kihara, soy yo. - Encantado Kihara. Yo soy Wrath. ¿Tengo entendido que tienes algo de información para mí?
- Eh si, eso creo.
- ¿Y bien?
- Ah, si. He estado investigando y bueno, creo que hay una relación entre todas las desapariciones que ha habido de adolescentes en estos últimos años.
Wrath no dijo nada durante unos instantes.
- ¿Que sabes de la organización?
- ¿Que organización?- No juegue conmigo chica.
- Mire señor Wrath...
- Wrath, solo Wrath.
- Pues mire Wrath, yo no se nada de ninguna organización. Solo se que el director de mi antiguo instituto, Stan Edwards, y el decano de la Universidad donde estudiaba Christian Limah, Steve Edwards, son la misma persona, eso es todo. Tengo documentación que lo demuestra. Pero si usted cree que estoy ocultando algo o que se mas de lo que le estoy diciendo, mejor le doy la información a la policía, y a la mierda con todo.
Wrath soltó una carcajada.
- Tienes agallas, eso me gusta. Muy bien, voy a
necesitar esas pruebas de las que hablas.
- ¿Tiene un numero de fax?
Wrath se lo dio.
- De acuerdo, pues en unos minutos lo envío
todo.
- Gracias por tu ayuda Kihara, estaremos en
contacto.
Y así sin más, termino la llamada. Kihara ni
siquiera le había podido preguntar al rey por JM, aunque dudaba que este le
hubiese respondido. Cumpliendo con lo prometido, Kihara envió los documentos al
número de fax que tenia. Ahora tocaba esperar.
- ¿JM?
La voz le temblaba pero sabia que lo que estaba
oliendo, era real. No estaba loca.
- ¿John...JM, estás aquí?
Encendió la luz y la habitación estaba vacía.
Kihara se apoyó en la pared y se puso la mano sobre el corazón mientras le caía
una lágrima.
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