Kihara salió en busca de Vishous ya que JM, Qhuinn y Blay estaban
patrullando por Caldwell, intentando proteger a los inocentes de los antis.
Hacía ya varias semanas desde que Tohr le había pedido ayuda para averiguar el
cómo y el qué de los cambios en los antis, pero hasta ahora no había podido
encontrar nada. Vishous no estaba por ninguna parte así que fue hacia los
cuatro juguetes y como llevaba haciendo todos los días (o las noches, según se
miraba), intentaba averiguar algo. Se alegraba de poder estar un rato a solas
para pensar. Había hablado con sus padres la semana anterior, para asegurarles
de que estaba bien y que no los iba a ver por qué estaba fuera de la cuidad y
no sabía cuándo volvería. Ya se inventaría una excusa algo mejor más adelante.
Los echaba de menos, pero este era su lugar ahora. Pensó en JM y sonrió,
después de aquella primera pelea, habían tenido unas semanas perfectas. Él
siempre estaba atento a sus necesidades y la volvía loca cuidándola y
mimándola. La intentaba ayudar con la petición de Tohr pero para eso, ella
prefería la ayuda de Vishous, que más o menos pensaba igual que ella y juntos
podían averiguar muchas cosas. Sin embargo JM no lo entendía y no le gustaba
nada que ella pasara tiempo con V, aunque fuera para trabajar. Y últimamente,
eso causaba más de una discusión entre ellos.
- ¿Ya estas tocando mis cosas chica valiente?
Kihara se sobresaltó al oír su voz y se tocó el pecho con la mano.
- No te oí entrar.
Pues sí que la había asustado. Vishous había entrado y la vio delante de
sus cuatro ordenadores, pero con la mente en otra parte. Señaló las pantallas.
- ¿Has encontrado algo?
- Acabo de llegar pero… Nada.
Vishous se sentó a su lado.
- ¿Y tú chico?
- Hoy le tocaba salir.
La observó un largo rato sin decir nada.
- Háblame, Kihara.
Kihara lo miró sorprendida. Nunca la llamaba por su nombre y supo lo que
ella estaba pensando.
- No te leo el pensamiento. Es tu olor. Puedo oler tu tristeza, así que
háblame. ¿Qué te pasa?
La miró intensamente. Le caía bien esta chica. Aparte de lo lista que era,
hacia feliz a John y Dios sabía que esa felicidad era más que necesaria en la
Hermandad. Aunque sabía que últimamente habían tenido algunos roces, esperaba
que solo fueran las riñas típicas de pareja. Kihara suspiró y decidió sincerarse.
- Ayer tuvimos una pequeña pelea. Otra vez.
Vishous no dijo nada y espero a que ella siguiera. Vio cómo se sonrojo un
poco.
- Sigue sin querer morderme –
dice que no quiere hacerme daño.
Esto lo sorprendió, ¿cómo se estaba alimentando?
- Se enfada porque dice que no paso suficiente tiempo con él. Que siempre
estoy aquí trabajando. Y yo solo… solo quiero ayudar.
- Eso lo sé chica, pero es el macho en el – se tocó el lado de la cabeza con un dedo – que lo hace volverse tonto. Y lo de morderte, ya lo hará cuando este bien
alimentado y vea que no te va a hacer daño.
Estas palabras las acompaño con un guiño y Kihara sonrió brevemente.
- No creo que solo sea eso…creo que esta celoso. Creo que esta celoso de
ti.
John entró en la mansión con Qhuinn y Blay detrás. Estaban magullados y él
tenía varios cortes importantes en la cara y brazos. La sangre goteaba en el
suelo de la mansión pero el solo quería darse una ducha y hacerle el amor a su
chica. Llevaba toda la noche pensando en la pelea que habían tenido y no se
podía permitir estar tan distraído cuando luchaba contra los antis. Los cortes
que lucía eran prueba de ello. Si, las heridas se curarían, pero por el momento
le escocía como mil demonios. Subió a su habitación, pensando que Kihara
estaría en la cama y que él se podía duchar rápidamente y unirse a ella.
Despertarla lentamente con su boca y su lengua… Se despidió de sus amigos y
entro en la habitación, para detenerse en seco. La cama estaba vacía.
La ola de frío que salió de él hizo que Qhuinn y Blay se detuvieran y le
preguntaran que pasaba. John apenas registró que Qhuinn soltó un “joder vaya
mierda” y que Blay salió corriendo, probablemente para buscar
a Kihara. John le podía haber dicho que no hacía falta. Sabía exactamente donde
se encontraba su mujer. Y con quién.
Vishous la abrazó brevemente y le agarró la mano. Se le veía incómodo con
las muestras de afecto pero se veía que hacia un esfuerzo por ella. Se acercó a
él y le dio un suave beso en la mejilla.
- Kihara.
La voz fría de Blay la hizo soltarse de Vishous inmediatamente como si
hubiese estado cometiendo un delito. Miró a Blay y vio la desaprobación en su
mirada, haciendo que se sonrojara y se sintiera culpable, aunque no hubiese
hecho nada malo. Entonces un pensamiento la asusto… ¿dónde estaba…?
- John está arriba. Herido. Deberías cuidarle.
- Oh dios…
Kihara miró a Vishous y salió corriendo. El rastro de sangre que Fritz ya
estaba limpiando, le dio nauseas. Llegó a la habitación y vio a Qhuinn delante
de la puerta cerrada. La miró pero no dijo nada y cuando llego Blay segundos
después, desvió la mirada y la dejaron sola. Asustada por lo que se iba a
encontrar, entro. El aire en la habitación era tan gélido que casi retrocedió.
JM no estaba en la cama por lo que se asomó al cuarto de baño sin entrar. Lo
que vio la recordó a Zsadist en el libro de Amante Despierto. Un macho
salvajemente sexual.
JM se había quitado la camisa y estaba apoyado con los dos brazos en el
lavabo. Los músculos de sus brazos estaban tensos y lleno de cortes y tenía los
ojos cerrados.
- ¿JM?
Giró la cabeza y abrió los ojos. Kihara soltó un grito ahogado al ver su
mirada. Sus ojos no eran azules. Eran negros. Su cuerpo irradiaba pura rabia y
aunque Kihara sabía que jamás le haría daño, sintió un poco de miedo. Sin dejar
de mirarla, JM se incorporó y se quitó los pantalones, para seguidamente cerrar
la puerta de un portazo.
John sabía que estaba siendo irracional pero ahora mismo no tenía control
sobre sí mismo. Cuando entro en el cuarto de baño con su botella de Jack Daniels
y vio sus ojos en el espejo, se asustó de sí mismo. Jamás se le habían puesto
negros y la intensidad de su rabia lo sorprendió. Por eso había dejado fuera a
Kihara.
Ya desnudo y con Kihara fuera, tomo otro trago de la botella y se metió en
la ducha. Los cortes ya habían dejado de sangrar pero el agua y el jabón hacia
que escociera – cosa que John agradecía ya que le ayudaba a no pensar
en Kihara con uno de los hermanos.
Media hora más tarde se había limpiado toda la mierda de la lucha y se
había calmado un poco aunque una mirada en el espejo le confirmo sus sospechas
de que sus ojos no habían cambiado aun. Sin molestarse en secarse con una
toalla entro en la habitación para encontrarse a Kihara metida en la cama
esperándolo, como debía haber sido cuando entro en la habitación después de la
lucha.
- ¿Estas bien?
- Ni. Una. Palabra.
En el momento que JM salió del cuarto de baño Kihara supo que seguía
enfadado, pero mirando su cuerpo excitado veía que la pasión y el deseo, lo
superaban. Se acercó a la cama y la beso con dureza, casi como un castigo, pero
a Kihara no le importaba. Sabía que él lo necesitaba así ahora y ella estaba
más que dispuesta a dejarle.
Kihara dejó que el apartara las sabanas y después de recorrerle el cuerpo
con la mirada JM se dedico a sus pechos. Sus pezones estaban duros por la
excitación, y los mordiscos y lametazos de John solo la excitaban más. Su cuerpo mojado la
volvía loca y se veía magnífico bajo escasa luz que provenía del cuarto de
baño. Su duro pene estaba mas que preparado para penetrarla y su figura
sumamente musculosa era todo lo que una mujer como ella podría desear en su
cama.
Su rostro quedaba en la sombra, ya que la luz venía directamente desde detrás de él. Por un momento, estuvo tentada de encender la lámpara que había cerca de ellos, pero entonces se dio cuenta de que no quería ver la frialdad que sin duda habría en su mirada.
Kihara vio los cortes y los moratones y quiso preguntarle si estaba bien. Sin embargo, el no le dio tiempo. No hubo preliminares. No hubo juegos amorosos. Ella abrió las piernas, él se introdujo y su cuerpo se relajó cuando lo notó dentro. Mientras la follaba sus labios la devoraban y hasta que ella no se corrió dos veces, el no se dejo llevar, cayendo exhausto encima de ella.
Su rostro quedaba en la sombra, ya que la luz venía directamente desde detrás de él. Por un momento, estuvo tentada de encender la lámpara que había cerca de ellos, pero entonces se dio cuenta de que no quería ver la frialdad que sin duda habría en su mirada.
Kihara vio los cortes y los moratones y quiso preguntarle si estaba bien. Sin embargo, el no le dio tiempo. No hubo preliminares. No hubo juegos amorosos. Ella abrió las piernas, él se introdujo y su cuerpo se relajó cuando lo notó dentro. Mientras la follaba sus labios la devoraban y hasta que ella no se corrió dos veces, el no se dejo llevar, cayendo exhausto encima de ella.
John acariciaba el pelo de Kihara con cuidado. Sabía que había sido muy
brusco pero ella parecía saber que no se podía controlar y se había asegurado
de que ella disfrutara también. La miró dormir y suspiró, era preciosa. Su
corazón se comprimía cada vez que la miraba y quería pedirle que se convirtiera
en su shellan, pero era muy pronto. Quedaban tantas cosas que
solucionar… como el hecho de que el viviría muchos más años que ella, para
nombrar una… No quería ni pensar en V, ya que ese era un tema que tendría que hablar
con ella más tarde. Sin embargo, la idea de llevar el nombre de Kihara grabado
en su espalda para siempre era una idea jodidamente atractiva.
Miró su cuerpo desnudo y su delicado cuello expuesto. De repente sus
colmillos salieron disparados y un dolor atroz le recorrió el estómago. ¿Cuánto
hacia que no se alimentaba? Dios… desde antes de encontrar a Kihara. Más de dos
meses… Necesitaba llamar a una elegida ya, antes de que el hambre le hiciera
perder el control. Pero como podía explicárselo a Kihara – nunca habían hablado de ello, no quería hacerle daño
alimentándose de otra. Soltó un gruñido cuando otra punzada de dolor lo
atravesó.
- ¿JM? ¿Nullum, que pasa?
John intento hablar pero no podía, se agarraba el estómago con fuerza.
Kihara pareció entender de inmediato y le ofreció su cuello.
- ¡NO!
Cerró los ojos con fuerza y negó con la cabeza.
- Blay… Qhuinn.
Kihara quiso enfadarse pero no había tiempo. Tenía que encontrar a alguien
para que JM se pudiera alimentar. No sabía si era como en los libros, pero los
demás sabrían que hacer. Poniéndose una bata salió en busca de alguien. Llamo a
la puerta de Blay y luego la de Qhuinn pero no respondía nadie. Corrió hacia
abajo pero ni en cocina ni en la sala de juegos había nadie. ¿Dónde está
todo el mundo?
Llego a la sala de Vishous y lo encontró sentado delante de los cuatro
juguetes.
- V, gracias a dios. ¡JM necesita ayuda!
- ¿Qué pasa Kihara?- Comida. Necesita alimentarse y a mí no me quiere morder.
- No te ofendas pero no puede alimentarse de ti. Voy a por una elegida.
Kihara asintió.
- ¿Tu estas bien? ¿Estás bien con esto?
- Sí. Solo quiero que el este bien. Está sufriendo, Vishous. Ayúdale.
Vishous la abrazó fuertemente.
- Todo va a salir bien ¿verdad? Confía en mí.
Lo que Kihara no vio, es que Butch apareció detrás de ella, pillándolos en
ese abrazo íntimo. Vishous miró a su amigo y sin soltarle la mirada, besó a
Kihara en la mejilla.
- Ahora vuelvo. Butch, que no entre en la habitación de John. Necesita
alimentarse y no sabemos cómo puede reaccionar con ella. Kihara se dio la
vuelta para ver a Butch asentir. Tenía cara de pocos amigos y se giró para que
ella lo siguiera. Dándose la vuelta para buscar la mirada de Vishous, se dio
cuenta de que este ya no estaba.
woooooooooooooowww!!! personalmente de la saga a mi V X_X me mata jajajjaja es mi favoritoooo
ResponderEliminarXD
espero que subas prontoo cap
un saludoo
Srta. Morena
Es fantástica, me encanta
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